La figura de Jesús María de Leizaola preside oficialmente desde esta mañana de lunes la plaza de Euskadi de Donostia. El lehendakari José Antonio Ardanza ha sido uno de los numerosos invitados al acto oficial, en el que han estado presentes los primeros representantes de las instituciones vascas como el vicelehendakari, Josu Erkoreka, como el alcalde, Eneko Goia, el diputado general, Markel Olano, distintos miembros de todas las formaciones políticas y la amplia familia del conocido como lehendakari zaharra, que nació en la calle Getaria, a pocos pasos de la plaza de Euskadi, donde ha sido colocada su escultura, junto al olivo presente, símbolo de la paz.

La instalación de la escultura tiene lugar a los 43 años del regreso del exilio en París de Leizaola, que tomó el testigo del lehendakari José Antonio Aguirre en 1960 y lo cedió tras su vuelta a Carlos Garaikoetxea después de las primeras elecciones democráticas de 1980. Leizaola fue parlamentario del PNV en la Cortes por Gipuzkoa durante la República y ocupó distintos cargos del Gobierno de Euzkadi en el exilio, como el del consejero de Justicia desde 1936.

En el acto, con txistularis y dantzaris, también estuvo el escultor autor de la obra, Xebas Larrañaga, a quien la Diputación adquirió la figura de bronce en 2007. En ella, Leizaola está de cuerpo entero, con su sombrero en la mano y su gabardina. La obra estaba colocada en el Patio de Honor del palacio foral y ahí ha permanecido hasta su traslado al espacio público de Gros, un lugar de paso que hubiera sido del gusto del homenajeado, según destacaron distintos participantes en el acto.

Goia, tras recordar que Leizaola tuvo que exiliarse con la llegada de Franco, destacó su trabajo "por la democracia y la libertad" del homenajeado con la obra escultórica. "A quienes estamos aquí nos corresponde seguir en el camino que emprendieron. Debemos terminar el trabajo que comenzaron. Nos corresponde avanzar en el camino de la paz, la libertad y la reconciliación", dijo el mandatario donostiarra.

Olano, por su parte, destacó que Leizaola "a pesar de padecer los rigores de la guerra y del exilio, mantuvo vivas las reivindicaciones del pueblo vasco y de su derecho al autogobierno, en uno de los momentos más duros y graves vividos por nuestro pueblo". El diputado general añadió que se quedaría satisfecho si al pasar los niños y niñas por el lugar y preguntar por la estatua, sus familias les explicaran un poco de la historia del personaje.

El nieto más joven del lehendakari zaharra, Xabier Bindel de Leizaola, residente en París, fue el encargado de tomar la palabra en nombre de la familia. Además de agradecer a las instituciones la colocación de la figura en un espacio público, cruce de caminos, destacó el "compromiso singular y el amor por Euskadi" de su abuelo y así como el simbolismo de la plaza de Euskadi elegido para la colocación de la estatua. Asimismo, dijo que su posición, mirando al río Urumea, ejerce como "puente entre épocas".

Tras el acto oficial, los familiares se sacaron fotos con la escultura.