donostia - A la espera de que se conozca la fecha de las próximas elecciones generales, previstas para finales de otoño, Mariano Rajoy ya ha puesto en marcha la maquinaria electoral. El presidente del Gobierno español anunció ayer que adelantará a este mes la rebaja de las tablas del IRPF que su partido, el PP, había prometido nada más aplicar una drástica subida en las mismas tras el primer consejo de ministros de la legislatura. Fue en diciembre de 2011.

El PP, que en realidad lleva meses inmerso en una precampaña descarada, adelanta ahora la fecha prevista para esa rebaja, inicialmente el 1 de enero del próximo curso. O lo que es lo mismo, la introduce en esta legislatura y no en la próxima. Lo hace, según argumentó Rajoy ayer, porque la marcha de la economía es la que ha permitido una ejecución presupuestaria que avala la decisión de adelantar al 1 de julio la resolución ya prevista. Tendrá así efecto en las nóminas de este mes.

Con un crecimiento del PIB mayor de lo esperado durante el primer semestre, la recaudación fiscal obtenida permite a las arcas del Estado respirar. Ese es el argumento dado, pero lo cierto es que el margen sigue siendo muy estrecho para el Ejecutivo del PP, que tiene que ajustar los gastos para cumplir con el objetivo de déficit marcado, del 4,2% sobre el PIB. Tan estrecho es el filo en el que se mueve el Ejecutivo Rajoy en la materia que hay organismos, como la propia Comisión Europea, que ya auguran que España incumplirá lo prometido. Por eso la medida anunciada ayer causa cierta sorpresa, ya que recortará los ingresos y dificultará aún más si cabe estrechar ese gasto de más sobre los ingresos.

Sin aplicación En la CAV, dónde las diputaciones forales en virtud del Estatuto de Autonomía y del Concierto Económico son las que tienen competencias en materia fiscal, es muy improbable que se aplique la medida o alguna similar. La rebaja anunciada ayer por Mariano Rajoy no tendrá reflejo salvo en cuestiones muy residuales como la retención a cuenta del impuesto de capital mobiliario, según fuentes de la Hacienda Foral consultadas.

Las tres diputaciones están ahora formando áreas de trabajo tras las pasadas elecciones y los recientes nombramientos de Markel Olano, Ramiro González y Unai Rementeria como diputados generales de Gipuzkoa, Araba y Bizkaia, respectivamente. Pero no se prevén, al menos a corto plazo, medidas equiparables a la de Rajoy. Y es que tras un acuerdo entre PNV, PSE y PP, ya se modificaron las tablas del IRPF en los tres territorios el pasado año, como parte de un acuerdo fiscal más global aplicable a Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. Esa reforma es lo suficientemente reciente como para no plantear cambios a corto plazo.

Unai Rementeria, diputado general de Bizkaia, aseguró al respecto el miércoles durante la votación de su investidura en las Juntas Generales de Gernika que “los deberes están hechos, pero el impacto global de esta reforma integral está todavía por ver. Démosle tiempo”, añadiendo que “será a final de este ejercicio o del siguiente cuando podamos opinar con datos reales sobre el grado de cumplimiento de los objetivos de la política fiscal”. “Y será entonces cuando toque decidir si se requieren ajustes o no”, incidió, en respuesta a una interpelación sobre sus planes en política fiscal.

Según el nuevo diputado general de Bizkaia no se contempla “otra reforma fiscal integral a corto plazo”. Eso sí, Rementeria añadió que “la fiscalidad es un elemento dinámico en la vida económica de cualquier país” por lo que “sí estamos abiertos a su revisión y actualización” si corresponde. Aunque todo ello siempre, remarcó “dentro de un marco general de certidumbre y estabilidad”.

Diferente modelo La realidad desde este mismo mes es que las tablas del IRPF serán más exigentes en la CAV que en el Estado para quienes más ingresos tienen, que verán una retención mayor en sus nóminas. En Euskadi en cambio el Impuesto de Sociedades es más laxo. El motivo es que se busca impulsar la actividad económica, que a la larga genera más empleo y reporta mayores ingresos en materia fiscal. Son, por tanto, modelos diferentes.

Además, la citada reforma fiscal vasca incide en las rentas altas y pasa desapercibida para las medias, con lo que el peso recae sobre quienes más ganan. Según un análisis elaborado por Geroaldi Asesores para NOTICIAS DE GIPUZKOA, el impacto de la reforma se centra en las rentas de trabajo que tienen ingresos anuales brutos superiores a 95.000 euros, o lo que es lo mismo, los que se llevan a su casa más de 4.000 euros limpios cada mes, y los que obtienen unos rendimientos por inversiones superiores a los 15.000 euros anuales, una cifra que no está al alcance de todas las economías domésticas.

Para ello, se incorporaron tres nuevos tramos en la tabla del IRPF para las rentas de trabajo que superen tres límites: 92.310 euros (que tributan ahora al 46%), 123.070 (47%) y 179.460 (48%). Además, se incidió en los rendimientos del ahorro, instrumentos en principio destinados a las economías más acomodadas.

Sin variación. Madid ha extendido a todos los autónomos estatales la retención del 15% que solo aplicaba desde hace un año a aquellos trabajadores por cuenta propia con rendimientos inferiores a 15.000 euros anuales.