- Las ventas de los concesionarios acaparan la atención informativa por ser una actividad muy representativa de la marcha de la economía, pero en el sector de la automoción se engloban otros muchos grupos representados por AEGA. Su secretario general, Juan María López Osa, analiza la incidencia de la crisis del coronavirus en todos ellos y apunta las principales reivindicaciones del sector.

¿Qué peso tiene el sector en Gipuzkoa?

-Representamos a 1.100 establecimientos que dan empleo a 5.200 personas. La aportación de este sector al PIB guipuzcoano supera los 230 millones de euros, algo por encima del 1%.

¿Cómo ha reaccionado el sector a la pandemia?

-En el sector de la distribución, concesionarios y servicios oficiales, el programa PAVEA del Gobierno Vasco ha sido un bálsamo para el sector en Euskadi y funciona muy bien, hasta el punto de que en julio las matriculaciones en Gipuzkoa han aumentado un 22% frente al 1% del conjunto del Estado. Hemos de reconocer que el Gobierno Vasco ha sabido adaptarse recogiendo, además, parte de las inquietudes sectoriales que les trasladamos. Al mismo tiempo han salido las ayudas del Gobierno estatal, Renove 2020, y señalo aquí que ambas son compatibles.

¿Y el resto de subsectores?

-En reparación se trabaja relativamente bien, la carrocería ha sufrido más pero las cosas van mejorando. Un sector ejemplar ha sido el de las estaciones de servicio. Durante los meses más fuertes de la pandemia, con unas ventas que se redujeron entre un 70% y un 80%, permanecieron abiertas prácticamente en su integridad con un esfuerzo impagable. Estos empresarios nos han dado un ejemplo de compromiso con el empleo y la sociedad.

¿El coronavirus ha causado algún cambio que afecte al sector?

-La pandemia ha puesto en valor el vehículo privado y es algo que hay que destacar, digan lo que digan algunos. Por otra parte, se habla de electromovilidad, cuando se debe hablar de la nueva movilidad, lo que implica otra realidad. Peatonalizar determinadas áreas de ciudades significa que, prácticamente, se obstaculiza o impide que circule por ellas cualquier automóvil particular, incluido el eléctrico, y eso acarrea cambios en la movilidad de las personas que habrán de ser explicados.

Sin embargo, también se argumenta el cambio climático para intentar reducir el uso del automóvil.

-Los países más contaminantes son China, Estados Unidos, Brasil, India y los países en vías de desarrollo de África. Europa, según estudios, contribuye con alrededor de un 10% a las cifras de contaminación mundial y, de ese porcentaje, tan solo un 8% o 9% corresponde al automóvil. Es decir, que el vehículo europeo es responsable de menos de un 1% de la contaminación global.

¿Cree entonces que se demoniza al coche?

-Desgraciadamente, sí. Y con este mensaje la Unión Europea se equivoca porque hace un flaco favor a la economía de la eurozona. Creo que en este caso no hablamos tanto de cambio climático como de competencia con China. El gigante asiático quiere dominar el revolucionario cambio tecnológico del 5G y convertirse en líder en la producción de baterías. Este es el gran cambio y Europa hace bien en defender su parte en el pastel. Pero seamos claros, si bien el cambio climático es un hecho, lo que hay detrás son enormes intereses económicos.

¿Se sienten castigados?

-Sí. El cambio climático está ahí y hay que luchar contra él, pero eso no significa que solo algunos tengamos que ponernos las pilas. El debate está en qué tipo de movilidad y de economía queremos. Del sector de la automoción dependen muchas actividades como la fabricación, carburantes, máquina herramienta, comercio, reparación, venta y posventa, etc. Si se nos cayera este sistema, muchas empresas lo harían con él y sería un desastre. Sinceramente, en nuestro país, con una caída histórica del PIB interanual del 22,1%, siendo conscientes de que se han de abordar cambios estructurales de calado, hay que manejar los tiempos con sumo cuidado.

¿Cuáles son las principales reivindicaciones que se lanzan desde AEGA?

-Necesitamos crear un observatorio como organización empresarial que sea estable en el tiempo. Lo que analizamos en 2016, en 2020 ya no sirve, y es fundamental contar con un organismo de este tipo porque ni Administración, ni asociación, ni empresas podemos evaluar cómo va a evolucionar un sector sometido a constantes cambios tecnológicos, normativos y jurídicos. Asimismo debemos potenciar el conocimiento y establecer una formación que esté gestionada por el propio sector. Debemos ser nosotros, con la ayuda de la Administración, quienes diseñemos los programas formativos porque también somos nosotros los que mejor conocemos las últimas tecnologías y su aplicación.

¿Esos cambios tecnológicos revolucionarán la automoción?

-Sin duda, vivimos un cambio de paradigma y, en este sentido, también pedimos a las instituciones que apoyen las inversiones que tendrán que afrontar todas las empresas del sector. Los talleres para su digitalización, robotización en los almacenes, etc. No son una amenaza, sino oportunidades y desde AEGA apostamos por la diversificación de los negocios, porque la tecnología ofrece nuevas alternativas.

¿Cómo afrontarán los talleres ese desafío?

-En nuestra opinión, no solo los talleres sino el conjunto del sector, mediante alianzas colaborativas. Los concesionarios ya han abordado ese proceso, se han agrupado y ahora hay una fuerte concentración. El sector de la posventa y reparación también debe acometer esta reconversión porque presenta una microsegmentación excesiva. Debemos ser capaces de establecer sinergias.

¿Qué respuesta reciben de las instituciones?

-Se apoya la venta de vehículos y, por fin, la renovación del parque. Esto era claramente prioritario. Pero las ayudas al comercio y la reparación de automoción brillan por su ausencia. A partir de ahora se debe prestar atención a toda la cadena de valor de nuestro sector y abordar el profundo cambio que nos afecta, mediante la colaboración de Administración, asociación y empresas. Se trata de que algunas empresas, no hace falta que en un inicio sean muchas, se alíen con nuestro apoyo y el de la Administración, establezcan sinergias y sean germen de un sector claramente renovado.

¿Cómo son las relaciones de AEGA con la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco?

-En general, son muy receptivos. Nos reunimos en numerosas ocasiones y creo que AEGA ha demostrado ser leal, paciente y serena. La Administración atraviesa ahora una situación compleja y de enorme dificultad, pero confiamos tanto en el Gobierno Vasco, como en la Diputación de Gipuzkoa y los ayuntamientos. La cuestión final sería que, o se nos ayuda y acompaña en esta reconversión y cambio de paradigma, o se puede hundir el sector.

"La pandemia ha puesto

en valor el vehículo privado, a pesar de lo que digan algunos, sobre todo desde ámbitos políticos"

"Si bien el cambio climático es un hecho, lo que se encuentra detrás son enormes intereses económicos"