El nuevo alojamiento The Social Hub, ubicado en el barrio de Riberas de Loiola, ha cumplido ya un mes desde su apertura oficial tras dos años de obras y ha querido mostrar sus interiores a los medios de comunicación, unos espacios que van ligados a la filosofía del lugar, que combina la faceta de hotel con la de residencia de estudiantes y los espacios de coworking, tanto con oficinas propias como con puestos compartidos.

El director del establecimiento, Garlos García, así como el director de marketing para la península ibérica, Luigi Esposito -The Social Hub tiene sedes en Madrid, Barcelona y va a abrir otras dos en Lisboa y Oporto- han sido los encargados de dar a conocer la personalidad del establecimiento, que se convertido ya en el de mayor número de habitaciones de toda la ciudad, con 328.

Cuartos clásicos de hotel, otros para estudiantes (que en verano cambian a alojamiento turístico) y estudios con cocina propia son algunas las fórmulas de alojamiento disponibles en un gran edificio de siete plantas con vocación de ser el hogar de quienes en él se hallan.

Para quienes residen en el lugar en estancias de varios meses, como estudiantes o contratados temporales, existen cocinas comunitarias, con pequeños armarios para la vajilla de cada persona y cajones propios con llave electrónica en los frigoríficos. También hay lavandería, con sillones para esperar y, si se quiere, jugar a la Play Station. Una terraza con tumbonas y piscina, que se llenará en verano, son otras de las dependencias de las que disponen los allí alojados, así como salas de estar, espacios para reuniones y distintos rincones, como cabinas para videocharlas en total privacidad.

La planta baja, en la que se ubica tanto el bar como el restaurante, es un lugar abierto a todo el público, en el que los vecinos del barrio hacen ya acto de presencia. Los responsables recalcan que The Social Hub quiere darse a conocer a los vecinos como un espacio también para ellos, no un hotel o residencia molesta para el entorno sino que forme parte de él. "Hemos organizado por primera vez un pintxo pote y fue un éxito; vamos a hacerlo los últimos jueves de mes", explica García, que recuerda también la iniciativa de los lunes con café gratis de 11.00 a 11.30 horas. "La única condición es que se tome el café aquí, con el objetivo de que las distintas personas que lo hagan se conozcan y puedan conectar", recalca. "Puede haber una persona muy experta en redes sociales que ayude a otra que está creando un empresa, por ejemplo", añade.

Escaleras junto al pop up de Loreak Mendian, instalado estos días

Escaleras junto al pop up de Loreak Mendian, instalado estos días Arnaitz Rubio

Las clases de yoga, como la celebrada esta semana, también tienen este fin. "Estuvimos en ella desde estudiantes, hasta coworkers, trabajadores del hotel y gente el barrio en una iniciativa que busca también la conexión entre distintas personas para crear comunidad", destaca.

Este aspecto de "crear comunidad" es precisamente la filosofía de The Social Hub, según recalcan los directores. El concepto surgió en el primer hotel de la cadena, creada en Holanda, que cuenta ya con 23 establecimientos repartidos por Europa, enfocados hacia los "nómadas digitales", estudiantes y las ciudades que les albergan.

Para lograr la máxima comodidad, existe la figura del "conector", una persona que está al tanto de las necesidades de los estudiantes y resto de residentes que, además, trabaja en la creación de eventos conectados con la ciudad y, si hace falta, pone a disposición de los alojados atención psicológica en el idioma que se necesite.

El hotel ha estado dos años de obras y ha supuesto una inversión de 50 millones de euros. Una vez finalizada la plaza Alkain, aún en obras, contará también con un espacio al aire libre junto al edificio.

Hinchas del PSG

La visita al establecimiento se produce mientras se despiden algunos hinchas del PSG que se alojaron en el lugar para el partido del pasado martes, aunque no podían acceder al campo. "Les invitamos a ver el encuentro en una sala reservada, con pizzas y cerveza, y todo fue fenomenal", recordaba el director, que destacaba también la curiosa imagen de estos aficionados jugando al ping pong en el amplio vestíbulo del alojamiento, junto a otros franceses, estos directivos de empresa y convenientemente trajeados, relajados en las butacas.