La pandemia les permitió dar cuerpo a la propuesta que tenían entre manos, un “estudio” en el que diseñan y elaboran trabajos florales con mil caras, desde ornamentación para bodas a decoración para comercios, con un pico de demanda evidente cara a la fechas navideñas. Su esfuerzo ha merecido que se les reconozca en la categoría de Nueva Creación en los Premios al Comercio Donostiarra.
David Mola y Víctor Ramos unieron sus distintos modos de vivir el proceso creativo para poner en marcha un negocio, Paname, que late en el centro de Donostia, en el número cinco de la calle Etxaide.
Estos días, a las puertas de la Navidad, su local huele a pino y luce con los colores típicos de estas fechas, del dorado al rojo.
Y entre lo que hoy es un bosque y mañana puede ser un jardín, David y Víctor hacen los que les gusta. Aunque, reconocen, el proceso no es sencillo. “A veces la gente no se da cuenta de lo que hay detrás de nuestro trabajo, que es muy físico. Nos despertamos muy pronto para ir a los proveedores y seleccionar la flor, en Navidad a veces hacemos jornadas de 15 y 16 horas y trabajamos los domingos”, abundan.
“El producto es perecedero, tiene que entrar y salir, y el ritmo es frenético”, explican estos jóvenes y entusiastas floristas. “Hacemos arte floral, composiciones en las que modificamos los verdes para que no sean los mismos, etc.”, destacan. “Todo está pensado de antes, hay dos personas que están pensando. Por ejemplo, una guirnalda de Navidad para una tienda la tienes que tejer en el lugar, llevar los elementos y ver cómo quedan”.
“Estamos contentos de cómo estamos creciendo, rápido pero de forma que lo controlamos. De momento queremos seguir siendo nosotros dos”, explican.
En la pasada campaña navideña anduvieron apurados, porque no se esperaban la respuesta obtenida. “Hicimos veintitantas guirnaldas para establecimientos. Estuvimos trabajando hasta el 24”. Este año todo lo han planificado con más tiempo para poder también atender la demanda del resto del territorio y han ido aprendiendo asimismo ir adecuando poco a poco los precios al trabajo que conlleva realizar cada pieza.
“El pasado año ajustamos tanto, para darnos a conocer, que no obteníamos ganancias. No gastamos nada en publicidad para poder manejar algún margen. Ha sido uno de los aspectos más difíciles, pero ya vamos aprendiendo”, subrayan.
Y, mientras, Intentan trabajar con materiales naturales para conseguir resultados diferentes jugando con los colores e incluyendo algún elemento sorprendente.
“Estamos a tope con la decoración navideña, tanto que a veces tenemos que cerrar al mediodía para poder seguir con las creaciones”, destacan. “Los ramos, mejor si nos los piden con algún día de antelación, que los seguimos haciendo”, puntualizan.
Víctor Ramos vivió durante once años en París, donde trabajó como escaparatista y “realicé una formación para reconvertirme en florista”. A su vuelta a Donostia conoció a David Mola, que era gestor cultural y trabajó, principalmente, para galerías de arte.
Ambos decidieron activar un proyecto que les encanta y que abrieron cuando todavía estaban vigentes las restricciones obligadas por el covd.
Tuvieron claro siempre que querían que su establecimiento estuviera ubicado en el Centro, ya que la decoración de tiendas es uno de sus fuertes. “Estamos en el medio”, abundan.
Concepto versátil
Mola y Ramos tenían también muy claro lo que no querían ser. “No buscábamos ser una floristería convencional queríamos trabajar sobre un concepto multidisciplinar, más versátil”, explican.
Por ello han desarrollado incluso colaboraciones con artistas. Justo después de abrir comisariaron una exposición con una escultora cuyos jarrones vendían en su tienda. En la actualidad están inmersos en un proyecto editorial “relacionado con la flor”.
“Buscamos unir otras disciplinas con la floristería, siendo coherentes con lo que queremos ser”, destacan estos emprendedores que le ponen idéntico entusiasmo a las bodas que la colaboración en vídeo clips con cantantes o, incluso, deportistas. “Queremos, sobre todo, divertirnos”, insisten.
“Nos están saliendo colaboraciones con gente muy diversa”, abundan, aunque en la actualidad la Navidad marca el guion de Paname.
Las redes sociales son una herramienta imprescindible para ellos e instagram es casi su tarjeta de presentación en paname_loreestudioa, que es una ventana abierta y “dinámica” a su forma de trabajar y de entender su trabajo. Otra forma de conocerles es a través de su web https://paname.eus/.
Venían de desarrollar su profesión en ciudades más grandes pero se han encontrado que en Donostia su concepto “ha sido acogido muy bien”. “La gente joven nos vienen pidiendo ramos de los nuestros, con color, moderno, aunque sea para su madre de 90 años”, insisten.
“Como no os cerramos a nada también nos piden cosas más clásica y minimal. Además, nosotros somos muy distintos incluso en gustos y nos compenetramos muy bien”, afirman.
“Trabajamos mucho tiñendo vegetales, hemos utilizado macetas rotas y también hemos construido centros para determinados recipientes que el cliente quería preservar o destacar. Saben que no les vamos a decir que no y no les importa venir y pedirnos cosas diferentes”, aseguran Mola y Ramos.
Y ¿de dónde llegar las flores a Paname? De distintos lugares, aunque uno de suministradores al que más recurren es un cultivador de Córdoba. Pero trabajan también con proveedores de Iparralde, de Aduna, de Donostia...
En una tienda “que nunca te vas a encontrar igual que el día anterior”, David y Víctor quieren seguir “pinchándose las manos” para que su “estudio” siga siendo un referente en originalidad.