- Los números de recaudación de las haciendas forales de la CAV a cierre de julio empiezan a reflejar ya la crudeza de la crisis económica que ha traído el coronavirus. Si el miércoles Gipuzkoa anunciaba un retroceso en los ingresos fiscales del 20%, ayer la Diputación de Bizkaia notificaba una caída en lo que va de 2020 muy similar, en concreto del 19,7%. Pesa sobre todo el frenazo del consumo, mientras que en el caso de los impuestos directos el balance está muy condicionado por la ampliación de la campaña de la renta y por los aplazamientos de pagos facilitados por la administración foral a autónomos y pequeñas empresas estos últimos meses para paliar los efectos del parón económico.

La Diputación recordó ayer que a la hora de hacer una lectura de la fuerte caída de ingresos hay que tener en cuenta que este año se han retrasado impuestos como el IRPF (la campaña de la renta se cerrará el 30 de septiembre), Sociedades o Patrimonio, se ha suspendido el pago de las retenciones de autónomos y se han establecido deducciones extraordinarias. Medidas dirigidas a tratar de suavizar las cargas que soportan las pymes o los profesionales en un momento económico muy delicado en el que muchos negocios han visto caer su facturación a mínimos.

Estos aplazamientos ya se dejaban sentir en los niveles de recaudación de los meses anteriores, pero en julio el impacto ha sido especialmente relevante.