Una placa recuerda en Donostia al militar retirado Fernández-Montes, asesinado por ETA
Ya son 36 las placas que el Ayuntamiento ha instalado en memoria de otras tantas víctimas del terrorismo y la violencia política en la ciudad
Una placa recuerda desde este sábado en Donostia al coronel de Infantería retirado Diego Fernández-Montes, asesinado por ETA el 17 de diciembre de 1978 en la calle Miramar de la capital guipuzcoana, donde el Ayuntamiento donostiarra ha emplazado hoy este hito memorial en un emotivo acto de homenaje.
Con la colocación de esta placa en el lugar del atentado, son ya 36 las que el consistorio ha instalado en memoria de otras tantas víctimas del terrorismo y la violencia política en la ciudad, en el marco de una iniciativa puesta en marcha hace dos legislaturas.
Diego Fernández-Montes, natural de Ciudad Real y padre de 9 hijos, tenía 63 años y era coronel de Infantería retirado, aunque continuaba trabajando en la delegación donostiarra del Ministerio de Cultura, en la calle Miramar.
Murió en el hospital
En la madrugada del 17 de diciembre de 1978, cuando se encontraba en la entrada del edificio, dos terroristas de ETA le dispararon e hirieron de gravedad. Murió horas más tarde en el hospital.
En el acto de homenaje de este sábado han participado medio centenar de sus familiares, algunos de los cuales siguen residiendo en San Sebastián, mientras que otros se han desplazado desde diferentes puntos de España como La Rioja, Alicante y Madrid, e incluso desde Dubai.
Varias personalidades
Todos ellos han estado arropados por el alcalde saliente, Eneko Goia (PNV), el edil Jon Insausti (que será su sustituto), y los portavoces municipales del PSE-EE, Ane Oyarbide, del PP, Borja Corominas, y de Elkarrekin Podemos, Arantxa González, con la única ausencia de EH Bildu.
Al homenaje han asistido además la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia, la directora de Derechos Humanos y Atención a Víctimas del Gobierno Vasco, Ainhoa Zugasti, y la diputada de Movilidad, Turismo y Ordenación del Territorio de Gipuzkoa, Azahara Domínguez, entre otras autoridades.
Ofrenda foral
La cita ha tenido lugar a mediodía y ha consistido en una ofrenda floral durante la que los asistentes han depositado decenas de rosas blancas sobre la placa memorial, encajada entre las baldosas de la calle Miramar.
Uno a uno, familiares, representantes institucionales y ciudadanos anónimos han ido amontonando en silencio las flores sobre la acera, al son de la música de la banda municipal de txistularis, tras lo que han dado por concluido el acto entre los aplausos de los asistentes.
Una vez finalizada la ofrenda floral, Rosa y Ana, dos de las hijas del militar asesinado, han recordado la figura de su padre ante los periodistas, al tiempo que se han mostrado satisfechas y agradecidas por el hecho de que se le recuerde y se reconozca que su asesinato "fue una injusticia" que, según han dicho, sus allegados afrontan "estando todos juntos" y "enseñando a los hijos y nietos lo que pasó, pero sin rencor".
Hacer justicia
Por su parte, el alcalde Eneko Goia, ha recalcado que la colocación de esta placa es "una forma de hacer justicia hacia una persona que fue asesinada injustamente y que faltó de entre nosotros sin que tuviera que faltar".
"Ha sido muy emocionante", ha indicado Goia, visiblemente conmovido, al tiempo que ha explicado que su amplia y unida familia constituye "el más bonito legado" del militar asesinado, quien "permanecerá siempre en nuestro recuerdo", ha añadido.
"Cuando veo a sus biznietos (presentes en el acto), espero que ellos no olviden y que recuerden quien era su bisabuelo y qué paso, para que no pase nunca más", ha agregado.
Goia ha recordado que próximamente dejará el cargo por decisión propia y que ésta ha sido la última colocación de una placa de víctimas que presidirá, se bien ha dicho estar tranquilo sabiendo "que habrá más, porque la ciudad continuará con esta dinámica que es necesaria y positiva".