Las visitas a concesionarios bajan un 80% en su primera semana
El miedo al contagio y la incertidumbre económica lastran la recuperación de la actividad en Gipuzkoa Las ventas se reducen en la misma proporción, aunque AEGA dice que no es una cifra representativa
- Los concesionarios de Gipuzkoa abrieron el pasado lunes tras dos meses de inactividad con la esperanza, como otros negocios, de recuperar paulatinamente la normalidad aunque esta, a juzgar por las primeras reacciones, podría tardar. Según los datos de los que dispone AEGA, las visitas a las exposiciones de automóviles han caído un 80% durante esta semana que ahora finaliza, condicionadas por la incertidumbre que generan las consecuencias de la pandemia de coronavirus.
Las ventas durante esta primera semana han caído en la misma proporción, un 80%, aunque no es un porcentaje representativo según advierte Javier Bagues, presidente del sector de ventas de la Asociación de Empresarios de la Automoción de Gipuzkoa AEGA y gerente del Grupo Gorla Automoción, quien considera que se trata de un dato puntual que se verá corregido en el transcurso de las semanas. No obstante, sí advierte de que el mercado se verá seriamente afectado, con descensos de ventas en el conjunto de 2020 que oscilarán entre el 40% y el 50%.
Esta primera semana en la que los concesionarios guipuzcoanos han podido abrir sus puertas ha tenido un carácter de puesta al día y así, muchas de las gestiones realizadas han consistido en matricular vehículos que se habían vendido con anterioridad a la declaración del estado de alarma y que no pudieron entregarse en plazo. En cambio, los nuevos pedidos han sido anecdóticos.
La tímida reacción del consumidor guipuzcoano a la reapertura de los concesionarios se puede deber a varios factores, entre los que Bagues cita el miedo al contagio, a pesar de que todos los establecimientos cuentan con EPI "de sobra" para garantizar la salud tanto de profesionales como de clientes. El responsable de AEGA añade que estos recelos se alimentan con el clima de incertidumbre actual.
"No sabemos qué podemos hacer y qué no y, además, muchas personas están de ERTE y la gente no sabe qué va a ocurrir con la economía", razona Bagues. Esta cuestión es fundamental en una actividad como la de la venta de automóviles, puesto que "aquél que compre un coche será porque lo necesita" y no es el caso más habitual en esta actividad económica. La experiencia demuestra que muchas de las adquisiciones particulares de vehículos responden a otro tipo de motivos ajenos a la urgencia de disponer de un automóvil.
El tipo de venta tampoco responderá a los patrones habituales y será de menor cuantía. El gerente del Grupo Gorla sostiene que, dada la situación económica en la que nos encontramos, el potencial comprador de un coche no pedirá altas gamas ni equipamiento avanzado, sino que se decantará por modelos más económicos, con lo que incidirá en una menor facturación.
Además, el responsable de AEGA pronostica "unos meses aciagos" hasta septiembre, en los que se pronunciará una caída de ventas que, en el acumulado del año hasta mayo, se situó en el 54%. Si bien estima que en el cuarto trimestre del año las adquisiciones se recuperarán en parte, el cómputo final tendrá como resultado vender la mitad de lo que se hizo el pasado ejercicio, cuando las previsiones eran mantener el ritmo.
Esta evolución negativa tendrá un efecto directo en la facturación no solo porque las ventas van a ser menores, sino que también influye que el margen de beneficios de los concesionarios es muy ajustado. Como señala el presidente del sector de ventas de AEGA, los concesionarios tienen facturaciones muy elevadas "porque los coches son caros" pero, en realidad, el beneficio que se queda el empresario es bastante reducido.
Junto con esta razón, Bagues destaca que una práctica habitual es matricular vehículos para ofrecerlos como automóviles de ocasión o como coches de pruebas. Los dos meses que los concesionarios han permanecido cerrados y la lenta recuperación de la actividad harán que estos vehículos se devalúen, en perjuicio de la empresa.
La difícil situación por la que atraviesa la actividad y las perspectivas de una recuperación muy lenta llevan a Bagues a apostar por un Plan Renove que palie las caídas estimadas. Eso sí, remarca que ha de ser "lo suficientemente atractivo para movilizar al sector" y que tenga carácter estatal.
En su opinión, en esta ocasión no va a resultar suficiente con impulsar los vehículos que utilizan energías limpias como los híbridos o los eléctricos, sino que tienen que contemplarse todos los combustibles, en especial los más empleados, que son el diésel y la gasolina.
El representante de AEGA llega más allá al sugerir que se elimine la clasificación energética A exigida en convocatorias anteriores con el fin de que los coches estén al alcance de más bolsillos, lo que también implica unas subvenciones más altas que los 1.000 euros establecidos con anterioridad.
Respecto a la convocatoria de un Plan Renove lanzada específicamente por el Gobierno Vasco el pasado año, Bagues afirma que "estuvo muy bien y lo aplaudimos desde el sector", pero considera que las circunstancias actuales obligan a ser más ambiciosos y permitir que "el que tenga dinero, no se corte y compre un coche".
"Los próximos meses hasta septiembre van
a ser aciagos en cuanto
a ventas de vehículos"
"Los automóviles matriculados para ocasión o coches de pruebas se devaluarán"
"Necesitamos un plan lo suficientemente atractivo como para movilizar al sector"
Presidente del sector de ventas de AEGA
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