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Motorlan lidera el reciclaje de motores eléctricos para la actividad industrial

La unidad de negocio de Fagor Automation es pionera en recuperar este tipo de piezas para dotarles de una nueva vida

Motorlan lidera el reciclaje de motores eléctricos para la actividad industrial

donostia - La ya clásica norma de las “tres erres” de la ecología (reducir, reutilizar, reciclar) se ha consolidado en la sociedad guipuzcoana, y ha comenzado su expansión hacia la actividad empresarial con la aparición de la economía circular. Sin embargo, y a excepción del sector de la automoción, la industria ha permanecido ajena a esta tendencia. Motorlan viene a cubrir este vacío con su servicio que recepciona motores industriales averiados, los pone a punto y los devuelve para que continúen en activo.

Mikel Serrano, técnico comercial de esta unidad de Fagor Automation ubicada en Usurbil con una planta adicional en Zegama, explica que el origen de esta idea se remonta a hace casi tres décadas, cuando “a alguien se le ocurrió que, ya que fabricábamos motores, también podríamos repararlos”. Su experiencia con servomotores, que son los más complicados del mercado, les permitía además tratar cualquier tipo de aparatos, por lo que vieron negocio.

A pesar de representar entre un 2 y un 3% del conjunto de la actividad de Fagor Automation, Motorlan se ha desarrollado durante estos casi 30 años para facturar actualmente cerca de 2 millones de euros anuales con una plantilla de 20 personas “con un perfil técnico muy especializado y difícil de encontrar para contratarlo”, lamenta Serrano. Estos profesionales tratan una media de 1.500 motores al año.

“El motor eléctrico tiene la ventaja de que se puede reparar hasta el infinito, no se desgasta y tecnológicamente no han tenido mucha variación”, indica el técnico comercial de Motorlan. Su único inconveniente es que se suelen quedar obsoletos con cierta regularidad porque los fabricantes introducen algunas novedades y cambian de esta manera de modelo.

La industria, sin embargo, opta por la reparación antes que comprar un motor eléctrico nuevo. Cuando llega a manos de los profesionales de Motorlan, estos realizan una primera actuación de las tres que Mikel Serrano señala que completan su ciclo tal y como dicta la economía circular. Así, en primer lugar se encuentra la reparación de la avería detectada.

En lugar de parar en este punto su servicio, la unidad de negocio de Fagor Automation procede a su reacondicionamiento o rehabilitación, que consiste en prepararlo como si fuera nuevo con operaciones de limpieza, pintado, cambio de piezas, etc. El último paso es la remanufactura, etapa en la que Motorlan incluye alguna mejora sobre el diseño original.

La experiencia acumulada de esta unidad de negocio, operativa desde la década de los 90, la ha situado en una situación muy competitiva. “Somos líderes en esta actividad, aunque comienza a surgir competencia que, de momento, no es mucha”, admite Mikel Serrano. Las empresas industriales confían en Motorlan porque desde sus inicios ha sido pionero en cumplir estándares de calidad.

El técnico comercial subraya que no solo son capaces de recuperar “cualquier tipo de motor, de cualquier tecnología y de cualquier tamaño”, sino que también ofrecen servicios añadidos como un diagnóstico de su estado y su seguimiento, o la realización de un estudio de eficiencia energética que ayuda al propietario a decidir si quiere mantener en activo el motor o prefiere cambiarlo por uno nuevo con bajo consumo que amortizará rápidamente.

El número de clientes potenciales de Motorlan es inmenso, porque “motores eléctricos hay en todos los sectores” de la actividad, recuerda Mikel Serrano. No obstante, indica que trabajan sobre todo con el sector del automóvil y su industria auxiliar, la máquina herramienta, la siderurgia y el papel. Sus mercados naturales, de momento, son la CAV y Navarra de modo principal, y la península ibérica.

Respecto a las posibilidades de crecimiento, Serrano afirma que la estrategia se basa en el establecimiento de alianzas en lugar de apostar por la implantación, que requiere de muchos más recursos e inversiones. En cualquier caso, las expectativas de desarrollo son buenas porque “en las empresas sin I+D no hay futuro, pero sin mantenimiento no hay presente”.

Versatilidad. Motorlan no se centra en un único tipo de motor, sino que sus profesionales están capacitados para tratar cualquier modelo de cualquier tecnología y todos los tamaños.

Servicios. La unidad de negocio de Fagor Automation captó desde sus inicios que el valor añadido de su actividad está en la oferta de servicios añadidos, como el diagnóstico del motor y su trazabilidad.

Consumo. El análisis puede comprender un certificado de eficiencia energética, que permite por ejemplo saber si es mejor reparar el motor o cambiarlo por otro que consuma menos energía y tenga una rápida amortización.

1,5

miles de motores tratados al año.