40 años de la mudanza de 6.300 piedras
Mañana se cumplen cuatro décadas de la inauguración de las torres Arbide en Miramon tras el traslado piedra a piedra desde su ubicación original en el paseo de los Fueros
Cinco años de trabajo y 6.300 piedras trasladadas una a una desde la orilla del río hasta Miramon. Mañana se cumplen 40 años desde que se inauguraron las torres de Arbide en su nueva ubicación, después de completar una complicada operación de reconstrucción que atravesó gran parte de la ciudad.
Los dos palacetes neogóticos con detalles modernistas, obra del arquitecto catalán Sagnier, fueron levantados en el año 1904 en el paseo de los Fueros, entre las calles San Marcial y Etxaide. Durante casi 70 años formaron parte de la postal de la orilla del Urumea, en pleno centro de la ciudad. Sin embargo, los herederos de la familia Arbide vendieron las construcciones a una inmobiliaria que, a principios de los años 70, decidió levantar un moderno de edificio de viviendas en esta parcela.
Kutxa Fundazioa recordó ayer que la Caja de Ahorros Municipal se involucró en la operación y asumió el proyecto para trasladar los dos palacetes a unos terrenos propios en Miramon, donde entonces no existían los edificios empresariales de hoy.
El traslado arrancó en el año 1974 y fue bastante complicado. Se desmontaron los palacetes en un total de 6.300 piedras con un peso superior a las 2.000 toneladas en total, según recordó ayer Kutxa Fundazioa. Cada una de las piedras fue numerada para poder reponerla en Miramon en su lugar original. Un grupo de arquitectos encabezados por Luis Jesús Arizmendi fueron los encargados del desmontaje y la posterior reconstrucción del conjunto.
“El resultado fue impecable”, afirma Kutxa Fundazioa 40 años después de que las torres reabrieran sus puertas en su nueva ubicación.
“Creen haberlas visto en otro sitio”
Una de las torres fue ocupada entonces por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y Kutxa cedió después el uso de uno de los edificios a la UPV-EHU, aunque en la actualidad es la propia fundación la que utiliza los palacetes del paseo Mikeletegi. La nueva ubicación es “perfecta” para las torres Arbide, en opinión de la fundación: “Miramon dispone de 600.000 metros cuadrados de zonas verdes, una joya sobre una de las colinas de Donostia que no aparece en las principales guías turísticas y muchos vecinos de la ciudad desconocen su existencia. Algo parecido pasa con las torres Arbide, que descoloca a los visitantes que creen haberlas visto hace tiempo en otro sitio”.
Cerca de las propias torres se levanta también otro edificio que, originalmente, se construyó en otra ubicación. El caserío Katxola, de la segunda mitad del siglo XVII, se levantó en el paseo de Oriamendi y hace 20 años, cuando ya había sido declarado monumento, se trasladó a su ubicación actual en la calle Paraíso, también en Aiete (a unos 200 metros de distancia). En ese caso la recomposición la dirigió el arquitecto restaurador Jesús Muñoz-Baroja.
El traslado permitió convertir Katxola en un lugar de encuentro para los vecinos del barrio y en una exposición o museo de sí mismo así como de la historia de muchos caseríos-lagar (era uno de los pocos que quedaban en pie en Gipuzkoa junto con Igartubeiti).
El traslado, que en ese caso duró alrededor de un año, mantuvo la estructura de madera original y la prensa para manzanas, así como el resto del inmueble barroco y las piedras de arenisca labradas. También tuvieron que numerar todas las piezas para volver a colocarlas en su lugar original.
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