donostia - La denuncia hecha pública ayer por la coordinadora Donostia Defendatuz, en la que alertaba de la aparición de unas grietas en un edificio de la calle Zubieta a causa de las obras del Topo, enfrentó ayer a esta agrupación con ETS, responsable de los trabajos de construcción del nuevo ramal del Topo. La coordinadora, de la que forma parte el colectivo Satorralaia, difundió varias fotos en las que se podía apreciar una grieta aparecida en un levante de la calle Zubieta 1, y aseguró que la estructura presentaba daños a causa de la obra de la pasante ferroviaria. ETS, por su parte, emitió un comunicado en el que aseguró que “no es cierto” que la ejecución de las obras conlleve “graves riesgos para los edificios originales del Ensanche Cortázar, construidos sobre los arenales del subsuelo del centro urbano donostiarra”, como señalaban tanto Satorralaia como la plataforma Donostia Defendatuz en el comunicado que dieron a conocer ayer.
ETS añadió que “afirmaciones de este tipo pretenden generar confusión y alarma” y denunció “la campaña de desinformación impulsada por la coordinadora, ya que la totalidad de la actuación del nuevo túnel subterráneo transcurre en terreno rocoso, a mucha más profundidad de lo que la coordinadora afirma, entre cotas que oscilan entre 25 y 80 metros de profundidad”.
La entidad responsable de las obras de ejecución del túnel bajo el centro de Donostia desmintió “tajantemente” la aparición de “nuevas grietas y daños en la estructura” y recalcó que las imágenes de grietas aparecidas en calle Zubieta 1 son del pasado mes de noviembre, cuando no había comenzado aún la excavación en la zona. “Los desperfectos ocasionados fueron debidos a los trabajos realizados por una retroexcavadora, necesarios para la entubación de una zanja para reponer un servicio afectado”, dijo ETS, que añadió que los seguros están al cargo de la situación.
ETS señaló igualmente que ha tomado “todas las medidas necesarias para eliminar los riesgos que se están denunciando”, como una inspección previa de edificios, cimentaciones y estructuras así como la instrumentación de posibles movimientos del macizo rocoso y auscultación continua de las edificaciones a lo largo de todo el trazado. Para ello, el 15 de noviembre se instalaron dos fisurómetros en el edificio de Zubieta 1 “en los que a día de hoy no se ha registrado ninguna anomalía”, dijo.
Las obras del Topo han generado problemas de ruidos y, por ejemplo, la excavación del primer tramo se ha interrumpido por la noche por quejas de una residencia de monjas en el paseo de la Fe. Asimismo, una escuela de yoga de Benta Berri ha optado por cambiar de local a causa de las vibraciones. - C.A.