-El Banco de España destaca en un artículo sobre el comercio online que este canal de ventas favorece la competencia empresarial, reduciendo los márgenes económicos y, en consecuencia, los precios, pero no afecta de manera "sustancial" a los beneficios de las empresas.

"No hay evidencia de que el comercio digital haya afectado a los beneficios empresariales, lo que parece reflejar unos menores costes fijos relacionados con el aprovisionamiento de algunos insumos en el caso de los canales digitales", apunta la institución.

El organismo constata el auge del comercio digital en España durante los últimos años y su tendencia al alza con motivo de la pandemia del coronavirus.

Mientras que en 2009 el peso de las ventas del comercio on line se situaba en España dos puntos por debajo de la media de la eurozona y cinco puntos por debajo de Alemania, diez años después, en 2019, España lograba ponerse a su altura, con una cuota del 14% sobre el total de las ventas. Ahora bien, el Banco de España señala que el impacto de la pandemia ha contribuido a elevar el peso del comercio online.

"La reciente pandemia de

A pesar de que existe mucha incertidumbre sobre la persistencia de estos cambios tras la retirada de las medidas de confinamiento más estrictas, la institución estima que el comercio digital mantendrá "gran parte de su dinamismo".

De hecho, sostiene que aunque en los meses posteriores a las medidas de confinamiento más duras, aplicadas en la primavera, se ha apreciado una caída del comercio online desde el máximo alcanzado en mayo, "pero siempre manteniendo un nivel superior al observado con antelación a la crisis, al menos hasta el mes de septiembre".

Pese a las grandes diferencias por sectores en el desarrollo del comercio digital, el Banco de España subraya que la mayor incidencia de este canal de ventas ha sido "generalizada" en todos ellos, aunque el mayor impacto se ha dejado sentir en la hostelería. El organismo que gobierna Pablo Hernández de Cos analiza también en este artículo si existen diferencias en los precios de un mismo producto en función de si se vende en un establecimiento tradicional o través de una plataforma digital. Su conclusión es que no existen "diferencias significativas" de precio entre los dos mercados.

Su análisis constata además que el mercado on line también presenta alguna peculiaridades que se dan también en los mercados tradicionales, como la escasa frecuencia en el cambio de los precios de los productos (algunos se mantienen durante meses) o la "elevada heterogeneidad" para un mismo producto a la venta en distintos puntos online de España.

La institución resalta que el desarrollo del comercio digital favorece la competencia empresarial porque permite a las empresas pagar costes de entrada más bajos para vender sus productos y facilitan la difusión de información de precios entre competidores del mismo producto, y entre vendedor y consumidor final.

"Estas circunstancias darían lugar a una competencia mayor entre empresas y, en consecuencia, a presiones a la baja sobre los precios de los productos, así como a una reducción de los márgenes empresariales", apunta el Banco de España, que añade que un aumento de la cuota de ventas online lleva a las empresas del sector, en promedio, a rebajar sus márgenes de precio sobre coste marginal "de forma significativa".

En concreto, estima que, en términos medios, un aumento de 10 puntos en la cuota de ventas por Internet reduciría dicho margen en cuatro puntos.

En cambio, el Banco de España señala que la rentabilidad de las empresas, calculada como la ratio de beneficios sobre ventas, no se ve "significativamente afectada" por el comercio online.

La pandemia impulsa el comercio digital. El comercio electrónico ha subido desde el 15% que representaba antes de la pandemia al 22%, tendencia creciente que, previsiblemente, se mantendrá en el futuro. La reciente pandemia de la covid-19 y las medidas aplicadas por los diferentes gobiernos para frenar los contagios han acelerado este tipo de compras, que tocaron su pico más alto en el mes de mayo, para bajar después, pero siempre por encima del nivel precovid. Los autores concluyen que los trabajos que han analizado no aprecian diferencias significativas de precio entre los mercados físico y digital.