Iberdrola se ha comprometido a invertir entre 2.000 y 3.000 millones de euros en Australia para potenciar el cambio hacia las energías renovables en el país, según informó ayer la compañía. Las inversiones estarán vinculadas a nuevos proyectos como el parque solar de Avonlie, en el suroeste de Nueva Gales del Sur, el parque eólico de Flyers Creek, en el centro de Nueva Gales del Sur, y el complejo de energía renovable de Port Augusta, en Australia Meridional, el mayor parque híbrido eólico-solar del hemisferio sur.

El anuncio ha tenido lugar en el marco del viaje a Australia del presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, quien mantendrá encuentros con varios líderes en política energética y visitará varios de los proyectos renovables que la empresa está llevando a cabo en la región. “Con estas inversiones, Australia se consolida como uno de los mercados clave para Iberdrola. Los abundantes recursos eólicos y solares del país, así como el ritmo de desarrollo tecnológico, colocan a esta región en una posición privilegiada. Lideraremos y aceleraremos su transición a una economía con la energía verde como epicentro, con el objetivo de elevar la electricidad generada con renovables, que ahora representa alrededor de un tercio de su generación”, aseguró Galán.

El presidente de Iberdrola se ha entrevistado ya con el primer ministro del Estado de Victoria, Daniel Andrews, así como con la ministra de Energía, Medioambiente, Acción Climática y Viviendas Solares, Lilly D'Ambrosio, y también ha tenido un encuentro con los empleados de la oficina de Melbourne. Iberdrola valora Australia como un mercado en crecimiento en materia de energía renovable y destacó que se trata de un país que está experimentando una “profunda transformación”, para pasar de un sistema centralizado de generación basado en grandes instalaciones de combustibles fósiles (carbón y gas) a otro de generación distribuida, fundamentalmente con energía eólica y solar. “A la enorme cartera de proyectos de energías renovables y de almacenamiento se suma la fuerte demanda residencial de tecnología solar y de baterías.