Siete comunidades de vecinos de Donostia han solicitado licencia al Ayuntamiento con el fin de que les permita colocar balcones allí donde no existían hasta el momento. Algunas de las peticiones son para que todas las viviendas del inmueble cuenten con estos salientes al aire libre, mientras que en otros casos la petición es para que solo una vivienda, que no lo tenía, lo pueda añadir. Las solicitudes se reparten entre los barrios de Egia (tres), El Antiguo (dos), Intxaurrondo (una) y Aiete (una).

Además, otras tres vecindades, en Intxaurrondo y Martutene, han pedido modificar sus actuales balcones, aunque a una se le ha denegado por incumplir las condiciones.

La posibilidad de instalar balcones allí donde no existían fue introducida en las Normas Urbanísticas del Plan General de Donostia en abril de 2021, después de que la pandemia dejase en evidencia la importancia de poder disponer de terrazas en las viviendas para tomar el aire y el sol.

Tras meses de tramitación municipal, el Ayuntamiento aprobó un cambio normativo para que hasta un 10% de la superficie construida de los edificios pueda ser destinada a balcón o terraza, sin que estos metros cuadrados al exterior computen como edificabilidad de la propia vivienda.

El objetivo de la medida es doble. Por una parte, favorecer que todas las viviendas de nueva construcción tengan balcón o terraza, y por otra, facilitar la construcción de balcones en los edificios que no dispongan de ellos para mejorar así la calidad de vida de las personas que residen en sus viviendas.

La incorporación de balcones conlleva la ejecución de una obra y un coste económico para los vecinos, además de la modificación interior de la vivienda. Estas circunstancias puede frenar a muchos a abordar la modificación de los edificios, pero algunos ya se han animado a estrenar una normativa, que transformará sus hogares.

Para poder hacerlo, además, es necesario cumplir determinadas condiciones técnicas, ya que no en todas las edificaciones se autoriza añadir prolongaciones al exterior.

Por ejemplo, en los edificios ya existentes, es imprescindible que se produzca una acuerdo de toda la comunidad para llevar a cabo la obra. Además, tiene que acreditarse que la estructura del edificio permite al añadido de balcones y tanto el proyecto como la ejecución deben ser unitarias y contar con la aprobación y autorización administrativa del Ayuntamiento.

Calles estrechas

Finalmente, debe cumplirse un requisito principal, que es respetar las distancias mínimas entre edificaciones. Por ejemplo, en las calles más estrechas, el añadido de salientes a las fachadas podría impedir el paso de vehículos.

Las fachadas catalogadas dentro del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbano Construido (Peppuc) no se pueden alterar, por lo que tampoco pueden añadir balcones.

Hasta el momento, de las siete peticiones de nuevos balcones ninguna se ha terminado de materializar, aunque seis de ellas ya cuentan con la licencia correspondiente, por lo que las obras pueden comenzar. La otra está en proceso de tramitación.

Además, tres de los permisos otorgados son para edificios en los que uno de los pisos carece de balcón, lo que favorecerá que se iguale con el resto. Otros dos son para que todas las viviendas tengan estas prolongaciones al exterior, ya que carecen de ellas, y otro busca poder forjar los tendederos, de los que carece.

Finalmente, la licencia que se encuentra en tramitación pertenece a la zona de El Antiguo y, al igual que otras tres ya dadas, buscar dotar a todas las viviendas de la comunidad de balcón.

Además, el departamento municipal de Urbanismo también está analizando un Estudio de Detalle presentado por una comunidad de la zona de Miraconcha para la construcción de nuevos balcones.

Por otra parte, el cambio de las Normas Urbanísticas del Plan General aprobado en 2021 también incluyó nuevas reglas a la hora de poder segregar una vivienda. En concreto se fijó en 110 metros. diez menos que antes, las dimensiones mínimas para poder dividir un piso de modo que surjan dos, uno de ellos de 65 metros cuadrados como mínimo. Este cambio persigue crear la ampliación del parque de viviendas, a la vez que reducir su tamaño y adecuarse así a la realidad de las familias en la actualidad.