aunque sean de tipo jurídico, las empresas también son personas y como tales, tienen una vida que en muy pocos casos supera los cien años. Las que consiguen atravesar esa barrera son las que tienen detrás una trayectoria de impulso constante por parte de las personas, esta vez físicas, que han conformado su equipo humano a lo largo de su historia. Ese es el caso de la fábrica guipuzcoana Niessen del grupo multinacional suizo ABB, que celebra este año su primer siglo de vida, una vida ligada siempre a la tecnología en el campo de los componentes eléctricos para vivienda y terciario. Los interruptores, enchufes, cables, conmutadores y resto de equipamientos eléctricos salidos de la factoría de Niessen han sido instalados durante los últimos cien años en una buena parte de los hogares del Estado porque la compañía guipuzcoana es líder en el mercado interior y ahora, además, tiene una fuerte proyección internacional, en mercados como Rusia, Oriente Medio y Latinoamérica. Sin dejar de fabricar el mismo material eléctrico pero con diseños adaptados a los nuevos tiempos y materiales avanzados, Niessen ofrece actualmente productos de alta tecnología vinculados a la domótica, lo que confirma su apuesta constante por la innovación, la mejor manera de continuar hacia su segundo siglo.
Niessen es el ejemplo de un proyecto empresarial que nació como un pequeño negocio y acabó convirtiéndose en una de las mayores compañías de Gipuzkoa. Su historia comenzó cuando en 1914 el alemán Guillermo Niessen, que residía con su familia en Burdeos, huye de la Gran Guerra y se instala en Errenteria, donde monta una instalación fabril junto en la subida al Topo. Cinco años más tarde el negocio prosperó y se trasladó al centro de la villa, donde hoy en día se levanta el centro cultural Niessen. En ese emplazamiento se mantuvo hasta el año 1975, en el que una nueva factoría de 13.500 metros cuadrados se levantó en el polígono Aranguren de Oiartzun.
En la aventura empresarial que había emprendido junto su esposa, Juana Schmidt, y sus tres hijas, Gertrudis, Edith y Marta, el fundador de la Fábrica Electrotécnica Guillermo Niessen fue consciente desde el primer momento que debía apostar por la elaboración de material eléctrico en una década en la que se había inventado la lámpara incandescente y la expansión de la electricidad se llevaba a cabo a velocidad vertiginosa en los hogares y la industria. La continua visión internacional de Guillermo Niessen y sus estrechas relaciones con técnicos e industriales alemanes le permitió en los años veinte conocer de primera mano un nuevo material, la baquelita. La fábrica errenteriarra se convirtió así en el concesionario exclusivo en España de la marca Bakelite y en pionera de las técnicas de transformación de este plástico, que supuso una revolución en los mecanismos del sector eléctrico, hasta entonces montados sobre materiales como la titanita, el cristal y la madera.
La introducción de un moderno modelo de gestión empresarial que incluía una oficina técnica y un taller mecánico permitió a Niessen dar un fuerte impulso a su posición en el mercado y seguir creciendo hasta que en 1930 -después de que nacieran los hijos varones de Guillermo Niessen, Arnold y Carlos- se construyó el edificio de cuatro plantas y se instaló nueva maquinaria. Esa década fue importante por el desarrollo de sus productos y la consiguiente ampliación del catálogo con referencias conocidas como el histórico Portalámparas 155.
Bonanza económica
Cuando Guillermo Niessen falleció en 1948, el menor de sus cinco hijos, Carlos, tomó el mando de la fábrica, que vivió una etapa de bonanza y quintuplicó su plantilla hasta alcanzar los 699 trabajadores. También se instauraron mejoras sociales como la creación en 1955 de la Escuela de aprendices en el seno de la factoría, la edificación de viviendas en alquiler para operarios con pocos recursos económicos y gran descendencia o la asistencia médica a los empleados y sus familias.
En la década de los sesenta, coincidiendo con las bodas de oro de la empresa, Niessen decidió incentivar aún más su política de diseño de producto. De ese modo, fue creando catálogos de componentes para baja tensión que incluían una concepción exterior que seguía las modas de interiorismo y una composición interior que denotaba el esfuerzo de la compañía por innovar en las técnicas de conducción eléctrica.
Después de que en 1973 cambiara la denominación social a Niessen SA empezaron a crearse los primeros polígonos industriales en Gipuzkoa al tiempo que desaparecían las fábricas del centro de las localidades, lo que propició que la producción de Niessen se desplazara a Oiartzun. Apenas cuatro años más tarde, en 1979, Carlos Niessen se retira de su puesto de gerente y con él finaliza la relación de la familia con la empresa creada su padre. Fue entonces cuando la firma incrementó notablemente la tecnología en la fábrica, de manera que su plantilla fue reduciéndose para adaptarse a los nuevos tiempos, marcados por los procesos avanzados. En el año de su centenario, Niessen cuenta con 200 trabajadores.
Productos premiados
Niessen ha sido un importante agente de cohesión social, por la red de relaciones económicas y sociales que ha establecido en la comarca de Oarsoaldea y por la estabilidad laboral que ha generado durante todo su siglo de vida. En Gipuzkoa es una firma referente también gracias al patrocinio de la Real Sociedad durante las temporadas 87-88 y 88-89. Y esa presencia de marca ha traspasado fronteras gracias a múltiples premios de diseño como el Red Dot Award o el Delta de Plata.
La fábrica oiartzuarra fue adquirida en 1996 por ABB -grupo surgido de la fusión entre la sueca Asea y la suiza Brown, Boveri and Cie., con más de 100.000 empleados, presente en más de un centenar de países y líder mundial en ingeniería eléctrica y automatización- y, con el cambio de siglo y milenio, dio paso a una nueva generación de sistemas, basados en tecnología sin cables, en la línea que demandaba la domótica. Al mismo tiempo, dio un paso más allá y, dentro de su compromiso con el medio ambiente, concibió en 2008 la gama Zenit, la primera del mercado español con el certificado de Ecodiseño, un reconocimiento que también obtuvo su sistema domótico Planner, que permite una gestión de la vivienda a través de cualquier dispositivo móvil.
Niessen es la muestra de la evolución de la tecnología eléctrica a lo largo de cien años, con una perspectiva de producción local centrada en el diseño y la innovación, y una visión global que le permiten afrontar con fuerza un nuevo siglo de vida.