donostia. La amenaza de cierre cada vez es más palpable y tanto trabajadores como empresa reconocen esa situación, después de que las negociaciones para reestructurar TS Fundiciones de Zestoa sigan bloqueadas y sin visos de reconducirse. La empresa, en concurso de acreedores, hizo público ayer un comunicado en el que acusó a los trabajadores de comprometer el futuro de la compañía. La plantilla, por su parte, dejó claro que no está dispuesta a aceptar 50 despidos, un ERE de un año para otros 48 y trabajo para 40. De hecho, el comité de empresa reclama un plan industrial para dar trabajo a los cerca de 150 empleados y denunció que estos acumulan tres meses sin cobrar y anunció la convocatoria de una manifestación ante el "gran riesgo de cierre" de esta empresa dedicada a la fundición de piezas para eólicos. La representación de los trabajadores pide al Gobierno Vasco que "adopte medidas" ante el "desmantelamiento industrial" que están realizando compañías como TS.
Los trabajadores ofrecieron una rueda de prensa en Zestoa ayer y recordaron que los empleados ya no disponen de prestación de desempleo, porque la percibieron en el anterior ERE aplicado por la empresa; situación a la que se suman los tres meses sin cobrar su nómina.
Por su parte, la empresa responsabilizó a la plantilla del bloqueo de las negociaciones y acusó al comité de empresa de haber "activado una estrategia de violencia y negación de la realidad" en las negociaciones que "compromete" el futuro de la compañía.
La compañía aseguró que sus trabajadores exigen mantener salarios "un 50% superiores al convenio de Gipuzkoa", además de "las 35 horas laborables". También acusa a los trabajadores de haber "impedido" la puesta en marcha del plan de viabilidad, de "minar" la confianza de los clientes y de dejar a 150 familias "sin futuro" con su postura de "intimidación", por lo que aseguró que "tendrá que poner en marcha las medidas que considere necesarias para poder dar un futuro" a la empresa, bajo la supervisión de los administradores concursales.
Según informó la propia compañía, TS Fundiciones acumula una deuda de 28 millones de euros que no puede manejar sin una importante reestructuración, por lo que planteó a principios de diciembre un plan de viabilidad que incluía reducir su plantilla en 50 personas, hasta situarla en 110 trabajadores, bajar los salarios un 25 % y aumentar la jornada anual en 100 horas para alcanzar las fijadas en el convenio del metal de Gipuzkoa.
Según indicó la dirección, TS "está sumida en la crisis más profunda de su historia y se pone en serio riesgo el futuro industrial de la misma, sus puestos de trabajo y los ahorros" de 40 pequeños accionistas.