- Los duros descensos de la actividad económica guipuzcoana que tuvieron su pico en abril, cuando se hicieron visibles las consecuencias de haber mantenido paralizado un alto número de empresas por motivo de la pandemia de coronavirus, parecen comenzar a moderarse. Si hace unos días era el Eustat quien advertía de que la producción industrial del territorio en mayo, si bien se situaba en terreno negativo, había frenado la caída, ayer fue la Diputación de Gipuzkoa quien aportó datos del mismo mes que apuntan en la misma dirección.

La portavoz foral Eider Mendoza presentó los resultados del informe mensual que sobre ventas y empleo del territorio elabora la Hacienda guipuzcoana, entre los que destaca que el tejido empresarial vendió en mayo un 25,3% menos que durante el mismo mes de un año antes. El dato no es positivo y refleja la difícil situación en la que se encuentra la economía en Gipuzkoa, pero este descenso es entre ocho y nueve puntos inferior al que se registró en abril. “Caídas semejantes siempre son negativas, pero también empieza a vislumbrarse una recuperación de la actividad económica”, consideró Mendoza.

La caída de ventas en mayo fue algo más acusada en las realizadas en el exterior, puesto que las exportaciones se redujeron un 30,4% frente a una rebaja del 22,5% en el mercado interno. La parada o fuerte ralentización de la actividad no afectó solo al tejido empresarial de Gipuzkoa, sino que se extendió por todo el mundo y repercutió de manera directa en una caída del 31,7% del volumen de productos con destino a la Unión Europea y algo menos, un 28,2% al dirigido a países no comunitarios.

La falta de transacciones comerciales, además, se reflejó de manera más nítida en la industria, principal receptora de las consecuencias negativas de la crisis del COVID-19, cuyas ventas cayeron un 29,9%. En este punto, Eider Mendoza matizó que, no obstante, el descenso fue más leve que el experimentado en abril, cuando las empresas industriales del territorio vendieron un 36,3% menos.

Esta diferencia se hace más patente en el sector de la construcción, puesto que sus ventas cayeron un 16,7% en mayo cuando un mes antes este porcentaje era el doble, de un 33,7%. El descenso fue más atenuado en servicios, de un 20,2% tras la recuperación parcial de la actividad de sectores que habían sido obligados a permanecer cerrados como los hosteleros y el comercio.

El informe del departamento foral de Hacienda y Finanzas desvela que los retrocesos en las ventas de las empresas guipuzcoanas no tienen un efecto proporcional en el empleo, que presenta una evolución mucho más comedida. Así, en mayo el mercado laboral del territorio experimentó una bajada del 4,9% (en abril fue del 5,6%), muy por debajo de esa reducción de 25% de las ventas. El sector de servicios fue en esta ocasión el más perjudicado, con una caída del 7,5%, tras el que se situó la industria, donde el empleo se redujo tres puntos porcentuales; y por último, la construcción con una disminución de poco más de un punto porcentual.

Respecto a las diferencias entre el comportamiento de las ventas y de la contratación, Eider Mendoza advirtió de que estas disonancias pueden deberse al método de cuantificación que emplea la institución foral, que cuenta como trabajadores a todos aquellos que han desempeñado una labor durante el mes, aunque tan solo haya sido de un día. También lo atribuyó a que los empleados en ERTE que cobran parte de su nómina de la empresa, por escasa que sea, se consideran del mismo modo en activo y no se contabilizan como desempleados.

El mejor comportamiento de la actividad económica de Gipuzkoa en el mes de mayo, sin embargo, no evita que la evolución sea negativa durante los cinco primeros meses de un ejercicio, el presente, que se ha visto empañado por la irrupción de una crisis sanitaria que ha derivado en económica y que, según todos los indicadores, tan solo ha mostrado sus primeros síntomas.

El informe de Hacienda que emplea como base la información que facilitan las empresas no financieras para realizar sus trámites fiscales cifra en un 16,1% la caída de ventas del tejido empresarial del territorio entre enero y mayo, con un importante descenso del 19,8% de las exportaciones, uno de los pilares que durante el pasado año soportó la buena evolución económica guipuzcoana.

También el mercado interior experimentó una contracción del 14,2%, con una afección sobre el empleo que se tradujo en una caída inferior al punto porcentual, del 0,8%. En este sentido, una vez más hay que matizar el dato, por las razones aportadas por Eider Mendoza sobre el método de cuantificación utilizado.

Industria y construcción se vieron del mismo modo perjudicados con una caída de ventas que se sitúa en el entorno del 19%, mientras que en el caso de los servicios este descenso fue casi de la mitad y alcanzó el 10,6%. Si se atiende al empleo el orden cambia y es construcción el sector que registró una mayor contracción, con una disminución de tres puntos porcentuales, frente a los dos puntos de servicios y al medio punto porcentual de la industria.

El informe foral también realiza un cálculo de cómo han variado las retribuciones medias en función del número de trabajadores y el presupuesto que las empresas destinan a salarios del que se deduce que, en general, esta retribución media descendió un 1,8% en los primeros cinco meses del año. La principal responsable fue industria, con una caída de tres puntos porcentuales, mientras que en el caso de los servicios este descenso fue del 0,8% y, por el contrario, en construcción creció un 2,2%.

Respecto al medio plazo, Eider Mendoza afirmó que resulta “difícil” realizar previsiones, aunque añadió que “en los próximos meses esperamos poder seguir recuperando actividad económica” que, en cualquier caso, no permitirá alcanzar los niveles esperados ante “las graves consecuencias” de la pandemia del COVID-19.