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CNA despide a casi media plantilla y echa el cierre de Fagor en Arrasate

El grupo quiere encontrar un inversor antes de fin de octubreLa plantilla baraja impugnar el ERE de extinción

CNA despide a casi media plantilla y echa el cierre de Fagor en Arrasate

donostia - No por intuido el golpe es menor. La última reunión del periodo de consultas entre el comité de empresa y la dirección de Fagor CNA Group finalizó sin acuerdo, lo que significa que Arrasate perderá una de sus emblemáticas fábricas y que unos 145 trabajadores se verán de un día para otro sin empleo.

La hoja de ruta marcada por el grupo industrial desde el inicio de la crisis se ha cumplido con rigor. A pesar de los continuos encuentros mantenidos entre directivos y trabajadores en el último mes, plazo que establece la ley para negociar el ERE de extinción de contratos presentados, ambas partes no han hallado puntos en común, ante lo que prevalece la decisión empresarial.

En este caso, el desencuentro se traduce en el cierre de la factoría de Garagartza en Arrasate, que el grupo catalán ha considerado responsable de las pérdidas sufridas por la firma. La producción de lavadoras, por tanto, desaparece de la oferta de Fagor CNA, mientras que todo apunta a que ocurrirá lo mismo con los hornos y placas.

CNA Group defiende que este cierre es imprescindible para garantizar la actividad industrial del grupo en Euskadi, donde quedará la fabricación de ollas, termos y calentadores que se desarrollará en las factorías que el grupo industrial tiene y mantendrá en Eskoriatza y la localidad vizcaina de Basauri.

La desaparición de la actividad en Arrasate exige, asimismo, una reestructuración de la plantilla actual, y CNA Group anunció ayer que ya ha iniciado el envío de las comunicaciones a los 145 trabajadores a los que despedirá para quedarse con un equipo conformado por 163 profesionales.

Estas medidas resultan necesarias, según aseguró ayer el grupo, para “poder iniciar conversaciones con un posible inversor antes del próximo 30 de octubre”.

Esta fecha es la establecida como final del preconcurso de acreedores que daría paso a la presentación obligatoria del concurso de acreedores, un periodo en el que las capacidades de CNA Group quedarían fuertemente mermadas, puesto que la ley exige el nombramiento de un administrador concursal que tomaría las riendas del proceso sin que la dirección empresarial pueda intervenir directamente.

Por otro lado, CNA Group comunicó a los representantes sindicales que, a pesar de que “la compañía se encuentra atravesando un momento económico difícil”, a lo largo de la presente semana ha previsto proceder al pago de la nómina de septiembre de manera parcial.

incertidumbre La plantilla recibió esta decisión empresarial con enfado, y aseguró que no aceptará los despidos anunciados puesto que considera que es una cifra susceptible de reducirse.

El presidente del comité de empresa, Ricardo Pérez, junto con otros representantes sindicales ofreció ayer una rueda de prensa en la que mostró la oposición de la plantilla a la apuesta por mantener la producción de ollas, termos y calentadores a costa de abandonar la de lavadoras y dejar “en el aire” la de hornos y placas.

Pérez consideró que la actividad que cesa es “la de mayor valor añadido” y, tal como defiende el comité de empresa desde el principio de esta crisis, puede volver a beneficios siempre y cuando se invierta en modernizarla y adaptarla a las nuevas tecnologías.

Con respecto a los despidos, el comité de empresa avanzó que la idea de CNA Group es mantener a los mayores de 55 años dado que la dirección “no quiere costear” los gastos derivados de enviarlos al paro, mientras que el colectivo de empleados “polivalentes” que pueden desarrollar su trabajo en diferentes puestos se encuentra más próximo a proseguir en la firma.

No obstante, el presidente del comité de empresa trasladó la opinión de la plantilla que considera muy elevada la cifra de despidos y la rechaza. Según dijo, se puede asegurar un mayor volumen de empleo a través de la aplicación de diversas medidas, entre las que citó “prejubilaciones, salidas incentivadas y un proyecto industrial”. Este último requisito es muy importante para el comité de empresa, puesto que ayer aseguró que tampoco están asegurados los 163 puestos de trabajo, condicionados a encontrar a un inversor dispuesto a continuar con la actividad fabril.

impugnación Los representantes sindicales también anunciaron que sopesan la posibilidad de impugnar el ERE de extinción de contratos y pedir que se anule, puesto que “el proceso ha estado lleno de irregularidades”.

Entre ellas, mencionaron que la empresa no les facilitó en plazo la documentación requerida, mientras que la dirección “actuó de mala fe haciendo una propuesta de salidas voluntarias al margen del periodo de consultas”.

“Aún queda mucho camino por delante”, avanzó Ricardo Pérez, para pedir en este sentido la implicación del Gobierno Vasco, Fagor Sociedad Cooperativa y la propia dirección de Fagor CNA Group con el objetivo de contactar en el mínimo tiempo posible con un inversor que evite los despidos y “trabaje por el futuro del proyecto”.

Los trabajadores de Fagor CNA Group consideran factible la entrada de este posible empresario que, por lo menos de manera parcial, podría reflotar el negocio. Basan esta afirmación en que actualmente existen conversaciones con posibles interesados en la compañía y las calificaron de “viables”.