El trabajo del alumnado se organizó “por grupos”. Lo explica Luis Flores. Unos asumieron la tarea de elaborar y actualizan el info point, otros se encargaron de controlar las redes sociales y existe “un pequeño grupo de debate que representará a nuestro centro y darán la cara por nosotros”.
Claudia Almandoz ha trabajado en el info point. “Hemos hecho presentaciones sobre países de la UE y los hemos reflejado en un mapa que hemos dibujado. Vamos poniendo códigos QR que seguiremos actualizando para añadir información nueva sobre Europa”. Lo han hecho con entusiasmo, incluso en los recreos.
Los folletos que se incluyen en este punto de información llegan en gran medida desde el Cuerpo Europeo de Solidaridad, que informa de las numerosas posibilidades de intercambio y viajes que se les abren gracias a este proyecto.
Uno de los objetivos se la iniciativa, aunque no sea el fundamental, pasa porque el alumnado pueda participar en programas como el Erasmus Plus “que les permitirá viajar y tener nuevas oportunidades” financiadas por a UE, quitando a las familias, con realidades muy diversas, el peso de tener que abonar estos viajes formativos. ”De este modo se evitan injusticias y que unas personas pueden y otras no”. “Hace dos años tuvimos un Erasmus Plus con Lituania y recibimos la visita de un centro”, apunta Castiñeira.
Para acompañarles en este camino de adquisición de conocimiento y compromiso, 17 docentes han creado Europa Taldea, al que dedican parte de su tiempo libre.
Pero, además, el alumnado tiene claro que la experiencia le está aportando mucho. Noa Castilla lo afirma: “Para mí es muy importante aprender valores como la libertad y la paz, Formar parte de este proyecto, que se tome en cuenta lo que decimos y pensamos es muy importante”.
Anastasiia Rodinkova no lleva en Donostia ni un año. Ha llegado de Ucrania y afirma que no domina el idioma, aunque escuchándola parece casi un milagro que pueda expresarse con tanta claridad en tan poco tiempo. “Me encanta cómo me están ayudando mis compañeros. Mi país no está en la UE y lo que estoy aprendiendo puedo transmitirlo a mi país para mejorar el mundo”.
Su experiencia vital no es fácil pero, aseguran sus mentores, “ella puede ser voz. Aprende un montón y siempre está dispuesta a todo”.
La posibilidad de viajar es un atractivo más de esta propuesta. Claudia Almandoz es franca y lo reconoce: “Me encanta viajar y vivir nuevas experiencias”.
Luis Flores se acuerda de quienes “no se esfuerzan o no tienen capacidad para estudiar”. “Sabiendo las oportunidades que da Europa, ser un colegio embajador muchas puertas se abren”, añade.
Anastasíia destaca las oportunidades que esta propuesta le ofrece para “aprender conocimientos para mi futuro y el de la ciudadanía”-
Y es que, apunta Castiñeira, “una ilusión de las alumnas ucranianas era que Donostia pudiera hermanarse con alguna ciudad de Ucrania”.
Para Noa Castilla, “el hecho de conocer más mundo, más culturas, más gente y más idiomas es un enriquecimiento. Esta experiencia no está sirviendo también para ser conscientes de la suerte que tenemos de vivir en donde vivimos”.
Estos cuatro jóvenes, como el resto de los participantes, disfrutan tanto de la experiencia que la compartes fuera del centro con amistades y familia. “A mí me hace mucha ilusión todo y me gusta compartirlo” asegura Claudia Almandoz, que saluda a sus compañeros llamándoles embajador.
“Yo he contado lo que estoy haciendo a mis amigos de Ucrania”, destaca Anastasiia. “Le encantaría tomar parte en algo así, pero no tienen esta oportunidad”, lamenta.
Noa ha compartido su entusiasmo con su familia. “Me dicen que es importante que en Gipuzkoa seamos los únicos elegid os”, concluye.
“Está muy bien decir que eres embajador, te da prestigio”, añade Flores, que afirma que su familia está muy ilusionada.
