Telmo Cobo e Iñigo Pérez Arregi son el alma de Vibra, una empresa muy conocida sobre todo entre la población más joven de Donostia por los eventos y las iniciativas que organizan.

Jóvenes, muy jóvenes, ambos tienen 23 años, compaginan la actividad de Vibra con su trabajo. Pero eran cuatro años más jóvenes cuando nació la marca, que surgió de la “necesidad” que ambos emprendedores detectaron en Donostia de “crear eventos diferentes” a los que venían organizándose.

Ya se conocían, ambos estudiaron en Summa Aldapeta. “Hasta entones estábamos acostumbrados a salir de fiesta en las discotecas de la ciudad y veíamos que había oportunidades de hacer eventos de otro tipo”, explica Cobo.

Empezaron a trabajar “vendiendo viajes de fin de estudios” a estudiantes de Bachiller o universitarios. De este modo se hicieron con los contactos del público al que podían ofrecer sus propuestas. “Nacimos justo en prepandemia y nada más echar a andar tuvimos que estar un año y medio parados”, recuerdan.

Desde un inicio tenían claro que “había que hacer las cosas bien”. Por ello empezaron “por donde empezaban todas las promotoras en aquel momento, organizando eventos con Bataplán”, explican.

Tras hacer una fiesta en esta conocida discoteca concluyeron que “a Bataplán la gente iba por ser Batapalán” y Vibra “quería llamar la atención y que la gente acudiera a nuestros eventos por lo que se ofrecía y por lo que era la marca”.

Un momento de diversión en la discoteca N.G.

Comenzaron a dar vueltas a distintas posibilidades y ya en 2019 organizaron un evento en la plaza de San Martín “promocionando el emprendimiento local”.

“Hemos acabado trabajando con todas las salas de ocio de Donostia, en muchos espacios diferentes, cogiendo las oportunidades al vuelo”, señalan.

“Lo que hacemos es localizar las oportunidades. Por ejemplo, organizamos el cotillón de Nochevieja en 2022. También lo intentamos en 2021, pero por la pandemia no pudimos”, aseguran.

También colaboran a nivel estatal con una empresa de viajes para, ,si se da una oportunidad, organizar viajes de fin de curso o eventos en el transcurso de lis mismos. También han organizado actos de Graduación.

“Nuestra idea como marca es crear momentos en los que la gente vibre”, explican. De ahí su nombre. “Lo que intentamos es que cada evento sea diferente y que el público los disfrute”, añaden.

¿Cómo funcionan? Cuando surge la oportunidad de organizar un evento en primer lugar proceden a contactar con el espacio elegido para su desarrollo.

Posteriormente toca establecer contacto con “las personas que van a dar valor al evento”, como un DJ, un fotógrafo, un equipo de animación... A ese aspecto de la animación Vibra le da especial importancia, de ahí que cuenten con una mascota “de dos metros” que les sirve como distintivo. Se llama Jarana y es una vistosa cebra. Está con Vibra desde el primer momento.

La cebra Jarana se divierte como DJ N.G.

“Creemos que en un evento a la gente tienes que darle más impactos. No vale sólo con poner música. Tienen que salir pensando que Vibra ha organizado un evento guay y que quieren repetir”, destacan.

La mayor parte de las ocasiones, afirman, han sido ellos quienes han dado el primer paso “para buscar las oportunidades”, aunque aseguran estar “abiertos” a que “venga gente con ideas nuevas”.

“Nosotros con 19 años ya éramos comerciales y no teníamos miedo de vendernos”, abundan. “Estamos acostumbrados a ser nosotros los que buscamos las oportunidades”, subrayan.

Una lista que crece

Pese a su juventud, la lista de propuestas que ha organizado el equipo de Vibra comienza engrosarse: desde fiestas universitarias en distintas salas de la ciudad, a iniciativas para fomentar el emprendimiento local y ser altavoz a la gente “que está creando su proyecto personal”, desde artistas a personas que tienen un comercio.

También han organizado “eventos tipo fan zone dirigidos a los seguidores de la Real Sociedad y el Día de México, una fiesta que bautizaron como “Vibra México”.

Aunque son “amigos de toda la vida”, fue tras el viaje de fin de estudios cuando sumaron fuerzas para poner en marcha su proyecto, cuando la empresa que organizó dicho viaje les contactó para que colaboraran con ellos.

Telmo Cobos estudió Comunicación e Iñigo Pérez Arregi Ingeniería y ambos trabajan en puestos relacionados con los estudios que han desarrollado.

Con disfraces y a lo loco N.G.

Su diferente preparación hace, explica Pérez Arregi, “que cada uno aporte su visión a la marca. Yo me dedico más a los números, al tema logístico y Telmo más a la comunicación y el marketing”.

“Nos gustaría que fuera más la gente que se decide a crear en Donostia”, lamentan estos jóvenes emprendedores. “Nosotros somos muy fan de que la gente que, como nosotros, ha decidido emprender, una fuerzas y haga eventos. Así lo hemos tratado de hacer en un par de ocasiones, pero no es algo recurrente en la ciudad”, enfatizan.

“Este tipo de eventos son necesarios en Donostia para dar visibilidad a esa gente”, afirman.

A la hora de organizar ese tipo de iniciativas se paran a pensar qué marcas locales están emprendiendo, localizan esas marcas en auge y les invitan a tomar parte en el encuentro, explicándoles cuál sería su función en el mismo.

“Trabajamos sobre un plan, con unos plazos, pero también improvisamos por el camino, porque siempre hay imprevistos”, informan.

No tienen problema para acceder a su público objetivo, porque “la gente joven confía en gente joven”. Pero, reconocen, se han encontrado con una barrera “de un perfil más adulto que ve con recelo colaborar con gente tan joven”. Pese a todo, destacan, a fuerza de trabajo, han ido consiguiendo superar ese recelo. “Agradecemos a la gente que desde el inicio ha confiado en nosotros. Ahora ya nos conocen, pero con 19 años cuando empezamos no era así”, apostillan.

Pero, quieren subrayar, la principal barrera con la que se han encontrado es lograr “sacar a la gente de su zona de confort”. “Nos ha pasado repetidamente ir a un espacio porque veíamos las oportunidades de poder celebrar un evento y cuando lo proponemos la gente no tiene ganas. No creo que sea porque nos ven jóvenes, sino porque no quieren arriesgar. Cuando consigues hacerlo una vez, es cuando empiezas a coger carrerilla”, señalan.

“Aquí en Donostia, aunque también puede ser una virtud, la gente se mueve en zonas de confort y no le gusta arriesgarse”, reflexionan.

Cara al futuro más próximo lo primero que quieren hacer es sentarse para concretar “hacia dónde queremos que vaya la marca, si nos quedamos sólo en Donostia o queremos ir más allá, porque tenemos oportunidad de hacerlo”. “Estamos trabajando sobre cuál va a ser el desarrollo de la marca y qué eventos podemos proponer para verano o en Semana Grande”, avanzan.

De momento, sigue quedando pendiente explorar otras vías, como colaborar con las instituciones más próximas. “Eventos como el que organizamos en San Martín nos dio la oportunidad de hacer contactos. Es cuestión de tiempo”, concluyen.