donostia - Bases de cotización entre un 33% y un 40% más bajas de los salarios que exige el convenio de la Construcción de Gipuzkoa; sueldos sin pagar a varios trabajadores, algunos foráneos, otros llegados desde Galicia, León y Madrid. También deudas en el propio barrio, Altza, de más de 4.700 euros con el bar donde comen y cenan a diario, justo enfrente de la obra; y con el hostal donde se hospedaban, en el barrio de Loiola: otros 4.000 euros sin pagar, aproximadamente, antes de que les tuvieran que echar.
Así se está construyendo el polideportivo de Altza, una obra promovida por el Ayuntamiento de Donostia y que contaba con un presupuesto superior a los 17 millones de euros. Se adjudicó por menos de 14. El sindicato ELA ha denunciado nuevamente la presencia de “empresas piratas” en una obra pública de Gipuzkoa.
“Solo hay dos trabajadores de las dos empresas que conforman la UTE (Acciona y Altuna y Uria), el encargado y el jefe de obra”, asegura Igor San José, responsable de la Construcción de ELA. “El resto son todos trabajadores de subcontratas y a la mayoría no se les aplica el convenio de Gipuzkoa”, explica.
San José representa ahora a una cuadrilla de operarios que vienen cada lunes, a las cinco de la mañana, desde Ponferrada y Madrid para trabajar en Altza y regresan los viernes por la tarde a sus hogares. “Es una vergüenza, en un barrio obrero como este, que estén trayendo trabajadores de otros lugares para pagarles menos. Si los traen, tienen que cumplir con el convenio, y pagarles además las dietas”, señala.
“No hemos cobrado”, reconoce uno de los trabajadores afectados, ahora empleado de Fermín Group Ibérica, una firma con sede en la localidad coruñesa de Cambre. Antes, hasta el 20 de diciembre, trabajaban para Colaper, ya disuelta, que es la que acumula la mayor parte de las deudas. San José asegura que son los mismos. “El mismo dueño, el mismo encargado y la misma dirección”. Los operarios bajan la mirada ante tal afirmación. “Creemos que sí. El jefe es el mismo”.
Como estos trabajadores, tampoco percibieron su paga la mayoría de sus antecesores. “Somos la cuarta cuadrilla. Antes vinieron otras tres y dicen que tampoco les pagaban”, reconocen. El responsable de ELA añade que todas se fueron y “la mayoría sin cobrar, pero es gente de fuera que muchas veces ni denuncia. Lo dan por perdido y punto. Esta es la situación desde que empezaron las obras del segundo lote, el grueso de la obra, el 8 de agosto”, indica el sindicalista.
ELA también representa a varios trabajadores de la tercera remesa, que abandonaron la obra por los impagos. El sindicato convocó el viernes a las dos empresas que conforman la UTE y a las dos subcontratas citadas a un acto de conciliación en el Preco, órgano de mediación laboral. Los responsables de estas últimas no se personaron.
ELA también ha denunciado ante la Inspección provincial de Trabajo que la empresa Colaper Personal, además de no cumplir el convenio de Gipuzkoa, habría falsificado los respectivos reconocimientos médicos de algunos trabajadores, que han prestado servicios durante más de cuatro meses en la obra, y que los propios operarios denuncian que están trabajando en la actualidad para Fermín Group Ibérica.
Las deudas acumuladas con un hostal y el bar donde comen, que ya se sitúan en torno a los 9.000 euros también son objeto de reivindicación de ELA. “En primer lugar, los responsables de una obra pública no pueden aceptar algo así por parte de empresas que están levantando el polideportivo. Y además, también afecta al convenio. Porque si no les pagan el alojamiento y las comidas, tienen que abonarles a los trabajadores en la nómina las dietas, según lo estipulado en el convenio”, afirma San José.
Los responsables del bar llevan sin cobrar las comidas y cenas servidas a estos operarios desde el 9 de diciembre. Eran ya 3.671 euros los que se le adeudaban entre esa fecha y el 31 de enero, “pero la cuenta sube cada día que pasa y ya supera los 4.700 euros. En el bar les siguen dando de comer, pero ya no aguantan más sin cobrar. Es mucho dinero”, precisa el sindicalista.
Tampoco cobraban en un hostal de Loiola, explica San José, donde aún recuerdan bien “a los gallegos”, “buena gente” a la que, sin embargo, tuvieron que echar porque sus jefes no pagaban las facturas. Unos 4.000 euros pendientes de pago. Los trabajadores de esta subcontrata viven ahora en un piso de alquiler, en Santa Bárbara, cerca de la obra en la que trabajan, sin cobrar aún. “No pueden más”.
Llamamiento al alcalde “ELA no va a permitir esto, no vamos a dejar que esto se convierta en otro Anoeta. La del polideportivo de Altza es ahora mismo una de las principales obras de Gipuzkoa, y pedimos al alcalde de Donostia, Eneko Goia, que tome cartas en el asunto. No puede ser que se estén incumpliendo los propios pliegos de condiciones. El convenio de Gipuzkoa es de obligado cumplimiento”, señala el responsable sindical.
“Luego están los portugueses”, reconoce otro operario. Estos pertenecen a otra subcontrata que San José ya conoce. “La empresa fue expulsada de Anoeta por diversos incumplimientos. Por lo que tengo entendido, en Altza están metiendo 52 horas a la semana entre el lunes y el viernes. Según dicen, estarían cobrando unos 1.000 euros al mes, en vez de los 1.700 que aproximadamente deberían cobrar por una jornada laboral de 40 horas semanales. Pero es que además, hacen 12 horas extras a la semana: 48 al mes. Fíjate, en dos meses, trabajarían más horas extra que las permitidas en todo un año, y no las cobran”, concluye San José.