Una participación, una Concha de Oro. Pese a reducido, pocas casas pueden mostrar un historial más inmaculado en Donostia que la italiana Scarsella Fireworks, ganadora de la última edición, celebrada en 2019. La compañía fue fundada casi medio siglo antes en Alatri, la región del Lacio al oeste de Roma, "aprovechando los conocimientos y tradiciones pirotécnicas transmitidas de generación en generación"

Donostia Festak explica que "la experiencia de 50 años de Scarsella Fireworks es una garantía en el mundo de la pirotecnia, especializada en la cuidadosa planificación y ejecución de espectáculos pirotécnicos de todo tipo y complejidad". Conviene no olvidar que la larga italiana es una tradición de mucho éxito en la bahía donostiarra, ya que ha conseguido seis conchas de Oro desde la segunda edición, cuando Pantzera Luigi & Figlio se llevó el máximo galardón, seguido de Ditta A. Parente en un concurso que entonces se celebró a comienzos de septiembre con dos casas estatales frente a otras dos italianas, una francesa y una alemana.

El primer premio también voló al país transalpino con el triunfo de Lucciano Ciandri en 1984, con el de Raffaele Fireworks (2003), Parente (2008), Bartolomeo Bruscella & F.lli (2010).

Como ganadora de la última edición (2019), la organización le brinda a Scarsella la posibilidad de defender el cetro en un concurso que se está celebrando tras los dos años de parón por la pandemia.

Su última participación en Donostia: 2019

Los fuegos lanzados por la casa italiana Scarsella en su debut en la capital donostiarra destacaron por su grandiosidad, ya que tanto el tamaño de las figuras como la altura que alcanzaron llamaron la atención. Colores originales como un blanco azulado, que inundó el cielo por momentos, y combinaciones fuertes, como el morado y el rojo, sorprendieron. También lo hicieron las grandes cascadas elevadas, que compartieron protagonismo con los abanicos multicolores y las traviesas espirales que parecían hacer cosquillas a la bóveda celeste. Los amantes del ruido disfrutaron de un final largo y ruidoso, que cerró una colección que se vio beneficiada por la ausencia de viento y permitió dejar intactas las elegantes figuras. Se llevó la Concha de Oro por delante de Vulcano (Madrid) y Hermanos Caballer Pirotécnicos (Castellón).