La energía está en el centro del debate social y cada movimiento deja huella. Al hilo de la propuesta de la Comisión Europea para frenar la escala de los precios, el presidente de Iberdrola Ignacio Galán, aseguró ayer que la idea es asumible para la eléctrica vasca. Todo ello a pesar de que el trasfondo del planteamiento de Bruselas supone un recorte de los beneficios de las compañías.

La clave del posicionamiento de Galán, que participó en un encuentro organizado por Deusto Business Alumni en la Torre Iberdrola, es la diana a la que apunta el Ejecutivo comunitario.

La Unión Europea ha puesto en el foco los beneficios extraordinarios que logrará el sector por los actuales niveles de precios. En cambio, el Gobierno de Pedro Sánchez quiere dar el pellizco en la facturación, en los ingresos de las compañías.

Aunque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró ayer que su Gobierno asumirá el impuesto comunitarios sobre las energéticas, otras diferencia entre el plan de España y el de Europa es el destino de la recaudación extra de la tasa.

Hasta ahora el Ejecutivo de Sánchez planteaba que ese dinero pasara a engrosar directamente la recaudación de la Hacienda estatal y distribuirla en función de sus necesidades presupuestarias, pero la UE propone dedicar esos fondos a amortiguar el repunte de los precios de la energía en las familias.

A la espera del ajuste de las dinámicas de La Moncloa con las de Berlaymont en esta materia, el presidente de Iberdrola, con matices, no ocultó su preferencia por el plan A, el de Bruselas.