La Guardia Municipal de Donostia tiene operativa desde octubre de 2021 una Unidad Especializada para la Atención y el Seguimiento de casos relacionados con la violencia machista.

El germen del servicio se activó en 2004, con la aprobación de la Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, explica el subinspector Josu García. Inicialmente era atendida por un agente, aunque una apuesta decidida por parte de la parte política ha favorecido su crecimiento. “Vamos adaptándonos en función de los cambios normativos, pero puede decirse que fuimos pioneros”, añade García.

La respuesta que se da es “personalizada” y se trata de ir “un poco más allá de lo que nos marca la ley. La unidad también presta apoyo a los agentes que investigan, por ejemplo, los delitos contra la libertad sexual, desprotección a menores y violencia intrafamiliar ejercida por hijas o hijos, a veces hermanos y hermanas, a sus progenitores o familiares”.

Pero el servicio que atiende a las mujeres víctimas de violencia machista es el que mayor número de casos atiende.

De todos los casos que llegan, tanto derivados como por la vía de urgencia, se abre un expediente que incluye todos los datos relevantes, la valoración de riesgo continua que se realiza y las medidas que se toman en base a esa valoración. 

Desde octubre de 2021 hasta finales de 2022 se habían abierto 261 expedientes, a los que hay que sumar los 25 abiertos en lo que va de año, de los que algunos se transfirieron y otros se cerraron.  

Las agentes que integran esta unidad se reúnen a diario para realizar un seguimiento de las necesidades de las mujeres, que son muy diversas como diferentes son las características de cada caso.

Su trabajo requiere de una coordinación estrecha con los servicios sociales, en especial los municipales, que son en muchas ocasiones puerta de acceso de las víctimas a otras unidades, como es el caso de la Guardia Municipal, que también trabaja en la Comisión Provincial de Violencia de Género que en Gipuzkoa “ha sido pionera “ en sacar una guía “muy sencilla del proceso penal para que las víctimas entiendan a lo que se van a enfrentar”. “Queremos que tengan claro qué derechos tienen, que a veces son de difícil comprensión”. reconocen.

Cualquier mujer puede acceder a la información disponible a través de la web de la Guardia Municipal, en el apartado de Violencia contra las Mujeres.

Bea, Susana y Susana son las agentes que atienden este servicio en el que “la confidencialidad” es clave para garantizar la seguridad de las mujeres. No salen en las fotos de este reportaje porque no son pocas las ocasiones en las que se reúnen con las víctimas en lugares fuera de la comisaría que estas eligen y a los que acuden siempre sin uniformar y sin vehículos con señales identificativas.

Las mujeres que necesitan que se les informe o se les acompañe en un proceso que puede o no conllevar una denuncia, pueden contactar con la unidad a través del 092, cuando se trata de una urgencia; en la dirección de correo electrónico que figura en la web, udaltzaingoa_eba@donostia.eus, o en el número de la Guardia Municipal, 943 481300 , desde donde su llamada se derivará al citado servicio.

“Las formas de entrada son varias y las atenciones también, porque a veces hay que actuar de urgencia pero en otras lo que buscan las mujeres es información”, explican las agentes.

Según sus necesidades son atendidas por la propia Guardia Municipal o derivadas a otros servicios, pero el acompañamiento y “la cercanía” es fundamental.

“Es un servicio que tiene a la víctima en el centro”, añade el concejal de Seguridad Ciudadana, Martin Ibabe, que recuerda la situación de vulnerabilidad en la que se hallan estas mujeres.

“Desde el minuto cero que se acercan a nosotras les hacemos un seguimiento hasta el final, mientras nos necesiten. Si ponen denuncia les acompañamos al juzgado, pero la relación no termina ahí porque según el riesgo que corran contactamos con ellas de forma periódica”, apuntan las agentes. “Ellas tienen nuestro móvil por si ocurre algo o necesitan resolver cualquier duda”, destacan.

“Esto no se hace con las víctimas de todos los delitos. Hay una especial sensibilidad para con estas víctimas en la Guardia Municipal”, destaca Ibabe.

Formas de acceso

Los casos que se llegan a la Guardia Municipal por distintas vías. A veces son otros ciudadanos quienes dan el aviso a través de una llamada para que las patrullan actúen. La intervención de la unidad llegaría después, tras la elaboración del atestado. A partir de ese momento las agentes contactarían con la víctima para acompañarla en lo que considerara necesario, incluida su asistencia los juzgados en el caso de denuncia.

“Nos aseguramos de que no haya contacto con el presunto agresor cuando no está detenido y le informamos de sus derechos. Establecemos una relación que luego va a durar”, subrayan.

Así se procede cuando se da una urgencia pero, en ocasiones, las mujeres llaman en demanda de información. Desde centralita se brinda el contacto de la unidad que llama a la mujer para responderle.

Otra forma, es acercarse a la comisaría donde se les atiende. “Si es en un momento en el que no estamos aquí, los agentes de atestados valoran la urgencia y si quiere ser atendida por la unidad especializada se le da cita al día siguiente para desde ahí acompañarle en lo que haga falta”, destacan.

Los servicios sociales son otra vía de acceso constante y las llamadas que comparten ambos servicios en las dos direcciones son continuas. En ocasiones, las propias trabajadoras sociales acompañan a las víctimas en la primera reunión con las agentes en las dependencias policiales o en las de servicios sociales. 

“El seguimiento es constante, son agentes de referencia. Las víctimas nos trasmiten sus miedos, sus dudas, por ejemplo ante un quebrantamiento de órdenes de alejamiento. Nos mandan whatsapps fuera del horario de atención y se les atiende igualmente”, aseguran. 

Porque a estas agentes les corresponde a veces gestionar el miedo. “Es fundamental que la mujer se sienta acompañada en las decisiones que tome”, que no siempre pasa por la denuncia, una decisión que resulta “dura” de adoptar.

“Desde que una víctima nos informa de lo que ocurre nuestro deber es protegerla. Se trabaja con ella y cuando quiere poner una denuncia, se pone. En otros casos solo busca información o pautas de autoprotección que también les damos y que les ayudan”, destacan.

“Muchas veces las mujeres tampoco saben con lo que se van a encontrar tras la denuncia, les falta información. Conocer lo que les puede pasar en cada caso es importante. Para denunciar tienen que estar preparadas. Pero no es fácil. Al principio casi no pueden reaccionar, cuando se les apoya y se les informa, incluso a nivel jurídico, van a la denuncia más preparadas. Eso es algo básico” aseguran.

“A veces hay mujeres a las que les cuesta visualizar su situación como un maltrato o violencia y trabajamos con ellas en ese sentido. En ocasiones así van tomando conciencia de que tienen un historial de maltrato, muchas veces psicológico”, apostillan.

También se les ayuda, junto con los servicios sociales, a conseguir un alojamiento de emergencia cuando tienen que abandonar su hogar de forma urgente y a proteger a los hijos e hijas a su cargo. 

En todos los casos “solo tienen que llamarnos” aseguran, porque cada situación es diferente, cada mujer llega con distintas vivencias y problemas y la atención va a responder a cada una de ellas.

Preparadas y coordinadas

Las agentes que atienden esta unidad, además de la preparación en el seno de la propia Guardia Municipal, han tomado parte en propuestas formativas impartidas por distintos estamentos y trabajado en está línea con policías de otras ciudades para avanzar en una forma similar de trabajo. “Una víctima puede trasladarse a otra ciudad y es importante que sigan pautas parecidas. Pasamos la información necesaria en este caso”, destacan. 

Pero hay otro aspecto en el que, pese a que se han dado avances, queda mucho por trabajar: la implicación de la sociedad. Josu García reconoce que sí se ha dado una evolución, aunque sea insuficiente. “Hace años la respuesta era vaya mujer a casa que esto se arregla. Ahora hay continuamente llamadas de personas diciendo que están escuchando una discusión, gritos de una chica en la calle etc.”

“Es importante hablar, sacar a la luz esta realidad para avanzar en la visibilización y en la colaboración ciudadana”, apunta Martin Ibabe.