Las obras de reforma del edificio de viviendas de la calle 31 de Agosto 42, el único no religioso que conserva fachadas originales anteriores al incendio de 1813, comenzaron en septiembre del pasado año y han terminado recientemente. Ahora, el histórico inmueble, que fue ocupado durante décadas por el bar la Cueva, acoge un nuevo y moderno establecimiento, que guarda el sabor de la historia y sirve de recuerdo del año del incendio que asoló la Parte Vieja. 

La nueva fachada, la más antigua de un edificio de viviendas del antiguo barrio, luce ahora en su totalidad a la vista ya que el cenador acristalado que se situaba junto al edificio en el anterior local hostelero ha sido retirado. Fue una de las condiciones de la licencia que otorgó el Consistorio para la reforma

Así lo explica el arquitecto Unai Gamboa, de AGM Arquitectos, que ha dirigido los trabajos. La rehabilitación del inmueble ha tenido que cuidar especialmente esta antigua fachada, compuesta por ladrillo caravista y vigas de madera, ya que se encuentra protegida. Sobrevivió al incendio y sigue mostrando ahora cómo eran los edificios de la Parte Vieja antes de la tragedia de 1813.

Gamboa explica que la tarea más trabajosa ha sido la excavación de un sótano, de la mismas dimensiones de la planta del edificio, donde se ha instalado la cocina y el baño. La creación del sótano bajo el inmueble se ha llevado a cabo mediante un muro pantalla y losas hormigón. La excavación para hacerlo dejó a la vista una parte de la antigua muralla (oculta ahora), explica el arquitecto, así como monedas y pipas de la época del incendio. Un ascensor conecta el nuevo sótano con la planta a ras de calle en la que se asienta el establecimiento hostelero.

Interior del bar 1813, junto a la plaza de la Trinidad Ruben Plaza

Para la reforma, se ha renovado la cubierta del edificio y se han cambiado algunos de los ladrillos de la fachada, que estaban deteriorados, por otros similares. Además, se ha añadido piedra natural en algunas partes que antes eran cemento pintado. El interior del bar ocupa toda la planta del edificio, de 80 metros cuadrados, y resalta la piedra original del edificio, además de la madera que comparte protagonismo en el espacio.

El hierro es otro de los elementos visibles del nuevo edificio reformado. Las puertas de hierro del bar han sido creadas por el artista Iñigo Arregi, que también ha diseñado motivos decorativos para el interior del bar-restaurante. Además, también ha creado una escultura, titulada Bizitzari gorazarre, que se encuentra a la espera de ser colocada en la fachada.

La obra escultórica, en memoria de las víctimas “de aquel 31 de agosto y en elogio de la vida”, prevé instalarse en la esquina del edificio que da a la calle 31 de Agosto, sumándose así a las demás obras escultóricas de la calle como La Armonía de Sonido, de Maximilian Pelzmann, situada junto a Santa María, o La Reconstrucción, de Dora Salazar.

Según explica Gamboa, aunque a los propietarios les hubiera gustado poder aprovechar la primera planta para uso hostelero, las normativas municipales no lo permiten, por lo que encima del bar sigue habiendo cuatro viviendas: una en cada una de las tres plantas y la cuarta, en la situada bajo cubierta.

El portal de las viviendas que da a la calle 31 de Agosto está separado del bar por una pared de cristal, que permite contemplar su interior desde el local hostelero.

Inauguración del nuevo bar 1813 en la Parte Vieja

Inauguración del nuevo bar 1813 en la Parte Vieja N.G.

El nuevo establecimiento de la Parte Vieja se inauguró la pasada semana, con la actuación de una bailarina en la propia fachada del inmueble. Los nuevos propietarios, que compraron el edificio a sus antiguos dueños, la familia Martínez-Bordiú, cuentan con otros establecimientos hoteleros como el Beti Jai Berri y el 19 (antiguo bar Alberto). Pretenden ofrecer comida con especial cuidado al producto y las tradiciones locales.