La Guardia Municipal de Donostia ha identificado este año a una treintena de personas por hacer grafitis, una cifra que ascendió el pasado año a 37. Así lo explicaron fuentes municipales, que recordaron que en este 2024 se han elaborado 33 informes sobre estas actuaciones, que han finalizado con una veintena de propuestas de sanción. El pasado año, se redactaron 53 informes, que concluyeron con 33 multas.

Uno de los identificados este año es un joven de 18 años, al que la Guardia Municipal detuvo el pasado martes como autor de las pintadas llevadas a cabo en las canchas del parque Aitzol de Amara, que fueron decoradas en junio con la participación de 350 personas, y pintarrejadas después. La aparición de las pintadas sobre este espacio reacondicionado para el barrio provocó protestas de los residentes y aficionados al basket, que acudieron a concentrarse en el lugar en contra del destrozo estético del espacio. 

Tras una investigación, la Guardia Municipal dio con el joven imputado, pero prosigue sus pesquisas para detectar a los restantes. 

La actuación de la Guardia Municipal se produce tanto por pillar a los autores de la pintada in fraganti, en patrullajes preventivos, como, más habitualmente, por llamadas de ciudadanos o requerimientos a los agentes por parte de los ciudadanos. En ocasiones, los vecinos avisan a la Guardia Municipal cuando se están produciendo los hechos o una vez descubiertos.

El castigo previsto por la ley por llevar a cabo pintadas depende de distintos factores, como el lugar en el que se ha practicado, principalmente. El hecho puede ser saldarse con una sanción administrativa o una imputación por delito de daños, explican las mismas fuentes.

Si el grafiti se ha realizado sobre muros de autovía, trincheras ferroviarias, paredes o muros de solares abandonados y espacios similares, la sanción suele ser administrativa y se decide en función de la Ordenanza de Civismo de Donostia o de la Ley de Seguridad Ciudadana.

En estos casos, la Guardia Municipal fija las sanciones en sus actas y pueden oscilar entre los 201 y 500 euros, además del coste por limpiar la pintada. Si la acción se castiga por medio de la Ley de Seguridad Ciudadana, la multa puede ascender a 600 euros.

Sin embargo, estas actuaciones también pueden ser consideradas delitos si las pintadas se llevan a cabo en trenes, en autobuses, fachadas de colegios, instituciones u otros edificios públicos como polideportivos. En estos casos, las actuaciones pueden ser catalogadas de delitos de daños o de deslucimiento.

Estos últimos, para casos en los que lo manchado se puede limpiar, acarrean multas de uno a tres meses de sanción económica. Los delitos de daños (para monumentos, por ejemplo) son más graves y conllevan penas de prisión, aunque suelen ser menores de dos años, por lo que los autores de las pintadas no entran en prisión. Además, en la mayor parte de ocasiones, explican las mismas fuentes, se suele aplicar una multa ya que los imputados llegan a un pacto con la justicia.

La Ordenanza de Civismo que se encuentra en vigor en Donostia no solo prohíbe las pintadas en la vía pública, fachadas y mobiliario, sino también en los árboles y en cualquier paisaje de la ciudad. Además de las pintadas, están prohibidas las rayaduras en fachadas o cristales y el pegado de carteles.

Solo están permitido pintar sobre vallas de solares, cierres de obras y paredes medianeras siempre que se obtenga previamente autorización municipal y se cumplan las condiciones exigidas.

Por ejemplo, distintos edificios de Altza, Loiola y Martutene cuentan actualmente con grafitis artísticos decorativos dentro del programa Donostia Apain, que busca embellecer determinados espacios sin encanto. La iniciativa cuenta con la colaboración de los propios artistas callejeros.