La ONG Zaporeak, que ofrece comidas a los refugiados que llegan a la isla griega de Lesbos, lanzó este martes un nuevo reto a los donostiarras que participarán en la próxima tamborrada. Les piden que dediquen un euro de su presupuesto para ayudar a las 3.000 comidas diarias que se ofrecen a los refugiados de la isla de Lesbos, con el trabajo voluntario de un equipo de 16 personas.

La campaña Un tambor, un euro, una comida se puso por primera vez en marcha en 2016, cuando nació la organización solidaria de manos de la sociedad Artzak Ortzeok de Intxaurrondo. Ocho años después vuelve con el objetivo de que los aproximadamente 20.000 donostiarras que toman parte en las distintas tamborradas de la ciudad, tanto de adultos como infantiles, aporten otros tantos euros que equivaldrán al mismo número de raciones de comida para los refugiados.

La iniciativa fue presentada este martes por el presidente de Zaporeak, Peio García Amiano, que invitó a los donostiarras a tomar parte en esta iniciativa festiva y solidaria, así como a lucir en el pecho la chapa de Zaporeak el día de San Sebastián. El pin será entregado a cambio del donativo de un euro, como sucedió hace ocho años.

Aunque la propuesta se dirige a quienes tocarán tambores y barriles, García Amiano extendió la solicitud a todas las personas que lo deseen. “Que lleven ese día el pin en solidaridad con los refugiados”, dijo.

La propuesta contó con el apoyo del alcalde de Donostia, Eneko Goia, y de los Tambores Mayores de las compañías que abren y cierran la fiesta: José Ramón Mendizabal, de Gaztelubide, y Aitor Oyarzabal y Luken Hernández, de La Artesana. “Que se oigan los tambores en Lesbos”, pidió Mendizabal, que además solicitó un aplauso para Zaporeak, “que está haciendo mucho a cambio de nada”.

Chapa de Zaporeak que se entregará a quienes donen un euro para las comidas de Lesbos. Donostia

En el acto de presentación de la campaña no faltaron el Tambor de Oro de 2023, Javier García Cogorro,  ni la que lo recibirá el 20 de enero, Isabel Verdini. García Cogorro, además de alabar la iniciativa, manifestó: “La solidaridad nos dignifica y es importante unir la actividad festiva de celebración y con la actividad social". Asimismo, abogó por no dar solo un euro sino por seguir ayudando para que Zaporeak pueda dar de comer a los refugiados. 

Por su parte, la Tambor de Oro de este año, Isabel Verdini, señaló que “es un proyecto maravilloso con un gran valor humano”. “Pido a la gente que compre un pin, porque les va a llenar el corazón y va a llegar a mucha gente que necesita esa comida”, señaló.

El plan previsto por Zaporeak, con la ayuda de Donostia Festak, es ponerse en contacto con todas las tamborradas de la ciudad para darles a conocer directamente la iniciativa. Zaporeak entregará los pins que necesite cada compañía y ésta los repartirá entre quienes se animen a donar un euro.

Por ahora, Zaporeak ha encargado 20.000 chapas con la esperanza de poder repartirlas todas y sufragar así otras tantas raciones de comida. Asimismo, anunció que este año la Tamborrada sonará en el campo de refugiados de Lesbos para que los refugiados sientan la ayuda donostiarra.