Los comerciantes de Donostia hablan alto y claro
El sector comercial es una de las banderas de Donostia, una enseña que la ciudad debería lucir con orgullo. Son muchas las barreras que se le ponen para prosperar, pero es cierto que San Sebastián es la que es por sus tiendas.
Donostia es comercio y el comercio hace a Donostia. Pero la batalla en el día a día es dura, y el comercio de proximidad no lo tiene fácil.
NOTICIAS DE GIPUZKOA se ha aproximado, en la sede de la Federación Mercantil de Gipuzkoa, a la realidad comercial de la ciudad de la mano de nueve comerciantes y coordinadoras de asociaciones zonales, una realidad que no es uniforme. pero que sí tiene puntos en común.
Más allá de los problemas a los que tienen que hacer frente, algunos comunes y otros diferenciados, los comerciantes quieren hacerse oír reivindicando un trabajo que excede a la venta. Porque si algo hace diferente, distingue, al comercio Donostia es el servicio que brinda a su clientela.
El caso singular de la Parte Vieja
Lo aseguran Conchi Muñoz, de Textiles Conchi de Egia; Pili Jiménez, del comercio Muchas Telas del Centro; Paco Navarro, de la Cuchillería Navarro, con comercios en el Centro y Gros; Blanca Alejos, de Blanca Hogar de Amara; Mikel García, de la Ortopedia Ortoberri de El Antiguo –que es además presidente de la Asociación de Comerciantes Antiguon–y Maite Jauregi, de Alboka Artesanía, en la Parte Vieja.
Con este nutrido grupo estuvieron las coordinadoras de las asociaciones zonales integradas en Federación Gipuzkoa Merkatariak: Aran-tza Cortabarría, Amarako Dendak; Enara Arteaga, Asociación Centro Zentroa; Nerea Ayestaran, Asociación Parte Vieja Zaharrean e Itziar Rodríguez, Asociación Egia Hegian.
Piden al unísono que entre todas y todos, comerciantes, compradores, instituciones y medios de comunicación; se contribuya a fomentar esa idea: el comercio local distingue a una ciudad, las tiendas abiertas dan seguridad a la calle, el cliente recibe asesoramiento y, además, “pagamos los impuestos aquí”.
“Donostia sigue teniendo un comercio de proximidad de gran calidad y tenemos que presumir del mismo”, añaden.
Pero, y también coinciden, hay muchas cosas que se pueden y deben mejorar con urgencia para que esa red de comercios siga viva.
Por ejemplo, y esta es una pelota que se pone en el tejado de las instituciones implicadas, es fundamental “facilitar el emprendimiento”, simplificando los trámites necesarios para poner en marcha un negocio y el acceso a la financiación.
"Me gustaría que cuando me jubile, que no queda mucho, mi negocio siga en activo. Y para el relevo hacen falta ayudas"
Además, hay que trabajar en el futuro del comercio y para ello, subrayan, de alguna forma hay que conseguir animar a la juventud. ¿Cómo? Prestigiando el trabajo de comerciante y “facilitando la transmisión empresarial”. “Es más sencillo que la gente se anime a seguir con un negocio que está en marcha, que tiene ya su cartera de clientes. Pero hay que plantear acciones para facilitar esa transmisión”, destacan. "Me gustaría que cuando me jubile, que queda poco, mi negocio siguiera abierto y para eso hacen falta ayudas", rubrica Conchi Muñoz.
Los problemas van por barrios
Los problemas
Aunque constatan que hay una mayor presencia policial en las calles, los comerciantes donostiarras consideran que todavía queda mucho por mejorar en materia de seguridad para, por ejemplo, evitar los robos de los que están siendo víctimas en distintas zonas de la ciudad.
Hay otro tema en el que existe cierta coincidencia: los problemas de tráfico. “Hay mucho más tráfico por el Centro y se dan atascos”, aseguran.
Pese a todo, como apunta Maite Jauregi, hay que esperar a que todas las obras finalicen para ver si los cálculos salen. “Cuando acaben las obras del Topo espero que se sienten y reorganicen todo. Quiero pensar que este caos es provisional. Siempre hay que esperar un tiempo para ver los resultados de las decisiones que se han tomado”, añade.
"Creo que es necesario apostar por los aparcamientos disuasorios conectados con un buen sistema de autobús lanzadera"
Blanca Alejos se muestra convencida de la necesidad de apostar por los parkings disuasorios, con un buen sistema de autobuses lanzadera, que incluya varias paradas; y que estén señalizados correctamente para que quienes llegan a la ciudad los encuentren con facilidad y así los vehículos no tengan que circular por las principales arterias donostiarras.
El resto de comerciantes coinciden en esta necesidad y en la importancia que tiene que esta información llegue a los visitantes, para lo que habría que incluir la ubicación de los aparcamientos incluso en los soportes turísticos. “Y hay que esperar, porque quizá el primer año no funcione, pero luego sí. Es como los negocios, que al principio dan pérdidas”, señala Maite Jauregi.
"Cuando acaben las obras del Topo confío que los políticos se sientes y reorganicen todo"
Otro tema al que hacen referencia es a la colaboración entre comerciantes. “Tenemos que hacer equipo y no competir entre nosotros, ser complementarios”, insiste Pili Jiménez.
"Es importante que los comerciantes no nos hagamos la competencia. Tendríamos que ser complementarios"
En la medida en la que se pueda, señalan, se tiene que tender a la especialización del comercio o de los barrios. “No hay que tener miedo a despuntar. No tenemos que tener miedo a decir que somos buenos”, afirman. “San Sebastián tiene un tesoro en el comercio local que la gente de afuera aprecia y que tenemos que cuidar”, añade Cortabarría.
“Tenemos que trasladar también a la clientela la contribución que hacen al barrio si compran en sus tiendas. Calles con más vida, el dinero va a trabajadores y familias de la ciudad, Donostia se diferencia...”, apunta MIkel García. “Detrás de un comercio hay una historia”, enfatiza.
"Tenemos que trasladar a la clientela la aportación que hace cuando compra en el comercio del barrio"
Además, destacan, la huella ecológica de la compra en el comercio de proximidad es menor a la de las compras online, con bultos que viajan cientos y miles de kilómetros y llegan empaquetados en “bolsas y más bolsas” de plástico. “El público joven debería ser consciente. Quizá tendríamos que trabajar en la información que se da en este sentido”, abundan.
De este encuentro sale una sugerencia para Gipuzkoa Merkatariak: podría ser buena idea acudir a los centros escolares para impartir formación en esa línea.
Otro problema, que atañe a la propiedad privada y es de más difícil solución, es el hecho de que muchos locales de la ciudad siguen cerrados durante meses, incluso años, sin que se alquile, esperando lograr la oferta más alta.