No fue una fiesta, fue una salvajada y temen que este martes vuelva a repetirse. La Asociación de Vecinos de Aiete ha expresado este lunes su preocupación ante la quedada juvenil organizada para este martes, noche de Halloween, en el barrio. "Se está corriendo por el barrio que el martes chavales de todo Donostia han organizado una quedada en Aiete para echar huevos en los autobuses y en las casas", denuncia el presidente de Lantxabe, Félix Pérez, al tiempo que añade: "Clases enteras de diferentes colegios de la ciudad se citan en el barrio para hacer litros y repetir las salvajadas del año pasado".

Si la noche de Halloween está llamada a ser la más terrorífica del año, los vecinos de Aiete pasaron el pasado año una noche de auténtica pesadilla. "Hordas de jóvenes se ensañaron con el mobiliario público y privado del barrio. El clima creado era de espanto; algunos saltaban encima de los coches aparcados en la calle Borroto, produjeron destrozos en todo lo que pillaron, agredieron, ensuciaron, invadieron los portales del barrio, haciendo de todo a manos llenas, dejando desolado todo lo que pillaron. No fue una fiesta, fue una salvajada", expone, al tiempo que recuerda que tanto la Policía municipal como recursos de la Ertzaintza tuvieron que personarse en el lugar y llevaron a cabo "algunas detenciones".

La asociación de vecinos hace pública esta denuncia para recordar a las cuerpos de seguridad los incidentes ocurridos el pasado año, a fin de prevenirlos.

Consecuencias "importantes" para los menores y sus familias

Según ha podido saber este periódico, la Guardia Municipal no tiene previsto un dispositivo especial por este motivo, aunque sí precisa que, al ser víspera de festivo y al igual que ocurre en este tipo de jornadas, se reforzarán las labores de seguridad ciudadana por los distintos barrios de la capital, también en Aiete.

No obstante, y en recuerdo a lo ocurrido el pasado año, advierten tanto a los jóvenes como a sus familias que determinados comportamientos "pueden tener unas consecuencias muy importantes".

A modo de ejemplo, recuerdan que el pasado año, cuatro menores, tres de ellos guipuzcoanos entraron en un chalet vacío de Castiello de Jaca (Huesca), con el objetivo de hacer botellón y disfrutar de una velada cuando, no tuvieron mejor idea que llenar un vaso de gasolina y prenderle fuego. El incendio originado pilló por sorpresa a los jóvenes, que trataron de extinguirlo primero con agua y después con un edredón, consiguiendo justo el efecto contrario: las llamas se descontrolaron y acabaron calcinando por completo la vivienda, mientras ellos huían. Ahora, un año y medio después, los jóvenes han sido condenados por lo penal, mientras que la responsabilidad civil ha caído en manos de sus progenitores, que deberán abonar casi medio millón de euros por la reconstrucción de la casa y las correspondientes indemnizaciones.

"Somos conscientes de que los últimos años ha habido incidentes con lo que ojo con lo que se hace, porque las consecuencias pueden ser muy importantes tanto para los menores como para sus familias", insisten.