“Somos más fuera que en la sede de Oiartzun”
La firma de cerraduras electrónicas nunca ha tenido una área de exportación porque lo considera algo inherente a su actividad
donostia - Salto Systems nació hace 18 años con una clara vocación internacional. De hecho, su director financiero, Gonzalo Marco, afirma que nunca han creado un departamento de exportación porque veían esta actividad como algo inherente a su naturaleza.
Su presencia exterior la han vehiculizado a través de filiales comerciales. “Son implantaciones sencillas, pero en contrapartida estamos presentes en muchos países del mundo”. En concreto, son una treintena de filiales que abarcan 23 estados.
La metodología consiste en un crecimiento orgánico, es decir, “partimos de cero y vamos incorporando personas al proyecto” que, por lo general, suelen ser nativas del país en el que se implantan. “Tenemos algunos expatriados, pero apostamos por que sean personas locales que conocen los mercados y tienen sus contactos”, señala Gonzalo Marco.
Esta extensa red de empresas que conforman el grupo Salto Systems tiene como inconveniente la necesidad de establecer un eficaz sistema de control que impida el traspapeleo o retrasos en la ejecución de pedidos que podría hacer perder clientes a la empresa.
La firma con sede en Oiartzun es consciente de que congrega a “muchas empresas diferentes y la información es muy diversa”, explica su director financiero, para añadir que por este motivo “buscamos la sensación de grupo, homogeneidad de información y de formas de trabajar”.
Este reto lo han superado con herramientas informáticas que, además de transmitir a toda la red una imagen uniformada y una metodología común, permiten a la central disponer al minuto de toda la información que se genera.
Actualmente, Salto Systems está conformada por una plantilla de 550 personas, de las que alrededor de tres centenares se encuentran en el extranjero. “Somos más en el exterior que en la sede productiva de Oiartzun”, admite Marco.
El peligro de esta estrategia de internacionalización puede residir, según aventura, en que la empresa matriz se considere el centro de toda la actividad. “No debemos perder la perspectiva de que si la fábrica de Oiar-tzun se encuentra a pleno rendimiento es porque tenemos compañeros en Estados Unidos, Canadá, Australia o Francia que están vendiendo”, recuerda. “Son ellos los que nos permiten seguir creciendo, que es lo que tenemos que continuar haciendo para seguir ahí”, concluye. - M.M.