"La flexiseguridad puede ser un antídoto contra la crisis"
¿Qué diferencia hay entre flexibilidad y la participación de los trabajadores en las empresas?
No hay necesariamente una diferencia. Se podría entender que una práctica de flexiseguridad es la participación. Salvo en lo que es la participación de los trabajadores en el capital, como algunos promulgan, en lo demás no hay diferencia. El asunto de la participación se hablaba ya en los años 90 como elemento de avance de las empresas, en el momento en que la palabra de Recursos Humanos era un avance frente a otros conceptos.
¿La transferencia de las políticas activas de empleo pueden ayudar a la flexiseguridad?
Es una de las patas. El hecho de que en políticas activas de empleo, la parte sindical y empresarial estén tan presentes nos va a dar la idea de que necesitamos generar algo que sea cercano a las empresas. Si las empresas no generan trabajo no hay nada que hacer. La única manera que tenemos es que sean las propias empresas las que nos digan qué es lo que necesitan, qué tipo de formación y de orientación les hace falta. Si somos ajenos a eso, no vamos a hacer absolutamente nada. Va a ser muy importante ser capaces de orientar la formación a las necesidades de las empresas en una actitud mucho más activa.
¿La flexiseguridad se puede aplicar en sectores maduros o, por el contrario, puede tener mayor resultado en sectores emergentes?
Cuando hablamos de seguridad, estamos hablando de seguridad de la masa social empleable. Es lógico que en sectores maduros o que no tengan proyección, esa empleabilidad se va a ver disminuida necesariamente. Lo que pasa es que cuando entran en juego las políticas activas y pasivas de empleo hay que adelantarte a lo que va a ser el futuro. Se deben formar personas que aporten algo a la sociedad. La sociedad está aportando mucho dinero a la formación, pero la formación tiene que ser útil para todos.
¿Entre una empresa siderúrgica y una de biociencias, dónde se puede aplicar mejor la flexiseguridad?
Creo que se pueden aplicar en las dos. Otra cosa es que los niveles de empleabilidad entre uno y otro sector sean distintos. De hecho, la seguridad que pueda tener un trabajador en una empresa de tecnología será mayor, pero también la movilidad será mayor. En una empresa más consolidada y más tradicional, la movilidad será inferior en general. Estamos hablando no solo de que la seguridad viene por la empleabilidad que tiene el trabajador cuando es despedido, sino también es interna y permanente dentro de la empresa. Los mecanismos que van desde las polivalencias funcionales tienen muchísimo juego. La formación que existe en una empresa muchas veces se ciñe al puesto de trabajo. No hay una conciencia de formación polivalente.
¿Entre los países que aplican la flexibilidad, cuál es el modelo que encaja mejor en nuestra cultura?
Nosotros hemos analizado más el modelo de Dinamarca por lo concreto que es y porque sus niveles de desempleo son muy bajos y absolutamente estructurales y, además su funcionamiento es muy ágil. Si cogemos el modelo de Alemania existe una conciencia de país de remar todos en la misma dirección, que es un tema cultural. Aquí funciona más lo cultural que los sistemas de protección que puede haber. En Dinamarca se parte de que lo que hace una empresa es en beneficio de todos. El papel de los sindicatos en Dinamarca no está en la defensa de los puestos de trabajo de esa empresa que ha tenido que despedir a un número de trabajadores, sino en la recolección de esos trabajadores. No se discute por qué se ha cerrado una empresa, sino lo que importa es la recolocación de los trabajadores.
¿La flexiseguridad puede ser un antídoto contra la crisis?
Estoy absolutamente convencido. Se está hablando de que la empresa va a ser flexible y va a tener todas las facilidades para una buena gestión dentro de un sistema que aporta formación a los trabajadores para que sean competitivos. El sistema no se debería de permitir el lujo de tener a una persona productiva fuera del mercado. Eso es perder dinero. Desde ese punto de vista, es un asunto de pura economía.
¿Este modelo garantiza el empleo?
Totalmente. No hay más que ver qué es lo que está pasando en Dinamarca o Alemania, que son modelos distintos.