Reducir el gasto energético y la emisión de dióxido de carbono (CO2), además de aprovechar la energía de fuentes renovables, es uno de los retos que se han marcado las instituciones ante la crisis climática y la más reciente energética. En ello está, por ejemplo, el Ayuntamiento de Donostia, que en los últimos seis años ha sido capaz, en las instalaciones deportivas que gestiona, de reducir en un 65% las emisiones de CO2, de consumir menos energía y de aprovechar más la que proviene de fuentes renovables, según datos ofrecidos por el propio Consistorio.

Desde 2015, el Ayuntamiento donostiarra ha ido realizando distintas acciones para “reducir el gasto energético”, como colocar luminarias LED y nuevos equipos climatizadores o sustituir calderas. En cuanto a la producción de energías renovables, ha instalado “placas solares térmicas y fotovoltaicas” en Bidebieta, Altza, Intxaurrondo, Egia, Benta Berri y Etxadi, ha incorporado “nuevas máquinas recuperadoras del calor residual de las piscinas” y también ha llevado a cabo una actuación para “recuperar el calor residual de enfriar las pistas de hielo del Txuri Urdin”.

Además de las citadas placas solares térmicas y fotovoltaicas que generan energía para las necesidades de Donostia Kirola, el Ayuntamiento tiene instaladas más placas solares en las cubiertas de varios polideportivos, aunque esta energía generada “no se destina a las necesidades de las instalaciones”.

menos consumo energético

La consecuencia de esta serie de medidas es que el consumo energético en las instalaciones deportivas municipales de Donostia ha bajado un 16,5% en seis años, desde 2015 hasta 2021, último año del que hay datos. En 2015 se consumieron 16.280.139 kwh (kilovatios hora) y en 2021 esa cifra bajó a 13.596.224, que se reparte en 9.755.033 kwh en consumo de gas y 4.841.191 kwh en electricidad.

El dato más destacable es que el volumen de energía generado gracias a las fuentes renovables (térmica, fotovoltaica y recuperadoras) ha crecido un 2.142% en seis años, pasándose de 96.806 kwh en 2015 a 2.171.250 kwh en 2021. Si hace seis años suponía únicamente el 0,6% del consumo total de energía, este porcentaje ha subido ahora al 16,5% de la “demanda energética total de las instalaciones deportivas municipales de gestión directa. Si nos ceñimos a la energía térmica, el 22% de su demanda se cubre con energías renovables.

De los 2.171.250 kwh de energía proveniente de renovables, la mayor parte viene de las recuperadoras térmicas (1.864.199), mientras que las placas térmicas aportan 101.475 kwh y las placas fotovoltaicas, 250.576 kwh.

Estas medidas han traído consigo una fuerte reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Si en 2015 el conjunto de instalaciones deportivas municipales emitieron a la atmósfera 6.267 toneladas de CO2, en 2021 esa cantidad ha descendido a 2.204, lo que supone una reducción del 65%.

Las instalaciones que más energía demandan son el Yoldi, con un porcentaje del consumo global del 30% en gas y del 26% en electricidad, e Intxaurrondo, con un 20% del total de gas y el 20% del total de electricidad. Benta Berri demanda el 4% del consumo total de gas y alrededor de un 10% de la electricidad.