Tras sucesivos meses con déficit de lluvias y unas reservas de agua en continuo descenso, la batería de restricciones al consumo hídrico en el país no se ha hecho esperar, también en la cornisa cantábrica, donde este verano se ha evidenciado la cara más seca en el norte del Estado.

Una menor capacidad de los embalses, junto con el uso del agua para fines añadidos al abastecimiento humano -como los saltos eléctricos, por ejemplo, habituales en Galicia- además de la escasez de puntos de suministro explican gran parte del estrés hídrico que soportan comunidades de la cornisa cantábrica cuando la ausencia de precipitaciones es prolongada.

Así lo asegura a EFE el activista Santiago Martín Barajas, coordinador del área de agua de Ecologistas en Acción, quien añade que, "en la cornisa cantábrica, los sistemas de abastecimiento son mucho más vulnerables en el sentido de que están menos preparados para hacer frente a la ausencia de lluvias de forma continuada. Por eso, cuando pasan muchos meses sin llover surgen problemas".

Ocurre lo mismo en países del norte de Europa, donde territorios como Reino Unido, Francia o Alemania, ha recordado el experto, también están sufriendo déficit de agua, con restricciones, porque no están preparados sus sistemas de abastecimiento para soportar falta de precipitaciones durante tiempos prolongados.

Aunque la reserva hídrica en el Estado se sitúa ya en el 39,2% de su capacidad total tras semanas consecutivas de descensos, en el área septentrional del país, sin embargo, pese a las numerosas restricciones de agua implantadas este verano en diversas poblaciones, los niveles de los embalses se mantienen por encima del 50%.

Así, la cuenca del cantábrico oriental está al 72,6% de su capacidad y el occidental al 61,8%; las cuencas internas de Euskadi, al 81%; la costa de Galicia, al 62% y la cuenca del Miño-Sil, al 50,5%, según los últimos datos oficiales.

En las últimas semanas, no solo en Galicia, sino también Nafarroa o Euskadi, entre otras muchas regiones del país, como el sur o el Mediterráneo, se ha ido limitando el uso del agua, con medidas como el cierre de duchas en playas o la prohibición del relleno de piscinas, lavado de coches y el riego de fincas y huertos, entre muchas otras.

Períodos largos sin precipitaciones

En contraposición, en la zona centro, la comunidad de Madrid, con más de seis millones de habitantes y climatología muy poco lluviosa, "dispone de un sistema de abastecimiento  para aguantar períodos muy largos sin precipitaciones", ha asegurado Martín Barajas. En una nota, el activista ha añadido a este respecto que "los embalses en esta región están al 63% porque se dedican exclusivamente al abastecimiento humano sin derivar apenas nada al regadío".

Además, según explica a EFE el experto, el Canal de Isabel II tiene una red de puntos de captación de agua abundante en diversas cuencas como el río Alberche, el Manzanares, Jarama, Lozoya, incluso en el Tajo. Por eso, cuando hay déficit se recurre automáticamente a otro.

"Aunque no lloviera nada en meses en esta comunidad, habría suministro garantizado para consumo humano sin problemas" al igual que en otras regiones muy secas que disponen de sistemas de suministro con varios puntos de captación hídrica para garantizar el abastecimiento.

Ante los problemas de suministro de agua en Galicia, con un año hidrológico que es el más seco desde que hay registros, su presidente, Alfonso Rueda, ha advertido de que la situación es "muy preocupante", y ha instado a los Ayuntamientos, por sus competencias en la materia, a tomar medidas porque el verano es todavía largo y con muy bajas expectativas de lluvias torrenciales.

"Los Ayuntamientos son los responsables de los abastecimientos y de todas las posibilidades de ahorro de agua", y de tomar medidas como evitar baldeos, llenado de piscinas, para evitar situaciones incluso peores, ha asegurado.

También en Nafarroa, algunas pequeñas poblaciones que dependen de manantiales se están viendo afectadas por la sequía, como el Valle de Erro, aunque desde el Gobierno Foral aseguran que no peligra el abastecimiento.

En la Mancomunidad de Moncayo, que suministra agua a Corella, Barillas, Ablitas, Monteagudo, Tulebras, Murchante, Ribaforada y Buñuel, se ha restringido el riego de zonas verdes; y la situación del pantano de Yesa es de emergencia, con el nivel más bajo en lo que va de siglo precedido solo por la sequía de 2001.

También en Euskadi, en ciertas poblaciones que se abastecen de ríos y acuíferos se ha prohibido el riego de jardines, el llenado de piscinas particulares y el lavado de coches, entre otras actividades no esenciales.