La Responsabilidad Social Corporativa es mucho más importante hoy en día que en cualquier otro momento. La sociedad apuesta cada vez más por empresas socialmente responsables, de manera que aplicar la RSC en la empresa tiene como ventaja directa ser más atractiva para ciertos segmentos de la población.

Invertir en cualquier actividad con carácter social, ya sean acciones para cuidar del medioambiente, para poner en valor a los trabajadores, la igualdad, la comunidad, mejorar el entorno o para apoyar la investigación de temas sanitarios, por ejemplo, tiene dos ventajas directas. Por una parte, la propia acción que se lleva a cabo que, sin duda, ofrece un beneficio para el entorno o la sociedad, la salud global, algo que evidencia que el papel de las empresas genera valor para la comunidad. Por otra parte, permite mejorar el posicionamiento y prestigio de la marca, garantizando la competitividad de la compañía a medio y largo plazo y aumentando la satisfacción de los clientes e inversores que entienden estas prácticas como un valor añadido.

Invertir en RSE tiene dos ventajas directas; el propio beneficio para el entorno o la comunidad y el mejor posicionamiento de la marca

Hasta hace poco tiempo, las grandes empresas han sido abanderadas de este tipo de actividades, pero actualmente son muchos los autónomos y pymes que están implementando la RSC en su compañía. Así se pone de manifiesto en un estudio titulado Desarrollo Sostenible de la Pyme en España elaborado por el Consejo General de Economistas y el Consejo General de Colegios Oficiales de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de España, que recoge que uno de los aspectos más importantes que tienen en cuenta las empresas es la satisfacción de los clientes.  

Según datos del Banco Mundial, las pymes representan más del 90% del tejido empresarial mundial y están al frente de la aportación del PIB global, generando más del 50% de la ocupación. En cuanto a España, las cifras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo marcan que el 99,9% de las empresas son pymes, generan el 66% de los puestos de trabajo y contribuyen alrededor del 62% del PIB.

Sin la participación de las pymes es prácticamente imposible realizar una transición ecológica y energética hacia un modelo más sostenible

Por ello, los creadores del informe concluyen que sin la participación de las pymes es prácticamente imposible realizar una transición ecológica y energética hacia un modelo más sostenible y responsable con el medioambiente.

Elegir un propósito en el que se pueda sumar

Son muchas las acciones que se pueden implementar en RSC en pymes, pero a la hora de elegir los expertos recomiendan escoger un propósito donde realmente se pueda aportar y que esté relacionado con la actividad empresarial.

En la actualidad, el término de referencia es la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una iniciativa de la ONU aprobada el 25 de septiembre de 2015, que cuenta con el compromiso de 150 estados. Además, marca el camino que deberán seguir los Estados en su ejercicio de trabajar por el desarrollo sostenible y la corrección de los desequilibrios y las desigualdades sociales. Unas iniciativas que bien pueden servir como guía de acción y fuente de inspiración para las pymes en su ejercicio de adquirir un mayor compromiso con la sociedad y el medioambiente.

La RSC va más allá de las exigencias del mercado económico.

Por tanto, la RSC va más allá de las exigencias del mercado económico. Se trata más bien de un concepto mucho más amplio que representa el verdadero escenario en el que las empresas llevan a cabo su actividad, y que está compuesto por todos los grupos de interés (skateholders) que observan la labor de la compañía y esperan algo de ella.

Según un estudio de la Fundación Adecco, en Euskadi se advierte que en la mayoría de las empresas (38,3%), la RSC es liderada por el Departamento de RRHH, seguidas de un 12,7% en las que la RSC se vincula al Departamento de Comunicación y Marketing, siendo un aspecto esencialmente reputacional.

Las empresas tienen el reto de dotar a la RSC de una transversalidad total, que impregne todas las áreas y se involucre a los trabajadores

Sin embargo, las empresas tienen el reto de dotar a la RSC de una transversalidad total, de modo que, aunque existan responsables que dinamicen estas actuaciones, su ejecución no recaiga en su totalidad en personas o departamentos concretos, sino que sea un elemento intrínseco a la organización, que impregne todas las áreas y se involucre a los trabajadores para compartir esfuerzos y objetivos.

En resumen, la RSC es un modelo de gestión empresarial que se adapta a cualquier tipo de empresa y que impacta de forma positiva en la organización y la sociedad:

  • fomenta la innovación
  • atrae y retiene talento
  • aumenta la productividad y la competitividad
  • capta el interés de inversores
  • reduce gastos por el uso más eficiente de los recursos, los suministros, la maquinaria…
  • mejora la imagen corporativa
  • mejora el reconocimiento público


Definir metas y fijar compromisos

La implementación de la RSC en pymes pasa por el mismo proceso que cualquier proyecto empresarial. Esto es: fijar compromisos, definir los objetivos, elaborar un plan, asignar un presupuesto, dar herramientas a los trabajadores, planificar las acciones, medir y analizar los resultados y tomar nuevas decisiones en base a ellos.

Es decir, se trata de pasar de la visión de la empresa a la acción, una labor que requiere esfuerzo, tiempo y dedicación. Por ello, es recomendable pedir ayuda externa y ponerse en manos de profesionales que aporten experiencia, distancia, perspectiva y criterio.