El centro Tekniker de Eibar se encarga del diseño y desarrollo de los sistemas de control del telescopio del Observatorio Rubin, que se construye en el desierto chileno de Atacama y se prevé poner en marcha a partir de 2024. Según ha informado este miércoles el centro tecnológico vasco en un comunicado, esta labor la desarrolla Tekniker por encargo de Ghesa-Empresarios Agrupados, que participa en el consorcio internacional que se encarga de ejecutar ese ambicioso proyecto astronómico.

Los sistemas de control del telescopio, de los que se ocupa Tekniker, serán fundamentales en la instalación porque permitirán al espejo posicionarse lo más rápido posible y sin vibraciones para escanear el cielo visible. Para asegurar la correcta instalación y puesta a punto de sus soluciones tecnológicas, investigadores de Tekniker junto a personal de Ghesa-Empresarios Agrupados se han desplazado este año al mismo lugar de montaje, el observatorio Vera C. Rubin, situado en Cerro Pachón (Chile), a 2.600 metros de altitud.

El telescopio será capaz de dar una vuelta completa en tan solo 36 segundos o moverse tan despacio que tardaría más de 114 años en dar esa misma vuelta

Los expertos del centro tecnológico eibarrés han efectuado in situ, en condiciones reales, los ajustes que aseguran el buen funcionamiento del software y los algoritmos de control que ha desarrollado para aportar una altísima capacidad de precisión de movimiento al equipamiento. "Gracias a esta tecnología -precisa-, el telescopio será capaz de dar una vuelta completa en tan solo 36 segundos y, al mismo tiempo, podrá moverse tan despacio que tardaría más de 114 años en dar esa misma vuelta".

LARGO PROCESO DE VALIDACIÓN

El equipo de Tekniker colabora también en mejorar la precisión del sistema que ejecuta los movimientos de rotación de la cámara digital del telescopio. Antes de ejecutar la instalación en Chile, los desarrollos de Tekniker han pasado por un largo proceso de validación y ensayos que comenzó antes de la pandemia en Asturias, en la nave de la empresa Asturfeito.

La construcción del telescopio cuenta con un presupuesto de más de 700 millones de dólares y un equipo formado por un centenar de profesionales, entre astrónomos, físicos, ingenieros y operarios de empresas como la firma española Ghesa, la italiana Phase, la sueca SKF y la alemana Heidenhain.