Bidebieta se moviliza. El barrio donostiarra, que acoge a entre 8.000 y 9.000 vecinos, reclama una mayor atención al Ayuntamiento de Donostia. Por ello, hace dos meses y medio se creó la asociación Bideak, para hacer una mayor fuerza y pedir mejoras en el barrio. “No está abandonado, pero está descuidado”, resume Jon Tamayo, presidente de Bideak. La reclamación de una casa de cultura es el viejo anhelo, pero hay más: un mayor mantenimiento de las aceras, un mejor acceso a ciertas zonas, la poda de los árboles, una solución al problema del agua que cae de Ulía y un plan específico para el comercio. Se sienten vecinos de segunda dentro de su propia ciudad.

“Hace quince años fundamos un grupo vecinal, BLP (Bidebieta La Paz), con la idea de conectar a gente que habíamos estudiado y vivido aquí. Empezó así y pensamos que podríamos aprovechar el grupo para reivindicar cosas para el barrio. Es un grupo de Facebook muy activo, con 1.300 personas. Conseguimos mejoras de mantenimiento y en 2020 presentamos a los presupuestos participativos la remodelación del parque Bidebieta (que se hará efectiva el año que viene). Fue hace dos meses y medio cuando creamos la asociación vecinal Bideak, que va a absorber el trabajo ya hecho por BLP”, cuenta Tamayo. El objetivo es reforzar el mensaje de que Bidebieta necesita más cariño por parte de las instituciones donostiarras.

“Hay dejadez en el mantenimiento del barrio”, comenta el presidente de Bideak. La voz es suya, pero podría ser la de cualquier vecino o vecina, ya que esta opinión as ampliamente compartida en Bidebieta. “La última gran intervención la hizo Odón Elorza con el asfaltado, las aceras… Eso fue en el año 2000. Desde entonces no se ha hecho nada. Los vecinos no podemos estar constantemente diciendo: Hazme esto, hazme lo otro”.

Un problema "mayúsculo" con el agua

El recorrido por el barrio con Jon Tamayo comienza en el acceso al ambulatorio. Un acceso con muchos problemas. Desde la parte baja de Bidebieta, los vecinos que tienen dificultades de movilidad deben dar “una vuelta muy grande” para ir al centro de salud, ya que solo hay escaleras. “Estamos hablando de que no hay un acceso bueno a algo tan básico como un ambulatorio”, dice el presidente de Bideak, “por no hablar de que esta zona de las escaleras se puede acabar cayendo. Cada vez hay más grietas en la estructura. Las raíces de los árboles crecen, el agua se filtra y cada vez está peor. Y está todo encharcado. Hace tiempo que lo hemos notificado al Ayuntamiento, pero nada”.

El agua es “un problema mayúsculo” en Bidebieta. “El agua cae de Ulía, pero como no hay una canalización buena, o los canales están llenos de suciedad, pues el agua cae, la calle se llena de charcos y no se puede pasar. Hay partes de las calles Serapio Mujika y Julio Urkixo que están hundidas. Se forman ríos de agua, y hay barro y piedras”, expone Tamayo, que pide “una buena recogida de pluviales en varias zonas del barrio”. “Llevamos así toda la vida. Pasan del mantenimiento”, se queja refiriéndose al Ayuntamiento: “Es que los vecinos tienen que pasar. Yo creo que es lógico pedir que las aceras estén bien. No estamos pidiendo ningún lujo. Nos dicen que lo van a hacer, pero no sabemos cuándo”.

Imagen de una de las zonas de Bidebieta, que se encharca con facilidad. Javier Colmenero

Tampoco entiende Tamayo la “dejadez” que hay con los árboles. Utiliza como ejemplo los que están situados precisamente cerca del ambulatorio: “No se han podado nunca. El otro día cayó una rama enorme y casi da a un niño. Eso es por no mantenerlo. Hemos presentado informes de un jardinero, pero nada”. Y señala la diferencia de otros árboles que sí están podados porque “pertenecen a una zona privada y lo pagan los vecinos”.

La ausencia de una casa de cultura es una de las cosas que más llama la atención en Bidebieta: “Es algo que se lleva tiempo pidiendo. Ya no es no tener una casa de cultura, es que no hay un lugar para hacer reuniones de vecinos, organizar un evento… necesitamos un equipamiento cultural. El año pasado el concejal de Cultura, Jon Insausti, nos dijo que iba a elaborar un informe para ver si hace falta casa de cultura. Seguimos sin saber nada”. Considera el presidente de Bideak que hay “sitio” para habilitar una casa de cultura: “Tenemos el edificio en el que está el CEPA (Centro de educación de personas adultas), que tiene sitio libre, o el de Kontadores, que la planta de abajo tiene actividad pero las superiores no. Intxaurrondo tiene dos bibliotecas y Bidebieta ninguna, con 8.000-9.000 vecinos”.

"El comercio del barrio se está muriendo"

En la asociación Bideak también preocupa la escasísima oferta comercial en Bidebieta, que ha decrecido mucho en los últimos años. “En la última reunión con el Ayuntamiento hablamos de esto. Hemos pedido un plan económico específico para abrir comercio de calle en Bidebieta. ¿Qué pasa? Que Garbera está a mano y pelear contra eso es muy difícil. Una vecina abrió una frutería y duró un año escaso. Es verdad que también depende mucho de los vecinos, que compren en el barrio. Si a eso le sumas que las grandes superficies cada vez son más… No hay comercio, por eso hemos pedido un plan específico para el barrio que se alargue en el tiempo. Se está muriendo el comercio y la solución es muy complicada”.

La casa de cultura es un viejo anhelo y se pide un plan para el comercio; además, desde Bideak lamentan que el Ayuntamiento no pone iluminación navideña.

La ausencia de iluminación navideña no ayuda: “No nos iluminan el barrio. Organizamos desde la asociación un concurso de iluminación vecinal, que consiste en adornar escaparates, balcones y ventanas, y hay dos premios. Es un concurso protesta, porque es una vergüenza que el Ayuntamiento no ponga luces en Bidebieta salvo un árbol en la rotonda de entrada. Falta iluminación de Navidad. Llevamos años pidiéndolo, no me creo que el Ayuntamiento no tenga ocho luminarias LED para aquí. No es digno, otros barrios ya están iluminados”.

Las peticiones que sí han sido atendidas son las de renovar el parque Bidebieta, una obra que comenzará en 2023 y que será “buena” para el barrio, y la construcción de un bidegorri que unirá el Garaje Inglés con Trintxerpe. Algo a todas luces insuficiente para Jon Tamayo: “Es que los vecinos no se sienten de Donostia. Estamos como en un limbo. Bidebieta no es que esté abandonado, pero no está actualizado. No hay una preocupación por los barrios del extraradio, y es algo que piensan en más barrios. Hay una dejadez excesiva. Está muy bien el Centro, pero hay que meter dinero en los barrios, nosotros también somos ciudadanos. No pedimos cosas de lujo, sino que la calidad de vida de los vecinos no vaya para atrás”.