Los colectivos ecologistas Haritzalde, Eguzki y Parkea Bizirik, así como la plataforma Bizilagunekin, han reclamado públicamente al Ayuntamiento que no abra la escultura Hondalea en la isla de Santa Clara entre el 1 y el 16 de abril, como está previsto este año.

En un comunicado, las entidades aseguran que el Consistorio ha incumplido los compromisos adquiridos con ellas en “varias reuniones” antes de la puesta en marcha de la obra escultórica, sobre la limitación de las visitas en la isla. Los cuatro colectivos piden que “se proceda al cumplimiento de los acuerdos con las asociaciones firmantes sobre temporalidad, aforos, horarios, límites a dotaciones y a ampliaciones de nuevos servicios e infraestructuras en la isla”. 

También señalan que en temporada de primavera es cuando las aves nidifican en el suelo, por lo que piden que “de ninguna manera” se organicen visitas coincidieron con la Semana Santa y la de Pascua como está previsto. Finalmente, solicitan que “se proteja y restaure la Naturaleza en la isla”.

Los firmantes aseguran que el objetivo de las reuniones que se desarrollaron antes de la apertura de la obra de Cristina Iglesias fue “establecer límites y condiciones al desarrollo de la actividad turística en la isla, a fin de acotar su indudable impacto sobre el ecosistema, biota y patrimonio histórico, así como en el uso que las y los donostiarras popularmente le han dado”.

Asimismo, consideran que la apertura de un nuevo periodo de visitas en torno a Semana Santa significa que “rompe de forma unilateral lo acordado hace dos años, en pro de una mayor afluencia de visitantes en la isla, cediendo así más espacio a la dinámica turistificadora que, día tras día, amenaza con destruir los espacios naturales de la ciudad”.

En su comunicado, los colectivos críticos con la obra escultórica indican que “la isla es la casa de las aves marinas y abril coincide plenamente con la nidificación en el suelo de sus moradoras”, que emplean “una semana para construir el nido, un mes para incubar y mes y medio para atender a las crías. Todo ello, en un pedazo de tierra de 5,4 hectáreas”.

Nido de gaviota patiamarilla en la isla de Santa Clara N.G.

También recuerdan que en Santa Clara hay especies protegidas como el brezo de mar (Frankenia Leavis), la lagartija parda de la isla (Podarcis liolepis), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), la gaviota sombría (Larus fuscus) y el gavión atlántico (Larus marinus). Además, una gran colonia de gaviotas patiamarillas (Larus michahellis) vive y se reproduce en el enclave, regún recalcan.

Para los colectivos contrarios a la obra de Cristina Iglesias, la intervención “se suma a la lista de amenazas que históricamente han pesado sobre el ecosistema de la isla.” También aseguran que la instalación es discriminatoria porque “contraviene la ley de accesibilidad para personas de movilidad reducida” y demandará, añaden, “nuevas infraestructuras de salvamento para atender las emergencias sanitarias en caso de abrirse fuera de la temporada oficial”.

Finalmente, aseguran que “contribuye a engrasar la maquinaria turistificadora en Donostia para satisfacer los intereses privados que mueve el mercado turístico” que “precarizan día tras día y de forma cada vez más evidente” la vida de los donostiarras.

El nuevo periodo de visitas, tras dos veranos de apertura de la instalación, fue dado hace dos semanas por parte del alcalde, Eneko Goia, en la presentación de un libro sobre Hondalea. El primer edil señaló que el periodo de apertura en abril pretende analizar la respuesta del público para valorar la demanda de visitas que pueda existir fuera de temporada de verano.

Hasta ahora, La apertura durante dos semanas en abril servirá para calibrar la respuesta del público, y en función de ello, desde el Ayuntamiento se valorará cómo poder adaptarse a las visitas a demanda que puedan ir surgiendo fuera de la época estival. Cabe recordar que Cristina Enea Fundazioa es la entidad que se encarga de tramitar las entradas.

Hasta el momento, 33.000 personas han visitado la escultura oculta dentro de la casa del faro de la isla de Santa Clara. En verano de 2021, con restricciones por la pandemia y grupos de seis y diez personas, hubo 16.004 visitantes. En verano de 2022, con grupos mayores de un máximo de 20 personas, se registraron 17.485, un 9,2% más.

Las visitas que más crecieron fueron las de grupos, como las de escolares, mientras que la de personas particulares pasaron de 14.116 a 14.814, lo que supone un aumento del 5%.