Síguenos en redes sociales:

Tecnalia: el mal chiste de "giputxis" y vizcainos

Tecnalia: el mal chiste de "giputxis" y vizcainos

hasta ahora, por aquello de la gracia y la sonrisa provocada por el chiste recurrente que reflejaba la sana rivalidad entre guipuzcoanos y vizcainos, habíamos dejado a los bilbainos que pudieran elegir el lugar donde nacer que, evidentemente, como no podría ser de otra forma, era El Bocho, pero tras la decisión del comité de integración de Tecnalia de aplazar un mes y medio la decisión sobre la ubicación de la sede del nuevo centro, cuando había ya un acuerdo previo consensuado entre las dos partes en la que fijaba a Donostia como el lugar del domicilio social de la entidad fusionada, he llegado a la conclusión de que mientras los guipuzcoanos nos quedábamos con el chiste, los vizcanos van a lo suyo sin ningún pudor.

Porque si no, cómo se puede entender que una propuesta de consenso redactada de manera milimétrica por los presidentes de Inasmet, Fatronik y Labein, cuyo fin era la búsqueda de un equilibrio interterritorial basado en datos objetivos, quedase en tan sólo 48 horas en mero papel mojado y fuera el origen de las tensiones y las disputas que se produjeron en una reunión que duró más de seis horas, con un receso de por medio, y una propuesta de intermediación del Gobierno Vasco, que no tiene ninguna justificación se mire por donde se mire.

El presidente de Labein y director de Compras de Iberdrola, Asís Canales, tendrá que explicar a los guipuzcoanos por qué lo que el pasado miércoles acordó con sus homólogos de Inasmet y Fatronik, José María Echarri y Félix Iraola, respectivamente, no servía dos días después, y cuales han sido las fuertes presiones que ha recibido de su propia empresa, la operadora eléctrica presidida por Sánchez Galán, y la propia Diputación de Bizkaia, que ha mantenido durante estos días un sospechoso silencio, para tener que protagonizar un papel que no corresponde al de alguien al que se le supone que debe responder a los compromisos contraídos.

Las explicaciones son todavía más pertinentes cuando se sabe que el presidente de Labein y director de Compras de Iberdrola era el candidato que los centros tecnológicos vizcainos habían elegido para presidir el nuevo centro tecnológico Tecnalia Research and Innovation, en donde tal y como figuraba en la propuesta de consenso no había ningún problema para que fuera él.

Pero, sin embargo, quien debe de dar alguna explicación, siquiera a su homólogo en Gipuzkoa, es el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, que a la chita callando ha llevado las ascuas a su sardina en una demostración más de esa carrera que ha iniciado ya hace tiempo por tratar de llevarse a Bizkaia y controlar todo lo que se mueve y se promueve en el conjunto de la CAV. Tanta avaricia debe terminar porque podemos correr el riesgo de poner en cuestión esa normativa de funcionamiento interno que nos hemos dado los vascos a través de la LTH, cuyo fin es la de buscar un equilibrio entre los tres territorios que forman parte de la CAV y que de una manera muy gráfica está reflejado en los 25 escaños que a cada uno de ellos les corresponde en el Parlamento Vasco.

A pesar de que no es bueno entrar en comparaciones, es conveniente recordar todo el apoyo institucional que desde el Gobierno Vasco han tenido los vizcainos en el desarrollo de sus infraestructuras viarias, de comunicación, culturales, y de investigación y de conocimiento, en detrimento de otros territorios como el guipuzcoano. Por citar los últimos ejemplos, el Centro de Expalación de Neutrones, AIC, el CIC Biogune o el Centro Tecnológico del Acero, que todavía está sin desarrollar y que tiene su origen en la planta de Arcelor Mittal de Olaberria (Gipuzkoa).

El comportamiento de los centros tecnológicos vizcainos de Tecnalia ha demostrado que, al margen de ser fieles a unas determinadas presiones que no buscan el equilibrio territorial de la CAV sino la concentración de todas las nuevas iniciativas en un territorio, las razones objetivas para que la sede del nuevo centro tecnológico se sitúe en Gipuzkoa son tan contundentes como los 20,5 millones de euros que aporta la Diputación Foral de Gipuzkoa, que tuvieron que proponer la intermediación de terceros. En lo único que nos ganan es que cuentan con un aeropuerto como es el de Loiu, pero eso en clave europea no es una diferencia competitiva cuando lo que importa es la vocación y la inversión en I+D+i por encima de la media española y europea. Y eso, a pesar de los vizcainos, está en Gipuzkoa.