donostia - El colectivo ecologista Haritzalde ha propuesto la creación de la figura de biotopo protegido en la isla de Santa Clara, preocupado por las consecuencias de la implantación de la escultura de Cristina Iglesias en la casa del faro.
El colectivo reconoce que parece que los impactos de la propia obra en la isla no van a ser relevantes: “El problema podría venir a posteriori, es lo que nos tememos, en relación al número de visitantes, la estacionalidad de las visitas o las posibles infraestructuras complementarias que podrían venir luego”, afirma. Recuerda, asimismo, que actualmente la isla está prácticamente libre de gente durante ocho meses al año, lo que hace posible la presencia de aves nidificantes. “La isla posee unos valores naturales y paisajísticos que se suman a los de su entorno y que, a nuestro entender, requieren un reconocimiento explícito”, dice el colectivo.
“En ningún caso ponemos en cuestión la obra en sí y su valor artístico, y desde luego no tenemos nada en contra de la autora; lo que nos parece un error es la ubicación elegida por el Ayuntamiento y el modo en que se toman las decisiones, sin participación social y sin ni siquiera informar en los consejos sectoriales municipales”, añade.
Haritzalde explica que de acuerdo a la Ley de Costas, están protegidos los acantilados de Igeldo y la isla, pero cree que esa protección no es suficiente. “Teniendo en cuenta los valores naturales que albergan y sin olvidar las futuras amenazas posibles, algunas derivadas de la implantación de la escultura, vemos la necesidad urgente de blindar la costa”. El colectivo apuesta por la figura del biotopo protegido pensada para la protección de ecosistemas, áreas de interés geológico, así como lugares concretos del medio natural y formaciones de notoria singularidad, espectacular belleza o destacado interés”. La asociación plantea que el biotopo protegido incluya la isla, Igeldo, la rasa mareal situada entre ambos y las aguas litorales que los rodean hasta al menos la profundidad de 50 metros.