¿Qué medidas se llevan a cabo actualmente para apoyar el consumo de productos locales?
Existe una variedad de medidas que se están aplicando en los diferentes niveles de la administración: local, territorial y autonómico. Desde lo local, los ayuntamientos están haciendo una labor importante promocionando los mercados y las ferias locales. Desde la Diputación Foral de Gipuzkoa se trabaja principalmente todo el aspecto productivo. Los productos locales son el resultado o fruto del trabajo de nuestros baserritarras; propiciar la competitividad y rentabilidad de las explotaciones agrarias, la adquisición y adecuación del suelo agrario, impulsar el asociacionismo o vertebración/estructuración del sector de cara al mercado, llevar el control y la trazabilidad de los productos desde el inicio del proceso productivo hasta la obtención del producto y controlar los aspectos sanitarios. Estas son actuaciones necesarias para que el producto local llegue al consumidor con todas las garantías.
En todo este proceso la administración autonómica, el Gobierno Vasco, también desempeña un papel indispensable en toda la transformación y comercialización de los productos, gestionando e impulsando los certificados de calidad y de origen, lábeles de calidad, denominaciones de origen, etc. Un trabajo coordinado entre los tres niveles de la administración es clave para conseguir un mayor impacto.
¿En qué favorece el consumo de lo local? ¿Cuáles son sus principales beneficios?
En nuestro caso prácticamente el 100% de lo local es sinónimo de calidad. Y quiero remarcar esto: el consumo de lo local favorece siempre y cuando sea de calidad. Tiene muchos beneficios: el primero y el más directo es el que el propio consumidor capta con sus sentidos, con su paladar, pero además el consumo de productos locales y de calidad también es beneficioso para la salud de las personas. En tercer lugar, este consumo local contribuye positivamente a favorecer y mantener la actividad económica y el empleo de nuestro entorno y da razón de ser a nuestro baserritarras y a lo que esa razón de ser de los baserritarras trae consigo: el mantenimiento de un paisaje y un entorno natural, una ayuda a tener un territorio muchísimo más equilibrado evitando la concentración masiva en las urbes, la conservación de la cultura de nuestros pueblos y la protección de la vida en lo pequeños municipios y entornos rurales para el disfrute de los kaletarras. Y por supuesto, la sostenibilidad es inversamente proporcional al recorrido de ese producto: cuanto menor sea la distancia producción-consumo, mayor es la sostenibilidad obtenida.
Para conseguir esa serie de objetivos, el apoyo a los agricultores y ganaderos se muestra como algo fundamental. ¿Existe una urgencia por fomentar el desarrollo rural?
Existe una necesidad y una obligación de mantener e impulsar los agricultores y los ganaderos. Gipuzkoa es un territorio muy industrializado. Los terrenos más productivos y aptos para la agricultura y la ganadería, los fondos de valle, han sido ocupados por la industria y la urbe.
La agricultura y la ganadería de Gipuzkoa se desarrollan en unos terrenos muy abruptos y así reconoce la Unión Europea al considerarlo como “Zonas de Montaña”. La cercanía de la industria, de una mano de obra atractiva y la dificultad de rentabilizar una actividad en una orografía complicada han llevado a la agricultura y a la ganadería de Gipuzkoa a una situación preocupante. La pérdida del sector primario de Gipuzkoa no solo acarrearía la ausencia de productos locales, perderíamos parte de nuestras señas de identidad. Y esto no nos lo podemos permitir.
Por ello, es necesario que la sociedad tome conciencia y pongamos los mecanismos para que esto no ocurra, pero esta labor no solo le compete a la administración. El conjunto de los guipuzcoanos tiene una gran responsabilidad en este asunto.
Hablando de la responsabilidad de los ciudadanos, ¿están concienciados de la importancia del consumo local? ¿Se fijan en si lo que se llevan a la cesta son productos de aquí o no?
Todavía hay un largo trecho por recorrer. Creo que está habiendo una evolución interesante pero queda mucho por hacer. Existe una parte de la población que sí tiene conciencia de la necesidad de consumir productos locales, pero ese nivel de conciencia puede ser muy distinto de unos a otros. A este perfil de consumidor le diría que: ojo, cuidado con el gato por liebre. No todo lo que lleva ikurriña es producto local. En este caso, el esfuerzo que ha de hacerse es en enseñar a diferenciar lo que de verdad es producto local de lo que no.
Por su parte, con el consumidor que no tiene conciencia de consumo local hay que hacer un trabajo previo. Los productos que ingerimos afectan directamente a nuestra salud. ¿Cuánto producto basura se consume? Muchísimo. Qué difícil resulta concienciar a un consumidor sobre la conveniencia de consumir productos locales porque genera beneficios indirectos como el manteniendo del paisaje si no está concienciado sobre su propia salud. Creo que es una labor que hay que hacerlo desde la niñez, desde las haurreskolas y las ikastolas.
A este respecto, ¿cuáles son los principales retos de la producción local de cara al futuro?
Son varios los retos que habrá que afrontar. Por una parte, la producción local ha de ser y seguir siendo una producción de calidad, pero el consumidor necesita garantías de ello. No olvidemos que lo local se ha puesto de moda y con ello la picaresca y la tentación de vender como local lo que no lo es se incrementa.
Otro de los retos de la producción local, o mejor dicho de los productores, es organizarse para poder responder a las exigencias y a los nuevos hábitos del mercado. Tenemos un sector muy atomizado donde resulta muy difícil a cada productor por separado posicionar su producto en el mercado. Es necesario poder garantizar a los clientes unas producciones estables a lo largo de todo el año, en una serie de condiciones. ¿Cómo ve el futuro alimentario de aquí a unos años?
Ahora que se acerca la Navidad me imagino a las familias guipuzcoanas en el 2025 preparando la cena de Nochebuena con espárragos de Navarra en vez de espárragos de China o Chile, con foie de Iparralde, jamón de cerdo al aire libre de Eusko Label o Euskal Txerria en vez de jamón ibérico, cordero lechal Eusko Label o pollo Lumagorri, postres hechos con queso Idiazabal u otros quesos elaborados en nuestros caseríos, con Txakoli de Getaria o un Rioja alavesa como bebida?. Esto que me imagino para muchas familias guipuzcoanas en el 2025, ya será realidad en el 2016 en otras muchas. Quiero decir con ello que hoy en día ya disponemos de productos locales de alta calidad dignos de servirlos en las ocasiones más especiales del año y que nada tienen que envidiar a otros productos que elegimos para estos eventos. Creo y espero que esta conciencia por lo local vaya a más y que el sector productor sepa adaptarse a esa demanda y a los nuevos hábitos de la sociedad. Digo esto porque lo local y lo tradicional no debe estar reñido con la evolución y los nuevos hábitos de los consumidores. Cambiarán los menús, las presentaciones, los platos, los horarios de comida, etc, pero lo importante es que en todos ellos prime la materia prima local y de calidad.