Con motivo de la tradicional misa de La Salve de la víspera de la Virgen en la Basílica de Santa María, la iglesia se llenó de cientos de personas para escuchar la interpretación del Orfeón Donostiarra.

Cientos de personas reunidas en la Basílica de Santa María para escuchar La ‘Salve’.

La actuación del prestigioso coro comenzó a las 19.30 horas, aunque la misa había comenzado con anterioridad, presidida por el administrador apostólico, Francisco Pérez, en ausencia de obispo en la diócesis de Donostia. Al empezar la actuación ya no había bancos libres, la puerta de la iglesia estaba a rebosar y cada vez costaba más acceder al templo.

Participantes del Orfeón Donostiarra interpretando La ‘Salve’, ayer.

Según avanzaba la misa y se iba aproximando la hora de La Salve, la gente no paraba de entrar para disfrutar de la esperada obra de La Salve, que fue creada por el compositor del Vaticano, Licinio Refice, para ser interpretada en el día de la víspera de la Virgen por el Orfeón Donostiarra.

El interior del templo religioso se encontraba lleno de donostiarras y de turistas, la mayoría de ellos personas de edad media avanzada, pero también llamaba la atención la cantidad de familias con niños que se habían animado a acudir al acto religioso y algunos jóvenes que quisieron presenciar la actuación del Orfeón. Los abanicos de las señoras estuvieron también muy presentes en este acto, para combatir el calor generado por los cientos de personas reunidas en la basílica.

A la misa acudieron autoridades como el alcalde de Donostia, Eneko Goia, y representantes institucionales y de partidos políticos que compartieron banco frente al altar. El párroco bajó a saludarles uno por uno, una vez terminado el acto religioso y dio la enhorabuena al Orfeón Donostiarra muy agradecido.

A la mayoría de los allí presentes se les vio con mucho interés por escuchar en vivo al Orfeón que dedicó tres canciones a la Virgen. El Ave María y La Salve se escucharon en profundo silencio y fueron aplaudidos por toda la iglesia. El acto se cerró con la canción Agur Jesusen Ama, a la que todos los visitantes se unieron para cantar con el Orfeón Donostiarra.