Director comercial de fiark international
Donostia. Al grano... ¿Cuánto valen estas viviendas modulares?
Varía en función de muchos aspectos. No es lo mismo enviar una vivienda para montarla a La Habana, que a Trípoli. Como referencia, en una promoción de 100 o 200 viviendas en La Habana, con la urbanización hecha y la cimentación preparada, un piso con los estándares básicos saldría por 400 dólares el metro cuadrado; es decir, que un apartamento de 40 metros podría rondar los 17.000 dólares.
Nada que ver con los precios a los que estamos acostumbrados aquí.
Por supuesto, porque teniendo en cuenta los estándares de precios que se mueven en países menos desarrollados, tú no puedes ir con la construcción tradicional de aquí.
¿Qué tipo de edificios hacen? ¿Cómo se fabrican o montan?
Hacemos hasta perfil de planta baja más siete plantas. Una vez que tenemos la estructura, con los perfiles que fabricamos vamos formando el esqueleto del edifico mediante chapas atornilladas. Todas las unidades van atornilladas; no usamos soldadura ni hormigón. Es como un mecano. El sistema de montaje es muy rápido, sencillo e intuitivo. Un apartamento de 40 metros cuadrados, desde que se hace la cimentación, está listo para entrar a vivir en tres días.
¿Y fabricado aquí?
Es un sistema que nos permite llevar una vivienda diseñada y fabricada aquí a cualquier punto del mundo. Fabricar aquí es algo muy importante en términos de calidad. Y después ofrecemos la posibilidad de ofrecer los trabajos de montaje y dirección de obra.
Explíquemelo.
Nosotros ofrecemos en primer lugar el diseño y la fabricación, es decir, te lo doy como un mueble de Ikea, que te viene en tu caja y lo montas; o si quieres, te lo monto y te doy la vivienda llave en mano. Estamos asociados con una empresa de logística y tenemos otro socio británico que se dedica al montaje.
¿Qué aspecto tienen estas casas?
El de una vivienda o edificio normal. Una de las cosas que decimos es que no es un contenedor que llega en un trailer. Este es un sistema que nos permite hacer arquitectura y que nos ofrece muchas posibilidades. La tipología no tiene por qué ser un impedimento. Estructuralmente, adaptamos los perfiles y las chapas que empleamos a los condicionantes de cada lugar. A partir de estos módulos, construimos con una estructura más ligera de lo que estamos acostumbrados aquí, más esbelta, pero más distribuida. Estructuralmente, no es ni mejor ni peor; podemos hacer que un edificio resista lo mismo.
¿Limitaciones?
Lo que no podemos hacer son edificios de grandes luces, como un polideportivo, porque no es un sistema que esté ideado para eso, ya que se necesitaría una mayor distancia entre soportes y para eso son necesarios los pilares.
¿Aguantarían estas viviendas un terremoto o un huracán?
De hecho, contra los terremotos este sistema es mejor. Una estructura de hormigón se agrieta, es muy rígida. Sin embargo, esta, al tener paneles cada poca distancia, se va asentando. Cuantas más juntas tenga un edificio, mejor se comporta en estos casos.
¿Esto lo entiende el cliente o cuesta competir con el hormigón?
A veces es picar piedra y picar piedra hasta que la gente ve que aguanta igual. Lo mismo pasa con el cerramiento; la gente cree que los cerramientos gruesos necesariamente son mejores, pero nuestro cerramiento tipo, siendo mucho más estrecho, tiene un comportamiento mejor, según las comparativas realizadas. Y con material sostenible y soluciones tecnológicas que calidad precios van bien. Estamos en una fase de aplicar tecnología punta y hemos destinado muchos recursos a eso.
¿Tiene futuro aquí este sistema?
Lo que habría que hacer es adaptar el edificio a la normativa española. Nos obligaría a poner más pieles, más capas, sobre todo en lo relativo a temas de ahorro energético, aislamiento acústico y adaptar diseños, etcétera. Pero hay una necesidad evidente y objetiva que este sistema cubre muy bien en el exterior y es que se necesitan millones de viviendas en el mundo. Fíjate ahora en Filipinas; nosotros estamos hablando de viviendas no provisionales que se levantan en días.