Madrid – El número de contratos fijos discontinuos, fórmula que impulsó la reforma laboral puesta en marcha a comienzos de este año, alcanzó los 1,39 millones entre enero y agosto, cifra que supone multiplicar por 12 los 113.682 firmados en igual periodo del año pasado. Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), solo en el pasado mes de agosto se rubricaron 170.047 contratos fijos discontinuos, muy por encima de los 16.717 que se suscribieron a cierre de 2021 y los 14.969 de agosto de 2021.

En total, en los ocho primeros meses del año se firmaron 12,51 millones de contratos, de los que 4,5 millones fueron indefinidos y cerca de 8 millones temporales, lo que representa que casi cuatro de cada diez eran fijos. Esta proporción contrasta con la experimentada hasta la entrada en vigor de la reforma laboral, ya que en el mismo periodo del año pasado solo uno de cada diez contratos fueron indefinidos.

Por tipo de jornada, del total 7,38 millones eran a tiempo completo, 3,74 millones parcial y 1,39 millones, fija discontinua. De los 4,5 millones de indefinidos, 3,43 millones fueron contratos iniciales y 1,04 millones convertidos en indefinidos.

Estos últimos, que provenían principalmente de contratos por circunstancias de la producción (611.503), que la reforma laboral restringió, o por obra y servicio (355.627), al que dio un plazo de seis meses para su conversión hacia otra modalidad. Poniendo el foco en los contratos fijos discontinuos suscritos en los ocho primeros meses del año, fueron más los realizados a hombres (798.560) que a mujeres (589.056).

Por edad, la más repetida está entre 20 y 24 años, con 254.254 contratos, tramo a partir del cual va disminuyendo paulatinamente. Teniendo en cuenta el nivel de estudios, prevalecen aquellos con educación primaria (503.623) o secundaria (641.505). De los 1,39 millones de contratos fijos discontinuos suscritos entre enero y agosto, 1,26 millones fueron iniciales y 124.849 convertidos desde otras modalidades, entre las que destacan los 47.332 que venían de uno por circunstancias de la producción y los 74.386, por obra o servicio.

Los datos muestran cómo a partir de la entrada en vigor de la reforma se ha disparado la conversión de contratos temporales en indefinidos o fijos discontinuos, si bien aún quedan “bolsas” de temporalidad en actividades como la educación, comercio y construcción. Así lo explicaba el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, en la rueda de prensa de presentación de los datos de paro y contratación, en la que señaló que “la reforma laboral no había podido desplegar de manera completa sus efectos” en estos tres sectores.

No obstante, aseguró que el Gobierno “seguirá con ese viaje hacia la estabilidad en el empleo” y, junto a la Inspección de Trabajo, realizará “un monitoreo” para evitar que se pueda reproducir “una pauta de temporalidad irregular”. – E.P.