El albergue de Ulia dejará este verano de tener un bar abierto al público, según baraja en la actualidad el Ayuntamiento de Donostia, por lo que los caminantes que visitan este monte donostiarra no contarán con servicio hostelero, como han tenido en los últimos años, según explicaron a este periódico conocedores de la situación.

El albergue municipal, situado en un espacio privilegiado y con llamativas vistas hacia la costa donostiarra, cuenta con un bar, que da servicio también a los alberguistas. El contrato con el adjudicatario del espacio hostelero vencía en 2020, pero por la situación de pandemia y el tiempo que ha tenido que estar cerrado, el Ayuntamiento ha optado por prorrogarlo un tiempo. Sin embargo, el 30 de junio terminará la ampliación del periodo.

Si no cambia la decisión adoptada hasta el momento, el albergue se quedará sin bar para el público desde el 1 de julio y solo habrá servicio de comidas para los allí alojados.

También está cerrado desde antes de la llegada de la pandemia el merendero de la antigua sociedad Basollua, también en Ulia, que fue íntegramente renovado y reabrió sus puertas en 2009, con cafetería y restaurante.

El edificio, con un siglo de vida, fue rehabilitado con una inversión municipal de 450.000 euros pero el adjudicatario anunció en 2019 que dejaba el negocio a causa de la imposibilidad de pagar el canon establecido. Así, pues, lleva casi tres años sin uso.

El Ayuntamiento trabaja ahora para volver a sacar a concurso esta instalación hostelera y contempla que el adjudicatario tenga un periodo de contrato de diez años.

albergue en marcha

Por otra parte, el albergue de Ulia volverá a ejercer como tal a finales de mes y acogerá de nuevo a viajeros, tras varios meses cerrado para ellos.

El alojamiento situado en el monte donostiarra ha estado vetado a los visitantes desde el pasado mes de octubre, cuando el Ayuntamiento lo cedió a la Diputación con el fin de que ésta lo utilizase para dar cobijo a personas y familias que, por distintas situaciones relacionadas con la exclusión, no podían cumplir sus cuarentenas por covid.

Al inicio de la pandemia, el departamento foral de Políticas Sociales del ente foral destinó sus albergues, como los de Hondarribia, Orio y Zarautz, a este tipo de servicio. Pero a finales del pasado año vio necesario también contar con el de Ulia que, habitualmente, cierra un mes o dos coincidiendo con las navidades.

Estos días atrás, solo quedaba una persona en el albergue a causa del covid, según fuentes de la Diputación, y una vez terminada su cuarentena, el espacio volverá a servir como alojamiento para grupos de jóvenes y otros usuarios de este tipo de establecimientos, como los peregrinos del camino de Santiago, que hacen la ruta por la costa, y visitantes particulares.

El albergue de Ulia fue reconstruido en el año 2009, después de que un incendio destrozase el antiguo edificio. La vieja instalación fue sustituida por un edificio central, con restaurante y bar, y distintos estudios para dar alojamiento a grupos.

En concreto, el edificio principal, donde está el comedor y una sala de estar, tiene también ocho habitaciones de cuatro plazas. En otra construcción cercana hay cinco estudios para seis personas cada uno, con cocina incluida en todos ellos. En total, hay más de 60 camas en el lugar.

Además del albergue municipal Ulia, el Ayuntamiento donostiarra cuenta también con el de la Sirena, en Ondarreta, con un centenar de plazas en habitaciones de distintos tamaños. Este invierno, una parte de este espacio ha estado destinado a alojamiento para que las personas sin hogar pasen los días más fríos. Sin embargo, no se prevén más días de heladas en marzo por lo que todo el albergue quedará en los próximos días reservado para los visitantes.

La oferta de albergues municipales de Donostia se completa con el de Uba, en el parque de Ametzagaina, que depende de Fomento de San Sebastián y es gestionado por una empresa privada. Cuenta con 44 habitaciones privadas y compartidas con un total de 196 camas.

Los albergues de Ulia y Ondarreta empezarán el mes de abril con un 100% de ocupación, según las reservas realizadas hasta el momento, por lo que se espera una temporada con mucha asistencia de público.

Los albergues de Ulia y Ondarreta reabrirán sus puertas a los visitantes en abril con un 100% de ocupación, según las reservas

El edificio del tiro pichón, sin servicio hostelero desde hace tres años, saldrá a concurso de nuevo para diez años