- La crisis derivada de la pandemia del COVID-19 recortó un 30% el número de contratos firmados en Euskadi en 2020, un retroceso que es un punto superior a la media del Estado español y que está muy lejos del -23,5% de Nafarroa. Concurren en el caso de la CAV dos circunstancias que penalizaron el año pasado la contratación. Por una parte, el menor dinamismo del turismo -una actividad de gran rotación laboral en temporada alta- y, por otra, la orientación industrial de la economía, una característica que en épocas de vacas flacas, de estrecheces en las carteras de pedidos, supone un lastre.

Las empresas vascas suscribieron el año pasado 703.355 contratos, lo que supone en números redondos 304.800 menos que en 2019. O lo que es lo mismo, se han perdido casi un tercio de las contrataciones.

Tras siete años de crecimiento constante coincidiendo con la consolidación de la recuperación de la anterior crisis, el ciclo vuelve a cambiar, en este caso motivado por una crisis tan imprevisible como ingobernable. El nivel de contratación retrocede por tanto hasta 2013, una dinámica similar a la del conjunto del Estado. Con la salvedad de que en números absolutos los efectos de la tormenta son más llamativos.

El año pasado se firmaron 15,9 millones de acuerdos laborales, lo que supone 6,6 millones menos. Es cierto que la comparación se produce en relación a un año en el que se batió el récord de contratos -22,5 millones en el Estado y más de un millón en la CAV-, pero el frenazo de 2020 tampoco tiene precedentes.

Lo único positivo es la certeza de que se trata de un paso atrás que está al margen de la evolución de la economía y que, cuando se normalice la situación, la recuperación será más rápida de lo habitual tras periodos de crisis. La evolución durante el año así lo refleja. Tras un enero y un febrero en línea con el año 2019, en los meses más duros del confinamiento -de marzo a junio- el número de acuerdos laborales se redujo a la mitad.

El descenso se fue moderando en los siguientes meses pero ha seguido acusando el fuerte parón de la actividad, especialmente en la hostelería y el turismo. Los datos son muy claros en ese sentido. El mayor descenso anual de la contratación en Euskadi se produjo en el sector hostelero, con una caída de casi el 62%, lo que supuso casi 102.900 contratos menos que en 2019. Contrasta ese desplome con el del conjunto del sector servicios (-32%) y con el del resto de actividades. Ocurre que si se analiza la evolución en otras actividades condicionadas por la pandemia como el comercio, el descenso (-13,3%) no es tan acentuado debido a que, en alguna medida, ha salvado las campañas fuertes de rebajas. La agricultura, que se mueve siempre en función de las temporadas de recolección, bajó solo un 11,3%. La construcción mantuvo el tipo a pesar de las circunstancias y cerró 2020 con un descenso en la contratación del 17%. No se registró el dinamismo de otros años, pero cuando fue posible se acabaron las promociones de vivienda que estaban en marcha y se iniciaron las que estaban previstas de antemano.

La industria, muy sujeta en cambio al frenazo en las contrataciones por las restricciones de movilidad, cayó un 27% y se formalizaron poco más de 105.000 contratos, casi 39.000 menos que en 2019. La pandemia ha roto así la senda de incrementos de los últimos años, reflejo de la recuperación del mercado laboral pero también del elevado peso de la temporalidad y la alta rotación, especialmente acusada en el sector servicios.

De hecho, y pese a esta caída de la contratación, en 2020 se mantuvo la estructura habitual al firmarse solo algo más de un 8% de contratos indefinidos, unos 83.600, frente al resto que fueron temporales.

En el conjunto del Estado, entre los temporales, los de muy corta duración supusieron el 23%, y uno de cada cuatro acuerdos laborales no llegó a la semana de duración. La elevada temporalidad y rotación en España es uno de los elementos en los que el Gobierno quiere mejorar en el marco de las reformas planteadas a Bruselas. El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez, apuntó hace unos días que la evolución de la pandemia había impedido “a la campaña navideña desplegar todo su potencial”, pero que los datos mostraban cómo “se están recuperando las costumbres del mercado de trabajo” con unos flujos de contratación muy intensos, basados en “un uso abultado” de la contratación temporal.

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La economía vasca generó el año pasado algo más de 703.300 contratos, de los que fueron indefinidos solo 59.272, el 8,43%,

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La crisis de los autónomos. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se reunirá hoy con las principales organizaciones que representan a los trabajadores por cuenta propia para abordar la prórroga del cese de actividad, que finaliza este 31 de enero, al igual que los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). El pasado mes de diciembre la Seguridad Social abonó un total de 248,44 millones de euros a más de 349.342 autónomos a los que les ha sido concedida alguna ayuda.