El arranque de 2024 ha traído numerosas novedades para los jubilados, pensionistas y perceptores de las diversas prestaciones que concede el Gobierno.

La mayoría son positivas, dado que los importes que perciben los beneficiarios se han visto incrementados al menos el 3,8%, la tasa de inflación del pasado año hasta diciembre. Incluso las prestaciones no contributivas y las que perciben las personas más desfavorecidas han registrado incrementos superiores a esta cifra.

Pero pensionistas y jubilados están echando en falta la denominada paguilla extra que solían cobrar en enero y que este año tampoco percibirán.

Este ingreso especial que recibían los pensionistas tenía el objetivo de paliar la pérdida de poder adquisitivo debido a la diferencia entre el aumento medio anual real del Índice de Precios de Consumo (IPC).

Pero ya desde el año pasado los pensionistas han dejado de recibir esta paguilla de enero debido a que el incremento de las pensiones se realiza con base en el aumento real del IPC entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023 (cuya cifra real se ha conocido el pasado 14 de diciembre).

Los Presupuestos Generales del Estado ya no contemplan esta paguilla en el primer mes de año después de los cambios legislativos incorporados por el Gobierno de Pedro Sánchez en virtud de los cuales las prestaciones se verán revalorizadas conforme a la normativa vigente, que obliga a ajustar la cuantía de estas al menos a la inflación interanual entre los meses citados anteriormente.

Este cambio legal es el que ha terminado con la paguilla de enero, que servía para ajustar las subidas al alza real del coste de la vida. Y que obviamente ya no será necesaria dado que los pensionistas y jubilados cobran ya sus prestaciones conforme a la subida de los precios del año anterior.

Las pensiones actualmente se revalorizan conforme al IPC interanual según la Ley 21/2021, del 28 de diciembre, una normativa que ha tenido efectos positivos para estos colectivos, ya que al menos no han perdido poder adquisitivo y han visto incrementadas sus pensiones un 8,5% el pasado año y un 3,8% este 2024.

Pero la supresión de esta paguilla de enero ha generado controversia entre algunas asociaciones de pensionistas y jubilados por que, señalan, supone perder un ingreso extra en un mes difícil como enero, en el que se incrementan los precios de la mayoría de servicios como transporte, luz o peajes y de los bienes que registran alzas en Navidades y ya no retornan a los anteriores con la llegada del año nuevo. La cuesta de enero se hace así más empinada sin una extra que podría afectar su capacidad para afrontar estos costos adicionales.

Pero lo cierto es que los expertos consideran la denominada reforma Escribá (por el ministro que la impulsó) como un paso imprescindible hacia un sistema más justo de revalorización de las pensiones, basado en datos verificables de inflación y no en estimaciones. Aunque es cierto que han mostrado su preocupación por el impacto directo en los bolsillos de los jubilados, especialmente en un contexto de aumentos de precios y presiones económicas.