El Gastronomy Open Ecosystem (GOe) va quemando etapas hacia su materialización. El camino no está resultando sencillo, ya que es un proyecto contestado por diversos colectivos vecinales y ciudadanos. El director del Basque Culinary Center (BCC), Joxe Mari Aizega, está convencido de que el futuro evidenciará que es un proyecto clave.

¿Esperaba el revuelo que se ha levanrado en torno al proyecto?

Conociendo como está el mundo hoy, sí pensábamos que en el entorno más próximo al lugar en el que se va a ubicar el edificio se darían críticas, aportaciones, contribuciones... Durante estos últimos días hemos querido presentar toda la información de la que disponemos, aclarar malos entendidos, etc. Estamos en ese proceso de comunicar, escuchar y responder preguntas de una a una.

¿Percibe las críticas como algo general o puntual y localizado?

Percibimos que el proyecto se valora en general positivamente. Ponemos encima de la mesa un recorrido y unas garantías de que lo que vamos a hacer va a ser muy positivo para la ciudad, el territorio, el país... Me llega, incluso desde algunas voces críticas, una valoración positiva. Creo que las críticas se circunscriben al entorno más próximo del lugar donde se levantará el GOe.

¿Qué valoración hace del encuentro realizado con la ciudadanía?

Quisimos organizarlo en nuestra casa y recibir a los críticos aquí. Queríamos dejar claro que no tenemos nada que ocultar. La valoración es muy positiva. Nos pusimos cara y escuchamos a quienes tenían inquietudes y preguntas. Ellos también escucharon la información que compartimos, toda la que tenemos. Reinó un ambiente de educación y cordialidad.

¿Qué valor añadido considera que aporta el GOe?

Creo que va a ser un equipamiento y un edificio emblemático que urbanizará el lugar con una clara voluntad de mantener las zonas verdes y los usos que tiene. 

¿Y lo que alberga? 

Es un edificio dedicado a la innovación, pero también de puertas abiertas. Se organizarán diversas actividades, desde talleres a experimentación de productos o exposiciones. Sus puertas estarán abiertas al barrio y a la ciudad en general. Hablaríamos de cuatro elementos: un edificio muy bello, el mantenimiento de los usos de la zona verde, una revitalización del ámbito y un contenido pensado para la interacción y la participación.

¿Podría haberse hecho en otro lugar de la ciudad?

Pues igual. Pero es verdad que en su momento, de las opciones que se pusieron sobre la mesa, ésta era la única viable. El Plan General de Ordenación Urbana prevé la construcción de un equipamiento en esta zona. De entre las que teníamos, era la mejor opción para generar un distrito urbano de innovación, con un edificio abierto a la ciudadanía.

Nekane Arzallus se refirió a otras dos posibles opciones: Illunbe y un solar del Orfeón Donostiarra en Miramon. ¿No podían ser?

No eran viables. Primero, porque pensando en el futuro del proyecto y en los frutos que tiene que dar, que esté en la ciudad es una condición ineludible. Además, era importante que se ubique en un espacio urbano de innovación. Las dos opciones que mencionó la concejala no eran viables: una porque estaba en el parque tecnológico y era del Orfeón Donostiarra y la otra porque Illunbe, por motivos diversos, no era viable.

¿Y fuera de Donostia?

Cuando empezamos con el proyecto, hace tres años, lo pensamos. ¿Podría ir a otra ciudad de Euskadi? Quizá, pero a nosotros nos parecía que su lugar era Donostia. Porque aquí con el BCC y el GOe y todo el ecosistema que se generará, se va a crear empleo, riqueza y desarrollo. Lo veremos. Va a ser espectacular.

¿No teme que la polémica oculte los valores del proyecto? 

Espero que no. Por eso hablamos de varios planos. En el vecinal ya hemos explicado que la zona verde se mantendrá y se replantarán el 80% de los árboles. Está el plano de la política, que no nos corresponde a nosotros. Los partidos políticos verán lo que tienen que hacer. Pero creo que es para Donostia, Gipuzkoa y Euskadi un proyecto de futuro muy importante. Estoy seguro de que el debate pasará a una siguiente fase y podremos hablar con los críticos de contenidos.

Se habla del GOe pero quizá se desconozca el proyecto. ¿Qué va a ser?

Un espacio dedicado a la innovación en gastronomía donde va a haber actividades de investigación, de innovación en productos y servicios, nuevas empresas con emprendedores, educación de postgrado... Ya presentamos los resultados que queremos alcanzar para 2030, lo tenemos muy claro. Entonces se verá que también se generarán nuevas empresas y empleos.

“Creo que va a ser un edificio emblemático, bello, con una cubierta transitable. Se podrá sacar a pasear al perro o sentarte en un banco ”

Joxe Mari Aizega - Director del BCC

Muy ambicioso.

Lo primero que hay que entender es que en el mundo somos 9.000 millones de personas. Los hábitos alimentarios están cambiando. Hay un importante movimiento en torno a nuevos productos y servicios. Creemos que Donostia puede ser un agente activo en esta transformación. Para ello necesitamos talento, vamos a lanzar siete nuevos máster en el ámbito científico; necesitamos investigar y generar resultados de la investigación que generen nuevos productos, necesitamos atraer emprendedores de todo el mundo... Todo eso ocurrirá en el GOe. 

Se ha criticado la entrega de suelo público a una entidad privada. ¿Qué tiene que decir al respecto?

Lo primero, que una de las grandes fortalezas de Euskadi es la colaboración público-privada, que funciona en todos los sectores: en la educación, la economía, la cultura... Y en este también. Somos una fundación que recibe la cesión temporal de una parcela. Las instituciones invertirán dinero público para construir un edificio y después nosotros nos encargamos de hacerlo viable y sostenible. Solo recibimos ayuda en la inversión. El desarrollo posterior es responsabilidad nuestra, es nuestra gestión. 

¿Y funciona?

Con esta receta, en el Basque Culinary Center desde nuestra creación hemos generado un impacto económico de más de 200 millones de euros. Por cada euro que se invirtió de dinero público, hemos devuelto 2,8. Creo que es una inversión desde lo público rentable. Somos gente de aquí, del país, estamos comprometidos y nos sentimos responsables de devolver por cada euro público invertido más de los tres que hemos devuelto en el BCC.

¿Y qué nos dice del edificio?

Tenemos el privilegio de que uno de los arquitectos más renombrados a nivel mundial diseñe un edificio para Donostia. A la larga veremos qué fuerza tiene eso. Que Bjarke Ingels Group, que es un icono mundial, esté diseñando un edificio en Donostia ha ocurrido pocas veces en la historia de la ciudad. Es un edificio especial, bello, que se adapta a la ladera de Ulia, que mira a las olas (su nombre es Mirando a las Olas), que cuenta con una cubierta transitable, una zona verde... Esa cubierta va a ser un parque urbano abierto a la ciudadanía.

¿Y la zona verde?

La zona que se tiene que gestionar por el Plan Especial de Ordenación Urbana tiene 24.250 metros cuadrados. Nuestra parcela es de 3.800, un 15%. Por lo tanto, hay que ver cómo se urbaniza el conjunto. Yo puedo hablar de nuestra parcela. Hemos encargado la tarea a un paisajista, a Iñigo Segurola, y le hemos dicho que el objetivo es que los 3.800 metros sigan siendo verdes y que permitan los mismos usos que tienen hoy día. Que se pueda caminar, sacar a pasear al perro, sentarte en un banco y leer un libro. Eso va a ocurrir.