donostia. La Diputación de Gipuzkoa y un buen número de ayuntamientos que participan en el capital de doce industrialdeas del territorio muestran abiertamente su rechazo ante el programa de fusiones puesto en marcha por parte del Gobierno Vasco y que reducirá de once a seis el número de estas sociedades públicas que gestionan polígonos industriales en el territorio. Y no han podido ser cinco por el intento frustrado de unir la gestión del polígono de Apatta Erreka, en Tolosaldea, con el de Goierri Behea, en Ordizia, debido al blindaje de la primera en sus estatutos. De este modo y solo en este caso, la mayoría del Gobierno Vasco a través de Sprilur -cuenta con al menos el 51% de cada industrialdea-, no ha sido suficiente para forzar la operación.
Estas fusiones, en pleno proceso tras el visto bueno por parte del Consejo de Gobierno del Ejecutivo vasco, se ejecutará sin acuerdo político y por un mero mecanismo de mayorías en el capital de las sociedades, con el voto solitario pero mayoritario de Sprilur, lo que ha levantado ampollas en el territorio; especialmente en los ayuntamientos. Estos verán diluida su influencia en estas sociedades públicas y tendrán que pensar menos en clave local y más en general.
De hecho, la nueva distribución excede el ámbito comarcal y une, entre otras y a modo de ejemplo, la industrialdea de Debagoiena con la de Debabarrena, que pasa a englobar en el mismo saco a los municipios de Elgoibar, Eibar, Mendaro, Mutriku, Aretxabaleta, Bergara, Oñati, Arrasate y Eskoriatza. También se fusionan Oarsoaldea con Irun; Zuatzu (Donostia), Burun-tzaldea y Zarautz; y Urola Garaia y Urola Erdia.
El proceso de concentración afecta a nueve industrialdeas guipuzcoanas que son reducidas a cuatro y quedan fuera otras dos (Tolosaldea y Goierri Behea). Entre todas acogen a 545 empresas que, a su vez, emplean a 7.911 trabajadores. Estas sociedades públicas participadas por Gobierno Vasco, Diputación y ayuntamientos surgieron a raíz de la crisis industrial de los ochenta, en torno a 1982. Y lo hicieron como fórmula para impulsar el empleo en el ámbito local frente a una situación de crisis.
El malestar por parte de los ayuntamientos y la Diputación de Gipuzkoa es profundo por la reducción de estas sociedades, aunque el plan de fusiones no es nuevo. Desde la llegada al Gobierno de Patxi López, se habían producido operaciones parecidas en Bizkaia y Araba. Así, en 2011 se disolvieron tres industrialdeas de Bizkaia (Zamudio, Elorrio y Orduña) y se fusionaron las dos que había en Araba, Laudio y Lautadako. Sin embargo, no hubo ningún movimiento en Gipuzkoa. Estos han llegado en 2012 y lo han hecho en masa provocando malestar.
La Diputación foral asume que no cabe otra solución que aceptar este juego de mayorías, según apuntaron fuentes del departamento de Innovación, Turismo y Desarrollo Rural, pero no oculta su malestar y recalca que el PSE ha roto el "equilibrio interinstitucional en estas empresas". Por su parte, algunos de los municipios afectados estudian si cabe algún tipo de acción legal que impida algunas de las fusiones, amparándose en posibles incumplimientos de los estatutos societarios. La vía de la negociación está cerrada, ya que el Gobierno Vasco ve este paso como inevitable, al considerar que "algunas de estas sociedades ni siquiera tienen razón de ser".
Desde el departamento de Innovación de la Diputación foral, sin embargo, entienden que Lakua pretende "introducir un cambio de modelo que pasa por diluir el peso de los ayuntamientos en el capital de las industrialdeas".
Según la Diputación, "los ayuntamientos tienen un papel relevante en las industrialdeas, la llave del urbanismo, y eran los que decidían que una parcela tuviera un uso industrial. Los consistorios contribuían a estas sociedades renunciando al 10% del aprovechamiento urbanístico que les correspondía por ese desarrollo y ahora se les deja al margen", ya que su voz se diluye en estas sociedades más grandes.
El Gobierno foral no comparte los argumentos del Gobierno socialista en Vitoria y algunos ayuntamientos como los de Azkoitia y Azpeitia han ido más allá apuntando a la motivación política, tras la absorción de la sociedad de Urola Erdia por parte de la de Urola Garaia, que tiene menor patrimonio y menos activos que la absorbida. Estos denunciaron que dicha fusión no tiene ni pies ni cabeza y solo persigue colocar al alcalde de Zumarraga, Mikel Serrano (PSE), al frente de la resultante.
Desde la Diputación, "consideramos que la información aportada por Sprilur respecto a la fusión no aborda las cuestiones sustanciales. No tenemos claros los objetivos, porque ya previamente, la posible reducción de costes, se había materializado al compartir transferencias, gerencia y elementos comunes", por lo que "la supuesta reducción de costes no justifica la fusión".
de 22 a 11 industrialdeas Desde Sprilur, la sociedad pública del Gobierno Vasco que gestiona el suelo industrial, la visión es diametralmente opuesta. El proceso se inició cuando "llegó este Gobierno", apuntan: "Se empezó a analizar el tema, y nos dimos cuenta de que por razones de eficacia y de organizar bien lo que había, algunas industrialdeas no tenían mucha razón de ser y apenas tenían cometido, por lo que se hizo un plan para ir eliminando sociedades y crear otras. No hay nada de política en la decisión, solo la intención de funcionar mejor y la reducción de gastos", apuntan.
Según los datos aportados por Sprilur, el coste anual de las 22 sociedades públicas (industrialdeas) que había en 2009 era de 6.399.907 euros y en 2011, después de reducirlas a 18, fue de 5.622.313 euros, lo que equivale a un ahorro de 777.554 euros, es decir, un 12%. Sprilur no se atreve a cuantificar el nuevo ahorro que se producirá con las fusiones en Gipuzkoa, pero considera que será importante y además se mantiene la plantilla.
Las once sociedades públicas que quedarán en 2013 gestionada por Grupo Sprilur en toda la CAV (seis en Gipuzkoa, cuatro en Bizkaia y una Araba) acogen a 2.032 empresas que emplean a 25.878 trabajadores.