La ciudad de Donostia, que ha sido durante años la capital turística de la Comunidad Autónoma Vasca, podría ceder el testigo, según los datos actuales ya que el pasado mes de junio registró casi 20.000 entradas menos de visitantes que Bilbao, así como 10.000 pernoctaciones menos, según los datos dados a conocer esta semana por el Eustat.

Así lo aseguró ayer en el último Pleno municipal del curso (en agosto no se celebrará sesión por vacaciones) la concejala de Turismo de Donostia, Cristina Lagé, en el debate propiciado por una moción presentada por Elkarrekin Donostia para buscar el “decrecimiento turístico” de la ciudad, instaurar una tasa turística y crear una moratoria a la concesión de licencias de nuevas plazas de alojamiento. La moción solo contó con el apoyo de EH Bildu, por lo que resultó rechazada.

No obstante, la propuesta generó una discusión entre quienes apoyan la actividad turística y quienes defienden limitarla. “San Sebastián ya no está en la carrera de aumentar el número de visitantes de manera exponencial sino en la de conseguir un destino sostenible de verdad”, manifestó Lagé, que añadió que “este dato asusta al sector”.

La edil socialista respondió así a la propuesta presentada por la concejala Haizea Garay, de Elkarrekin Donostia, para “acabar con los desequilibrios estructurales” y con el “actual modelo especulativo que entiende la ciudad como un negocio”, unas afirmaciones que fueron criticadas por la concejala de Turismo, que dijo que sus palabras “hacen mucho daño al sector”.

Lagé se mostró contraria a “penalizar a los que vienen a visitarnos” y señaló que los turistas y otros visitantes “son trabajadores y trabajadoras que elige la ciudad para sus días de descanso” “Basta de demonizar el turismo”, clamó.

“Cuando nosotros somos los turistas, todo está bien”, dijo la corporativa socialista, que deseó a Garay que sea “bien acogida” cuando vaya a otro lugar de vacaciones.

Asimismo, consideró que los visitantes que llegan a Donostia lo hacen movidos “por una oferta variada cultura, gastronomía, deportes, compras...” y añadió que el turismo en Donostia “solo tiene diez años de verdadera actividad, dos de ellos con la pandemia”.

Sobre la implantación de una tasa turística, Lagé recordó que esta posibilidad depende de que exista una ley autonómica que la favorezca.

La concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, fue la encargada de responder a la petición de instaurar una moratoria en las licencias de alojamiento. Aseguró que una vez que se modifique el Plan General, una cambio que acaba de comenzar, el Consistorio contará con instrumentos para regular los usos en las distintas zonas de la ciudad y se podrá estudiar si conviene una moratoria de esta clase.

Asimismo, la concejala del PNV dijo que no solo ha aumentado en turismo en Donostia, sino el “turismo de ciudad” en general y añadió que supone un 18% del Producto Interior Bruto (PIB).

Por su parte, el concejal Markel Ormazabal (EH Bildu) recordó que la concejala de Turismo había dicho que “se le ponen los pelos de punta al escuchar hablar de decrecimiento turístico” y dijo que a él también se le eriza el vello cuando recuerda “el golpe del covid al sector” que, según señaló, dejó claro que la “vieja normalidad del turismo” ya no sirve, por lo que es necesario otro equilibrio . l