Más galones para el jefe
Toyota da un golpe de autoridad con su nuevo Land Cruiser. Más refinado, cómodo, equipado, seguro y dinámico, reduce consumos y emisiones de CO2 en un 9% y de óxidos nitrosos hasta en un 99%.
Toyota renueva en profundidad su todoterreno por excelencia, el Land Cruiser, tanto en la carrocería de tres como de cinco puertas, ésta con capacidad incluso para siete plazas. La firma japonesa, que define a su prestigioso vehículo como “la referencia dentro del segmento de los todoterreno puros” -y razones no le faltan para tal afirmación, basta con consultar a los afortunados poseedores de cualquiera de las tres últimas generaciones-, anuncia cambios de calado en la mecánica, transmisiones, habitáculo y equipamiento.
Sin duda que la novedad más reseñable es la incorporación del nuevo motor diésel 2.8 D-4D Euro 6, de cuatro cilindros, 2.755 centímetros cúbicos (cc) y 16 válvulas, con 177 CV a 3.400 rpm y 450 Nm de par máximo de 1.600 a 2.400 vueltas con la nueva transmisión automática de seis marchas Super ECT o 420 Nm entre 1.400 y 2.400 rpm con la caja manual, también de seis velocidades, lo que supone un 7% más de par en relación al anterior 3.0 D-4D. Esta nueva mecánica destaca por sus brillantes prestaciones, con 175 km/h de velocidad máxima, un paso de 0 a 100 km/h en 12,7 y 12,1 segundos, dependiendo del tipo de caja de cambios, consumos medios de 7,2 litros en la carrocería de tres puertas y de 7,4 en la de cinco, y emisiones medias de CO2 de 190 y 194 gramos por kilómetro, siendo similares estas cifras para ambas transmisiones.
A destacar que estos registros suponen una rebaja del 9% respecto al anterior motor 3.0 D-4D. Asimismo, es especialmente remarcable la incorporación, por primera vez en Toyota, del sistema de reducción catalítica selectiva (SCR), que permite eliminar hasta el 99% de las emisiones de NOx, que estos días están, tristemente, tan de actualidad. Junto al motor diésel, también se oferta el gasolina de seis cilindros en uve 4.0 VVT-i (282 CV y 385 Nm) con una nueva transmisión automática de seis relaciones. Los dos destacan por ser más eficientes, silenciosos y suaves de funcionamiento.
Otras novedades en este imponente todoterreno se aprecian en el interior, con la tapicería de cuero en dos tonos (marrón y negro), en combinación con nuevas inserciones de aluminio pulido en la consola central y las puertas, el sistema multimedia y de navegación Toyota Touch 2 & Go Plus y el cuadro de mandos con indicadores Optitron y la pantalla multiinformación TFT en color de 4,2 pulgadas. En el capítulo dinámico, las modificaciones introducidas en las suspensiones conllevan mejoras en la estabilidad y el confort de marcha. Disponible en cinco acabados (NX, GX, VX, VXL y Limited), puede ser matriculado como vehículo industrial (furgón) en la terminación NX, mientras que la GX se enfoca más hacia clientes de flotas y los tres restantes se dirigen hacia usuarios particulares.
Junto a unas prestaciones en carretera sobresalientes y ya en campo de auténtica referencia en el segmento, el Land Cruiser destaca por una dotación en seguridad de primer nivel, con mecanismos como el sistema de precolisión, el control de crucero adaptativo, la asistencia para arranque en pendientes, el control de descenso, la función ABS multiterreno, el control de tracción activo, el control de estabilidad, el control de balanceo de remolque, el control de ángulo muerto o el sistema de alerta de tráfico trasero cruzado. Todo ello sumado, como es norma en este modelo, a su combinación de chasis y carrocería, ideal por su robustez, y a la tracción a las cuatro ruedas permanente con diferencial central de deslizamiento limitado y bloqueo del diferencial trasero.
Y como guinda del pastel, el precio de partida en los diésel está en unos muy contenidos 35.300 euros para el tres puertas y en 38.500 euros para el cinco puertas. Difícil encontrar tanto todoterreno y de tanta calidad por esas tarifas en el mercado actual.
TOYOTA LAND CRUISER